Después de una comida que los dejo más que satisfechos regresaron a la casa y se quedaron dormidos por buen rato, despertando cuando el cielo estrellado cubría el lugar.
Jisung fue el primero en tomar una ducha, seguido de Minho.
Aprovechando los minutos a solas Jisung salió al sillón a tomar un poco de aire fresco, se colocó una chamarra y un par de calcetas limpias, porque aunque los días fueran soleados y cálidos las noches por alguna extraña razón se tornaban frías.—¿Puedo?— Minho apareció a su lado cubierto con la manta que anteriormente estaba en la cama.
—Si.
—Me gusto este lugar, me recordó mucho a la casa de mi abuela.
—Es verdad— afirmó jisung— siempre ame la casa de tu abuela, quizá por eso me gusta mucho aquí.
—Ni siquiera mi abuela quería aquella casa, no sé qué le veías, estaba llena de retratos viejos y adornos que mi abuela no tiraba por lastima.
—Eso es mentira— Jisung se giró para verlo de frente— esa casa estaba repleta de recuerdos, recuerdos muy felices para tu abuela.
Los ojos de Minho se apagaron un poco ante sus palabras.
—Ella me confesó que no tiraba nada porque todo ahí le recordaba a tu abuelo y a ustedes, había objetos que ustedes de niños amaban y cuando empezó a olvidar cosas era lo único que podía transportarla a aquellos días.
—No lo sabía— los ojos de Minho se cristalizaron.
—Me hizo prometer guardar el secreto, no quería que tú madre se enterara que su memoria estaba fallando y que pensaran era algo más grave— suspiro— a cambio de mi silencio dijo que me regalaría su casa pero uno de los dos tenía que romper primero la promesa— sonrió Jisung recordando aquellos días.
Minho sonrió cerrando un poco los ojos liberando así las lágrimas que se acumularon, nunca antes vio las cosas de esa manera, ni siquiera se tomó el tiempo de preguntarle cuando aún vivía el motivo de todos aquellos objetos que guardaba, y ahora con la confesión de su esposo le dolía el pecho, se sentía miserable y una mala persona por no aprovechar mas los días en que aún vivía. La amargura lo invadió más cuando se recordó a él mismo ayudando a su madre y hermano a limpiar y tirar todo lo que había para crear así una casa donde podrían pasar las vacaciones, fue entonces que entendió porque Jisung se negó rotundamente a participar en eso.
—Gracias— Minho tomó la mano de Jisung— por escuchar a mi abuela y permitirle revivir sus recuerdos. Sé que ella fue más que feliz de poderle contar a alguien toda su vida.
*******
El cansancio acumulado no tardo en aparecer de nuevo y después de una charla conmovedora ambos fueron directo a la cama, siendo así la primera vez en mucho tiempo que durmieron uno frente al otro, realmente no se abrazaron, ni se tomaron de las manos, solo tenían sus rostros uno cerca del otro, ninguno tuvo la valentía de ser el primero en darse la vuelta como solían hacerlo en Seúl. Y es que había algo diferente en el ambiente, iniciando por el hecho de ya no estar en Seúl, en aquella casa que por alguna extraña razón ponía de malas a ambos.Ninguno mencionó nada, pero ese acto pequeño había movido cosas en el interior de cada uno, los sentimientos que ahora los invadían eran muy diferentes en cada uno, incluso uno de ellos sintió que sus emociones cada vez eran menores, esa chispa que tanto tiempo mantuvo la relación no era más que brazas a las cuales solo les quedaban dos opciones, apagarse de una vez por todas, o luchar por avivar el fuego que en un pasado fueron.
Con los primeros rayos del sol Minho se puso de pie para preparar una taza de café, estaba tan acostumbrado a despertar muy temprano para el trabajo y por más que intentara estar más tiempo en la cama su reloj biológico se lo impedía.
—Buenos días— Jisung salió del cuarto aún luchando por abrir los ojos, se despertó desde el momento en que sintió al rubio ponerse de pie pero quizo no ser muy obvio—No se como puedes tomar eso a estas horas— señaló la taza.
—Me ayuda a despertar y relajarme.
—No cuestionaré tus ideas, mejor prepárate el desayuno.
Jisung tomó el único sartén que había en la cocina y busco en el refrigerador y la alacena lo necesario para preparar un desayuno decente.
La puerta fue golpeada en dos ocasiones y al estar Jisung ocupado Minho se encargó de ver de quien se trataban, tal fue su sorpresa cuando aquel hombre mayor de la gasolinera estaba parado frente a su puerta.
—Que tal joven Lee— saludó con una sonrisa que provocó que sus ojos rasgados se cerraran.
—Señor Yang, es un placer— saludo— adelante, es más que bienvenido.
El hombre negó con la mano su invitación.
—Vengo de paso— anuncio— ayer por la noche fue a mi hogar el señor Kang, mencionó que no sabía como comunicarse con usted, por eso acudió a mi.
Minho rápido entendió que la visita se trataba de informar la situación de su auto.
—Lo siento, pensé en dejarle mi número de celular pero la señal no es muy buena aquí.
—En un pueblo tan pequeño como este la gente de la gran ciudad no se preocupa por ayudarnos con problemas como esos. Además de que no lo necesitamos mucho.
—Entiendo.
—Pero bueno, en lo que estaba— se rascó la cabeza—es necesario cambiar algunas piezas de su auto y no será problema para el señor Kang pedirlas y arreglar su auto, dice que lo más que tardaría sería un día y medio— la cara de Minho se iluminó ante la noticia, retomarían sus planes más pronto de lo esperado.
—Eso es grandioso— Minho tomó su mano y la estrechó, estaba tan agradecido de tomarse el tiempo de ir a decirle.
—Si— aclaró su garganta— solo está el detalle que esas piezas llegarían aquí dentro de una semana.
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Crónica de un matrimonio fallido (minsung)
FanfictionCasarte con tu primer amor es algo que todos anhelan en su juventud, ¿pero qué pasa cuando pasan los años y las cosas no son tan dulces como uno imagina? Los secretos comienza a consumir a la pareja y la peleas son el plato de todos los días. ¿Ese a...