Can't Blame a Girl for Trying

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"'Cause I'm young and I'm dumb
I do stupid things when it comes to love
And even if I always end up crying
Well, you can't blame a girl for trying"

Layla Miller

Escuché mi celular sonar mientras dormía. Sabía que esa no era la alarma.

Abrí apenas los ojos y la luz de la ventana ya me cegaba. Me despabilé y me dispuse a atender el maldito teléfono.

Danny ❤️

Corté y rebolié los ojos. Dejé el teléfono en la mesita de noche otra vez y solo miré mi techo.

No soy el problema. No soy el problema. Eso me repetía todos los días, aunque, estaba empezando a tener un efecto no tan positivo en mi cerebro.

Porque ahí estaba otra vez. En la misma situación preguntándome porque una relación es tan complicada.

Me levanté de la cama y me cambié con la ropa del día anterior. No iba a salir de casa y tenía cosas que estudiar.

Aunque eso me estaba costando más de lo usual últimamente.

"Te tengo que dejar, Lay. Ya no lo aguanto más".

Los últimos dos meses me estuve preguntando que es lo que no aguantaba más. Aún no tenía respuesta.

La cosa es que no puedo conseguir que un chico esté conmigo por más de cuatro meses. Simplemente no puedo. Es un maldición, al parecer.

Mi primer novio lo tuve recién a los 17 y apenas estuvo conmigo dos semanas. Después tuve otro unos meses después por apenas unos días. Había decido tomarme un descanso de chicos que, yo estaba convensida, eran responsables de solo ser unos idiotas por dejarme, como solían decir mis amigas.

A los 18, llegó otro chico que se quedó tres meses conmigo, pero me dejó con las palabras: "Layla, eres insoportable". Si, con ese tacto. Después, también, tuve uno que duró unos dos meses y medio y me dejó con una frase casi igual de amable que la anterior.

Justo cuando estaba por rendirme y aceptar que la que tenía serios problemas de personalidad era yo, llegó Danny Hilton a mi vida. El chico más lindo que había visto jamás.

Por obvias razones y experiencias completamente malas ya, ni siquiera me había acercado a él. Pero él, si lo hizo y nos volvimos bastante amigos. Aunque, yo no podía más, cada cosa nueva que conocía de él, más me gustaba y su sonrisa me derretía.

Me había invitado a salir en "chiste" muchas veces y yo seguía negando, hasta que acepté y el chiste dejó de ser chiste.

Los mejores cuatro meses de mi vida definitivamente, estaba tan convencida de que él era el indicado y que los otros chicos solo habían sido la prueba perfecta de que el destino si existía y era Danny y solo Danny.

Pero... como es costumbre ya, me terminó sin muchas explicaciones. No me dijo ninguna palabra hiriente hacia mi persona y eso se lo agradecía. Pero aún así, no significaba que no las pensara, y eso me comía la cabeza.

Danny seguía llamándome y yo no tenía el coraje para atenderlo. Y mucho menos para bloquearlo o borrar su contacto. Me odiaba por ello, realmente soy mi propia peor enemiga.

Empecé a escuchar risas del otro lado de la pared y las reconocí al instante. Salem y Dash.

Reboleé los ojos harta por esos dos que se creían tan listos. Ni siquiera sabía si estaban juntos verdaderamente,pero mi hermana "supuestamente" tenía novio. Eso en serio era de no creer, la niña tiene 14 años. No puede tener más suerte que yo. Imposible.

Yo, por mi parte, estaba harta de chicos, de relaciones, de amores que no llegaban a nada. Porque siempre termino llorando, pero... no puedes culpar a una chica por intentar y... no sé si estoy tan lista para rendirme.

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