El lunes por la mañana Minho se marchó temprano al trabajo y Jisung aprovechó para llamar a Félix, el rubio supo que su amigo necesitaría de él en cuanto escucho su voz apagada del otro lado de la línea.
Eso se estaba volviendo un hábito, a Félix se le hacía cruel ignorar los llamados de su amigo, pero había ocasiones en las que su novio no estaba muy de acuerdo en que pasara horas con él a solas.Ir a su casa cada vez era un problema pero no tenía el valor para decirle a Jisung que al ayudarlo le estaba costando su relación.
Cuando Jisung recibió a Félix le ofreció una merienda pero el pecoso se negó, aceptando solamente una taza de té caliente.
—Ayer tuvimos la sesión con la terapeuta— soltó el castaño— sugirió el divorcio.
—Mierda, ¿y Minho estuvo de acuerdo?.
Jisung negó con la cabeza, realmente su esposo no le dio una respuesta afirmativa o negativa, ni siquiera se lo había permitido.
—Ya no sé qué hacer, las terapias en pareja no funcionan y las individuales cada vez son más dolorosas, necesito el apoyo de Minho pero algo dentro de mi no puede decirle lo que ocurre.
—No te pienso presionar porque solo tú sabes por todo lo que has vivido, pero piensa en como eso afecta la relación.
—Es que siento que le falle, una vez que sepa todo no dudará en pedirme el divorcio, es por eso que no planeo decirle nada.
—¿El Doctor Choi que dice?— suspiró Felix.
—Dice que todo esto es debió al estrés que estamos viviendo, igual me sugiere hablar con Minho pero no me presiona tampoco.
Un largo silencio invadió la habitación, no había mucho que decir, principalmente Jisung solo deseaba la compañía.
—Lamentó que las cosas sean así, extraño cuando tú y Changbin venían a cenar con nosotros.
—No hay nada que lamentar— el rubio se puso de pie y se acercó hasta su amigo para abrazarlo.
*********
Desde que había llegado Minho no se paro ni a la hora del almuerzo, estaba tan concentrado en su trabajo que ni siquiera noto cuando se llegaron las seis de la tarde.—Oye, creo que debes detenerte aquí.
Minho levantó la vista del monitor y se encontró con Seungmin, su compañero.
—Estoy por terminar— Minho frotó sus ojos y tomó un trago del café ya frío.
—No me importa, es una orden, ni siquiera te levantaste a comer— el pelirojo regañó a Minho.
Minho levantó sus manos para evitar otro reclamo, aunque el chico tenía una cara angelical podía ser un dolor de cabeza cuando alguien lo desobedecía.
—Tu ganas, me iré a casa.
Comenzó a guardar sus cosas aún con la presencia de Seungmin quien lo miraba en silencio. Hacía meses que el pelirojo hablaba más con el, por lo que veía no era mucho de relacionarse con compañeros pero su repentino interés y preocupación llamó su atención.
—El sábado tendré una comida en mi casa, tú y Jisung están invitados— alcanzo a decirle Seungmin antes de que saliera por la puerta.
—Muchas gracias, ahí estaremos— Minho sonrió y se perdió entre los pasillos.
Una vez en el auto miro su celular, apenas serían las siete de la tarde, llegaría a su hogar con mucha anticipación por lo que decidió pasar a la tienda de comestibles para comprar la cena.
Mientras caminaba por los silenciosos pasillos de la tienda un recuerdo fugaz llegó a su mente, un Jisung de dos años atrás apareció frente a él cargando en sus manos tantas sopas instantáneas como sus brazos podían, una sonrisa ladina se formó en sus labios.
<<<—Creo que deberíamos llevar varias para emergencias, además aquí tiene más variedad de sabores, sería interesante probarlos— el castaño mostró sus dientes en una enorme sonrisa.>>>
Minho quiso decir algo pero la figura de Jisung desapareció frente a él, encontrándose de nuevo a solas con aquella canasta llena de verduras.
Un sentimiento de nostalgia se apoderó de él, ya no quería seguir así, tanta gente le sugería que era momento de separarse, incluso su madre una vez lo insinuó pero la pura idea hacía que le doliera el estómago, si, Jisung era su amor de universidad y aunque mucha gente le dijera una y otra vez que podría iniciar de nuevo sencillamente Minho no quería, si tuviera que volver a iniciar lo haría con Jisung, pero aveces cuando las pelas los sobrepasaban pensaba en que quizá el castaño estaría mejor y sería más feliz sin él.
Sacudió la cabeza para eliminar todos esos malos pensamientos, solo era una mala racha en su relación y pronto terminaría, poco a poco ambos volverían a ser como eran y todo este año quedaría como un amargo recuerdo.
Camino hasta las cajas donde pagaría todo, se paseaba entre los pasillos para hacer tiempo y cuando llegó al de sopas no pudo evitar tomar dos, quizá si Jisung quería cenar con él podría prepararlas y revivir juntos su primer recuerdo en el departamento.
******
Cuando Minho finalmente llegó encontró la casa en total silencio, algo usual pero que siempre lo alertaba. Camino hasta la cocina esperando encontrar a su esposo ahí pero cuando noto su ausencia pensó automáticamente en el jardín.Ahí estaba, inclinado a un costado de los rosales estaba la figura de Jisung, no era necesario que Minho se acercara para darse cuenta que estaba llorando, las noches comenzaban a ponerse frías, lo que indicaba la llegada del otoño, este era la segunda ocasión en que su esposo lloraban junto al rosal, las flores poco a poco se marchitarían y aunque a Jisung le preocupaba más que sería de aquellas rosas a Minho le preocupaba que se pudiera enfermar.
Del sofá tomó una manta que solían utilizar cuando veían la televisión y con pasos silenciosos llegó hasta él para cubrirlo.
—¿Crees que vuelvan a nacer flores de aquí?— esa pregunta tomó por sorpresa a Minho.
—No lo dudo.
Jisung se limpió las mejillas y se puso de pie aferrándose a la cobija que le daba esa calidez que necesitaba.
—Espera en la sala, prepárate esta vez yo la cena—aviso Minho.
El castaño asintió y en silencio esperó hasta que fue llamado por su esposo, en la mesa frente a él estaba un enorme plato de fideos instantáneos de los cuales salía vapor.
—Cuando salí del trabajo pase a la tienda de comestibles y recordé lo mucho que te gustan— confesó el rubio.
Ambos cenaron en silencio y Minho se encargó de limpiar la mesa y la cocina. Por otro lado Jisung subió a la habitación para tomar un baño caliente y disponerse a dormir.
Cuando salió del baño Minho estaba acostado bajo las cobijas con sus lentes y libro en mano, la única iluminación de la habitación era la lámpara de noche que tenía su esposo junto a él.
Jisung se acosto dándole la espalda a Minho, recordando las noches en que no podían dormir sin estar abrazados, todo estaba cambiando tan rápido y parecía que retornar ahora sería más difícil que nunca.
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Crónica de un matrimonio fallido (minsung)
FanfictionCasarte con tu primer amor es algo que todos anhelan en su juventud, ¿pero qué pasa cuando pasan los años y las cosas no son tan dulces como uno imagina? Los secretos comienza a consumir a la pareja y la peleas son el plato de todos los días. ¿Ese a...