📷 WHY 📷

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"I don't ask for you to change, baby no no no
And you don't ask for me to change"

Daphne Rosen

-Ok... a las tres decimos nuestra película de terror favorita- le dije a Kevin que estaba sentado frente a mí en la cafetería- 1... 2... 3...

-"El resplandor" / No me gustan las películas de terror- contestamos sobre el otro- Espera, ¿qué?- agregué yo.

-Dije... dije "El resplandor"- siguió algo nervioso viendo su taza.

-No, claro que no- respondí riendo- ¿Sabes que? Deberías irte, deberíamos... ¡La cuenta!

Claramente bromeaba, pero no sé hasta donde. No teníamos nada en común, habíamos tenido varias citas, pero... algo me faltaba.

-¡No seas así!- se quejó- Mira... nos gustamos .

-¿Ah sí?

-Si...- agarró el salero de la mesa y me lo mostró- Esta eres tu y...- agarró el pimentero- este soy yo. Al principio quizás parezca que no vamos juntos, pero... ambos sabemos que... somos el uno para el otro.

Tal vez tenía razón y solo exageraba. La pasaba bien con él y era muy lindo para sacarle fotos.

Iba con mi cámara a todas partes buscando cosas que me inspiren o me llamen y él era una de ellas.

En mi departamento tenía una habitación especialmente preparada para revelarlas.

Cuando llegué a casa, fui hasta la habitación y empecé a poner los papeles en agua. Los veía a medida de que aparecían las fotos y recordaba algunas conversaciones y momentos.

Nueva York en la noche cuando yo pensaba que era mágico, a él le gusta en el día.

Una foto de ambos en el sillón con auriculares, cada uno escuchando algo distinto y recordando que a él no le gusta cantar como a mí en voz alta.

Otra, donde aparecía él tomando en una taza lo que yo sabía que era té y que yo estaba tomando un frappuccino congelado. Solo se le veían sus lindos ojos azules.

Ambos en el puente de Brooklyn, yo muerta de frío y él apenas abrigado.

La última en revelarse fue una que saqué en la mesa ratona de mi departamento. Esta, estaba llena de comida china, y algunas velas y ambos estábamos haciendo una cara graciosa.

Sonreí. Esa noche habías sido preciosa. No había luz en el edificio y justo se había cortado mientras hablaba con él. Apareció una hora después con la cena para los dos. Fue un gesto increíblemente tierno.

Ahí es cuando me di cuenta que pensar en las diferencias y tenerlas tan en cuenta era bastante estúpido. Porque, a pesar de todo, siempre terminamos del mismo lado.

No somos parecidos, pero nos llevamos bien. Es divertido pensar como las estrellas se cruzaron para que terminemos aquí.

Jamás le pediría a él que cambie y sé que él jamás me pediría que yo cambiara.

Creo que está bien no saber el porqué.

Historias de Sabrina Carpenter 🎶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora