1. El eterno adiós

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..."La vida puede cambiar en cualquier momento"...

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(...) Año 1700 d. C (...)

"Miedo"
Nunca supe lo que significaba esa palabra hasta que llegó ese día.

17 de abril del 1700.

Estiro mi cuerpo observando el pequeño rayo de sol que atravesaba las lujosas cortinas del ventanal; anunciando que era hora de despertar, escuchar el movimiento constante de los sirvientes por la casa hacía imposible conciliar el sueño nuevamente.

Ese sentimiento de no querer despegar mi cuerpo de la cama no podía ser disfrutado hoy.

A puntillas puse mis pies descalzos en el frío suelo, camine hasta la tina repleta de agua y cuidando que nadie me escuchara lavo mi cuerpo. Si alguien llega a saberlo sería un escándalo.

Bruja

Ser Despreciable

Escoria de la sociedad

De esa manera actuaría alguien si supiera mi secreto de limpieza, o mucho peor. Lo normal sería mojar mi piel dos o tres veces al año pero mi padre me ha obligado hacerlo sin razón alguna desde que era una niña.

"Uno de los miles de extraños comportamientos de mi padre"

Después de terminar con la misión vuelvo a colocar mi cuerpo entre las sábanas y como si nada hubiera ocurrido llamo a los sirvientes para que se encarguen de arreglarme.

-Elena es hora de que bajes

- Si madre- bufo al oír sus gritos

Mi padre llegaba de su viaje y normalmente cuando arribaba a España nos preparábamos para su recibimiento.

Apuro a los sirvientes y me observo en el espejo, mi cintura es tan pequeña que mis manos se rozan cuando las coloco alrededor.

Abro la puerta y bajo las escaleras colocando mis manos sobre ellas, son de una madera tan fina que podría decir que puedo llegar a ver mi reflejo. Llego al comedor y tomo algo rápidamente de los miles de platos de desayuno, incomodar a mi señora madre no suele ser agradable, así que corro lo más que puedo hacia el carruaje, mis zapatillas tan naturalmente dolorosas hacen imposible apurar mi paso.

Subo al carruaje ofreciéndole a mi madre una sonrisa de " Ya estoy aquí ".

Ella es una mujer fina de cabellera oscura, con un porte sublime, diría que todo lo contrario a mí, digamos que soy un poco más "Sencilla"

Respiro profundamente, este vestido aprieta lo suficiente como para mantenerme sin poder respirar durante todo el viaje, nunca ha sido de mi agrado tener que fingir todo el día ser una mujer perfecta.

- Hemos llegado al puerto-levantando la cortina del carruaje.

Pongo mis delicadas zapatillas en tierra

Y ahí está, el mar

Nunca había visto nada más hermoso, sentía que mi largo cabello le agradaba la idea de despeinarse un poco, el movimiento de personas era constante y ese solo pesar me ponía de los nervios, me gustaba el silencio, así que solamente enfocaba mis ojos en el mar y en las despedidas constantes, algunas más reales que otras pero al final eran lo que eran, "despedidas"

Con apenas 19 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora