La noche parecía eterna para ambos, Jisung no encontraba consuelo, solo lloraba entre los brazos de Minho quien intentaba calmarlo.
No dejaba de disculparse y prometerle que todo estaría bien, con las pocas fuerzas que aún tenía Minho se encargó de despojar a Jisung de su ropa y ponerle algo más cómodo y acto seguido lo hizo consigo mismo.Debajo de las cobijas no hicieron más que abrazarse mientras lloraban en silencio, hasta que el cansancio fue mayor que los hizo caer rendidos.
La mañana siguiente se sintió extraña, la mirada que se dieron apenas despertaron lo dijo todo: no querían hablar sobre el tema.
Minho lo había pesando, por más ansioso que estaba por saber todo, realmente no se sentía preparado para escucharlo.—¿Quieres comer algo?— pregunto el rubio al castaño que se aferraba a su cuerpo.
—No— su voz fue apenas audible.
—Yo tampoco— confesó.
—Min, yo lo siento— Jisung se incorporó en la cama— se que fue muy cruel de mi parte no decirte nada, pero tenía mucho miedo a que eso fuera lo que te impulsara a querer separarte de mi.
Minho lo miro confundido, aún no entendía cuál de sus acciones le hacía creer eso a su esposo.
—Dime, ¿en algún momento te hice sentir que ya no te amaba?
Jisung solo negó.
—Se que tus padres no apoyan lo nuestro— suspiro— se sobre lo que dijeron cuando les avisamos que nos iríamos a Seúl y también que tú madre te pasó el número de una chica para que se conocieran.
Minho no supo que decir, él también escondía sus secretos claro estaba.
Al final del día lo que pensó que era una protección terminó siendo algo que dañó mucho el autoestima de su pareja.—No importa lo que ellos piensen, importa lo que yo siento por ti.
—¿y si nunca logró darte un hijo?— lo miro directo a los ojos— sé que deseas tanto ser padre, no quiero que dejes atrás uno de tus sueños por mi.
Minho soltó una risa.
Se levantó estirando un poco su cuerpo y le pidió la mano a Jisung, el castaño aceptó un poco confundido y fue jalado hasta el exterior.
Ambos salieron recibiendo el sol del nuevo día qué calaba en sus ojos que tardaron en acostarse a la luz, la arena se sentía caliente en sus pies descalzos que con firmeza caminaban hasta la orilla del mar azul.
—Vamos.
—No, te espero aquí— Jisung se dejó caer sobre la arena dispuesto a ver la calma del lugar.
—Si no quieres por las buenas entonces será por las malas— Minho corrió en dirección a Jisung y habilidosamente lo tomó entre sus brazos cargándolo hasta el mar.
No pudo evitar estremecerse cuando una ola golpeó sus pies.
—No, Minho— gritó— está helada.
—Disculpa no pode llevarte a una playa climatizada — se burló el rubio antes de bajarlo lentamente permitiendo que las olas los golpearan a ambos.
Apenas tuvo sus manos libres tomó el agua salada y comenzó a mojar el cuerpo de Jisung de forma lenta, acariciando sus manos y rostro, dejando caer unas gotas sobre su cabello pero asegurándose de no salpicar sus ojos, no quería que Jisung lo dejara de ver en ningún momento.
—¿Que haces?.
—Te estoy limpiando— respondió mientras continuaba en lo suyo.
—Si querías que tomara una ducha podías decirlo— cerró sus ojos mientras recibía el agua que caía de las manos de Minho.
—No te estoy bañando— le aclaro— estoy limpiándote— volvió a decir— te estoy quitando tus miedos e inseguridades, quiero que el mar me ayude a liberarte de toda tu tristeza y se lleve todo lo malo que vivimos en el pasado, que nos ayude a comenzar de nuevo pero ahora sin secretos, limpiemos nuestras almas Jisung y sigamos juntos hasta el final de nuestros días.
Jisung sabía que no se equivocó en decidir enamorarse de ese rubio, mucho menos de elegir compartir su vida con el, ¿como pudo haber dudado tanto tiempo de su amor? Realmente Minho se desvivía por él y podía asegurar que ese sentimiento era mutuo.
—Te amo Lee Minho.
El rubio no pudo ocultar su sonrisa.
—¿Que?
—Que te amo— el castaño brinco sobre su esposo de manera inesperada provocando que ambos cayeran.
Jisung aprovechó su posición arriba de Minho y sin pensarlo unió sus labios en largo beso, donde el mar los cubría de pies a cabeza con las olas llegando a la orilla, cuando el agua salada llegaba a escabullirse por la boca de ambos no podían evitar reír, así era como se sentía amar, Justo así era como tenían que vivir sus días.
—Te amo Jisung— Minho tomó con fuerza el rostro de su esposo— y te amare por el resto de mis días.
*******
El día pasó rápido y conforme fueron pasando las horas la pesadez del lugar fue disminuyendo, ambos estaban cómodos en el nuevo ambiente y más que nada decididos a disfrutar de manera especial todo lo nuevo que la vida les tuviera preparado.Minho había ordenado a Jisung tomar un largo y relajante baño de burbujas, tenía la indicación de tardarse mucho y si por algún motivo lo vía afuera antes de lo que él consideraba el tiempo adecuado estaba avisado que lo volvería a meter a la tina y lo encerraría en el baño.
Ya era suficiente, no tenía noción del tiempo qué pasó dentro del agua pero las arrugas que se formaron en las yemas de sus dedos le indicaban lo mucho que llevaba ahí dentro.
—Jisung— La puerta del baño fue golpeada levemente.
—Aquí sigo— grito— en contra de mi voluntad claro esta— susurro para el mismo.
—Ya puedes salir, te veo en el patio trasero, ahora si te pido que no tardes— se burlo.
Jisung rodó los ojos y finalmente salió, el baño realmente si lo había ayudado a relajarse por lo que creía que después de cenar caería completamente rendido y no puso mucho esfuerzo en su vestimenta.
Grave error.
—¿Que es todo esto?— no podía creer lo que tenía frente a él.
Minho en serio había organizado toda una cena romántica en menos de una hora.
—Solo una pequeña sorpresa— se acercó a él para rodearlo y plantar un corto beso en su frente.
—Ya vuelvo, déjame ponerme otra cosa— le anuncio pero fue detenido antes de poder dar si quería dos pasos.
—No, te ves hermoso.
Lo tomó de la mano y guió hasta su mesa improvisada, se trataban de un par de cobijas y los cojines del sofá redondo a sus espaldas, sería como un picnic nocturno donde la noche sería iluminada, por fogata improvisada y la luz de la luna.
—Mira, prueba esto— Minho tomó un bocadillo que llegó hasta la boca de Jisung.
La expresión de Jisung lo dijo todo, estaba disfrutando demasiado de la comida.
—Min, esto es delicioso y todo realmente es muy lindo— Jisung busco su mejilla para darle un beso— extrañaba tanto esto, nos extrañaba a nosotros.
Minho solo podía contemplarlo en silencio, se sentía bien de poder mejorar el estado de ánimo de su esposo y hacerlo olvidar todo.
Jisung tomó una fresa y la llenó de crema batida antes de llevarla a su boca, sintió como un poco había quedado por fuera y antes de que pudieran sus manos llegar hasta el borde de su boca para quitarla los labios de Minho ganaron y se encargaron de eliminar todo rastro.
Sintió la vergüenza subir hasta sus mejillas y tornarlas de rojo, el movimiento fue tan inesperado y que Jisung solo se quedara en silencio viéndolo lo hizo sentir más vergüenza.
La forma en que lo había besado solo fue la chispa que necesito Jisung para avivar el fuego que sentía dentro de él.
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Crónica de un matrimonio fallido (minsung)
FanfictionCasarte con tu primer amor es algo que todos anhelan en su juventud, ¿pero qué pasa cuando pasan los años y las cosas no son tan dulces como uno imagina? Los secretos comienza a consumir a la pareja y la peleas son el plato de todos los días. ¿Ese a...