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Al despertar lo primero que hizo Minho fue tomar un baño caliente, necesitaba que el calor del agua relajara sus músculos pues dormir en el sillón no era cómodo, irónicamente lo compraron siendo consientes de eso, pensaron que nunca tendrían la necesitada de dormir ahí y era absurdo el solo pensar en que uno de los dos lo utilizaría.

Jisung no se tomó la molestia de saludarlo, ni cuando entro en la habitación para pasar directo al baño, ni tampoco cuando se lo topo en la cocina mientras estaba preparando su desayuno, lo único que se mantenía intacto era el hábito de Jisung en preparar su desayuno y la merienda que llevaría consigo a la oficina, el lado maternal de Jisung era tan fuerte que no le permitía mandar al rubio con su estómago vacío.

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—Que alivió que ya es fin de semana— Seugmin celebró mientras se estiraba sobre su asiento.

—La única diferencia de un fin de semana y un día normal es que el trabajo lo puedes hacer desde casa— se burló el rubio.

La mirada molesta de Seugmin lo hizo reír, pero es que el rubio no mentía, los días de pasantía habían quedado en el olvido y el trabajo nunca terminaba.

—Lee Minho— una voz femenina lo llamo desde el otro lado de la oficina, era la mujer de recursos humanos— pasa a mi oficina.

Minho cruzó mirada con Seugmin quien lo alentó a ponerse de pie e ir a donde la mujer.

—Cierra la puerta— pidió la mujer mientras pasaba por el umbral.

—Buenas tardes— Minho se limitó a reverenciar y ponerse cómodo en la silla vacía.

—Estuve leyendo tu solicitud y tu desempeño en la empresa este año y aprobamos sin duda tus vacaciones— continúo — aunque debió a las fechas y la carga administrativa reciente podría ser dentro de tres meses con posibilidad de cambio.

Las esperanzas de Minho se fueron, toda esa emoción que desarrolló desapareció cuando la mujer mencionó eso, además de que la pelea de la noche anterior aún se repetía en su memoria.

—Entiendo, volveré a mi trabajo— la decepción se dejó notar en su voz— muchas gracias por su tiempo.

El rubio acomodó su corbata y se puso de pie.

—Me sorprende que a pesar de que marco el motivo de su descanso como "asunto familiar urgente" lo esté tomando con calma.

—No mentí cuando lo hice— se detuvo antes de abrir la puerta— pero tampoco puedo dejar el trabajo, soy totalmente responsable económicamente de mi esposo y si perdiera mi puesto no sabría con qué cara le pediría que abandonáramos nuestro sueño de vivir en Seúl.

—Ya veo—analizó al rubio de pies a cabeza— se que es una persona responsable y por lo que puedo ver no solo en la vida laborar— continuo— puedo proponerle algo joven Lee, tenemos infinidad de solicitudes en pasantías y para mi no sería difícil poner a que uno de esos universitarios cubra sus días de ausencia— el semblante de Minho cambio— solo que existiría la condición donde te harías responsable por el trabajo de él, lo que significa que al regresar incluso tu carga de trabajo podría ser mayor si es que tiene problemas.

—¿De verdad es posible eso?

—Si— sonrió— pero también tienes que ser consciente de que si te necesitamos antes tendrás que regresar.

Lee Minho movió la cabeza en señal de aceptación.

—¿Cuando podría tomar esos días?.

—Solo termina hoy tu turno.

Crónica de un matrimonio fallido (minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora