14. Edward

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..."Cargar el peso del pasado te hará imposible cargar el peso del presente"...

Edward

Elena lleva varios minutos en el baño de un establecimiento de comida.

"Mujeres, porque siempre tardan tanto"

Nunca pensé decir esto pero la actitud de una mujer me está molestando. Seré sincero conmigo mismo; me siento mal por como la trate, pero que puedo hacer, no se comportarme de otra manera.

Ni siquiera me dirige la voz, me evita aún sabiendo que soy la única persona con la que puede hablar. No puedo dejar de pensar en los miles de malos pensamientos que tiene puestos sobre mí, yo sabía que no debía acercarme, todo lo que toco lo destruyo y ella es tan pura, sensible, cristalina y transparente. Sé que ella no lo sabe, ni tiene la menor idea, pero yo la conocí antes que viniera a esta época.

(...) 1700 d. C (...)

Era su cumpleaños 18, su padre quería que todo fuera perfecto así que nos invitó a Jack y a mí para que protegiéramos mejor su lujosa mansión. Estaba escondido en la oscuridad apartado de las vistas, hasta que la vi, con un vestido azul desbordante de detalles plateados tan largo que cubría varios escalones de la escalera. Cada vez que se acercaba más al salón mi corazón palpitaba sin freno, sin explicación, mis manos sudorosas. Fue la primera vez que una mujer provocó ese sentimiento en mí, nunca había observado un ser tan deslumbrante, era como si el océano estuviera en sus ojos y su cabello negro brillara con la luz de las velas del candelabro.


- ¿Qué crees que estás haciendo?- su padre aparece a mis espaldas

- Nada

- Crees que no he visto como la estás observando

- Es tu imaginación, ella no es mi tipo, puedes estar tranquilo

- Más te vale

(...) Actualidad (...)

No lo culpo, que padre querría que un asesino se fijara en su hija.

Pero lamentablemente lo hice.

Nunca más la volví a ver hasta ese día que toque la puerta de esa casa. El objetivo era ser agradable con ella para así ganar su confianza. Sin embargo tenerla cerca y conocerla terminó siendo todo un reto para mí.

Salgo de mi mente y vuelvo a observar el reloj, estoy comenzando a ponerme inquieto, ser obsesivo con la puntualidad es parte de mi personalidad.

Elena

Elena, que haces

Hasta que al fin la veo caminando hacia donde estoy. Esa trenza alta que realza su cuello, su pantalón negro vibrante marca su cuerpo atrevidamente. Me subo a la moto y saco de mi mochila una manzana, se la ofrezco mientras monta la parte trasera, ella la toma y arranco el motor.

...

Hemos llegado a la gran ciudad, parqueo en un callejón.

- La dejaras aquí- al fin vuelvo a escuchar su voz, aunque su tono frío no combina con su dulce rostro.

- Ya no la necesitamos. Sígueme.

Agarro su mano para salir de este sucio lugar, ella se resiste al sentir mi mano sujetándola.

Todavía le llama carruaje a los carros. ¿En serio piensa que puede andar sola?

Atravesamos una avenida hasta llegar a una plaza, con el rabillo de la mirada observo a Elena que tarde o temprano terminará mareada de tanto torcer su cuello por observar todo lo que tiene a su alrededor; las edificaciones, las personas y sus vestimentas, la fuente de unos ángeles que brotan agua junto a las palomas que rodean la plaza, los establecimientos, la comida.

Con apenas 19 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora