9. Fuego

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..."Situaciones difíciles; conllevan medidas drásticas"...

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Un gran cuadro que esbozaba a mi madre y yo abrazadas es lo primero que observo en la entrada, me acerco hacia la pintura, un sentimiento tormentoso inunda mis pupilas.

Dolor a la perdida o quizás el miedo a un futuro que depende solo de mí.

- Tu padre te ha dejado un mensaje- oigo el sonido de la voz que sale de entre las paredes.

Algo que se encuentra colocado sobre una de las mesas se alumbra y veo el rostro de mi padre.

- ¡¡!Papá!!!- grito de alegría y corro hacia otro estraño artefacto, pongo mis manos en donde se encuentra su rostro pero no puedo tocarlo.

*Se reproduce una grabación*

Mantengo mis manos sujetado el artefacto con delicadeza.

- Hola Elena, mi niña- mi padre habla

- Si estás viendo esto puede ser posible que haya pasado lo peor y posiblemente estés muy confundida.

Esta era mi casa cuando volvía a mi tiempo real, nunca traje a tu madre aquí, en uno de mis viajes al pasado la conocí y quede locamente enamorado de ella sin embargo nunca la quise involucrar en mi antigua vida.

Llegue a tú época cuando apenas tenía 32 años, tu abuelo era un gran científico y me involucró a mi hermano y a mí en toda esta locura.

Mi padre pasó muchos años de su vida dedicándolos a encontrar una manera de viajar en el tiempo, sin embargo fui yo quién logro construir la máquina.

Al principio todo lo que hicimos fue en nombre de la ciencia como él nos había enseñado, recopilábamos información, logrando dar respuesta a enigmáticos descubrimientos que eran todo un misterio, los hallazgos nos dieron fama, logramos conocer grandes figuras de tiempos antiguos; científicos, pintores, arqueólogos, constructores, matemáticos y físicos, pero siempre sin intervenir en la historia.

Contratamos personas para que trabajarán para nosotros y creamos una red de viajeros en el tiempo que reunían información sin importar los riesgos.

Pero todo cambio cuando el dinero nubló la vista de tu abuelo, él comenzó a vender información valiosa a peligrosas personas o al que más pagara.

Yo construí tres máquinas, una de ellas está aquí conmigo, la segunda la posee tu abuelo y la tercera está escondida.

Pero solo dos personas podían hacer funcionar las máquinas.

Tú y yo mi niña.

Las máquinas solo funcionan con la sangre del creador, cuando naciste puse gotas de tú sangre en el sistema de las máquinas para que también trabajarán para tí por si algún día fuese necesario.

Intenté parar a mi padre pero en vez de eso él intentó matarme varias veces, me quedé viviendo en esta época junto a tu madre pensando que hacía lo correcto.

Fui capaz de crear mi propio equipo y paralizar varias redes de tráfico de antigüedades que mi padre había creado por culpa de la avaricia.

De alguna manera tu abuelo logro incrustar su sangre en la máquina que tenía en su poder para que pudiera funcionar y ahora quiere matar a todo aquel que tiene su sangre involucrada en las máquina, así nadie será capaz de detenerlo, porque una vez que integras tú sangre nunca puede ser separada.

Él desea convertirse en el dueño de los viajes en el tiempo y destruir las otras dos máquinas, cueste lo que cueste.

Solo puedes confiar en Jack y Edward, en nadie más.

Con apenas 19 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora