Espresso

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"I'm working late 'cause I'm a singer
Oh, he looks so cute wrapped around my finger"

Tess Sanchez

Vi a Sophie entrar a la cafetería con una sonrisa de oreja a oreja, vino hasta el mostrador y se apoyó con las manos, tambaleándose un poco en el lugar.

-Para llevar- dijo simplemente- Y un vainilla machiatto también.

Levanté las cejas, algo sorprendida, hasta que adiviné.

-¿Ben?- pregunté, mientras hacía ambos cafés.

-Afuera esperando- contestó, parecía en una nube.

-Sabes perfectamente lo que te pregunté- aclaré, riéndome.

Sentí mi teléfono vibrar en el bolsillo de mis jeans. Suspiré algo cansada y lo agarré, para confirmar quien era. Parker no ha parado de llamarme últimamente y sé porque.

No es que lo haya estado ignorando a propósito, es que no se como hablar sobre los hábitos amorosos que me había advertido su hermana.

Corté y volví a meter el teléfono donde estaba.

-El mejor sexo de mi vida- sonrió aún más.

-¿Solo eso?- insistí. No podía con la idea de que no... sintiera.

Le entregué los dos cafés.

-Ja, ja- contestó sarcástica- Hasta luego- caminó hasta la salida y mi mente volvió a su hermano.

No sabía que era la desesperación, hasta que lo conocí a él, me importa mucho. Parecía que estábamos siendo reales, era como un sueño, con que me tocara un segundo ya me tenía a sus pies.

Salí afuera a llevar un cupcake de chocolate a una de las mesas y lo ví a unos metros, acercándose a la cafetería. Fue tarde para correr, porque me vio y caminó más rápido.

-¿Podemos hablar? ¿Qué pasa?- soltó. No me reclamaba, no estaba enojado, estaba preocupado.

-Estoy trabajando- dije simplemente y volví adentro, detrás del mostrador.

-Por favor, Tess- me siguió, obviamente- ¿Hice algo? ¿Es por mi hermana?

Era dulce que viniera, me rompía el alma seguir posponiendo esto.

-Por algo que dijo tu hermana- empecé y me miró muy confundido- Me contó como dejas de hablarle a las chicas cuando la cosa se pone muy seria, que te aburres rápido. Como ella- confesé finalmente, muy nerviosa.

Se me quedó mirando unos segundos, algo sorprendido. Suspiró y se mordió el labio inferior antes de hablar.

-No lo voy a negar- admitió- Pero no es así contigo- aclaró.

-¿No?- me crucé de brazos algo desafiante.

-No- volvió a decir- Tess, no puedo parar de pensar en ti, me sinto como un niño con un Nintendo, no te puedo soltar- casi solté una risa por la comparación.

-Parker...

-No puedo dormir a veces, porque odio que no estés ahí conmigo- lo ví tan sincero, tan dulce, tan hermoso.

Sonreí y salí del mostrador para ir directo a abrazarlo.

-También yo- coincidí.

Se separó un poco, solo para verme a los ojos y me devolvió el gesto.

-Tess, eres un maldito espresso.

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