Su mano sujetaba firmemente la suya mientras la arrastraba entre la gente, aprovechando que el lugar estaba lleno sus dedos entrelazados pasaban desapercibidos.
—¿A dónde vamos? —cuestionó la chica de ojos verdes mirando como la castaña que tiraba de ella tenía claro a dónde se dirigía.
—Callate y sígueme. —contestó. Mirando el lugar se dió cuenta que su familia estaba demasiado distraída como para notar que estaba saliendo del lugar donde se llevaba acabo el evento lo cual agradecía.
Una vez estuvieron afuera el aire frío de la noche rodeó sus cuerpos. El patio del lugar tenía poca iluminación lo cual dificultaba un poco la vista de los que ahí se encontraban, era el típico espacio que utilizarían para hablar sin gritar en una fiesta con música a todo volumen.
—Aquí no hay nadie. —resaltó la más baja observando el lugar al que la había llevado.
Los ojos de la castaña ubicaron su objetivo sonrió de lado volviendo a tirar de la mano de la chica. Dando solamente unos pasos más estuvieron frente a una puerta la cual fue abierta por la castaña entrando al lugar seguida de la chica de ojos verdes cerrando la puerta a sus espaldas.
—¿Un baño? —inquirió extrañada al ver el lugar a donde la había llevado con tanta insistencia. Los cubículos se notaban vacíos y el lugar totalmente limpio.
—¿Podrías guardar silencio un momento? —reprochó dándose la vuelta soltando la mano de la chica para sujetarla ahora de las solapas de su chaqueta dando dos pasos hacia adelante obligandola a retroceder hasta tener su espalda pegada a la pared.
—Calle.... —mumuró la más baja observando detalladamente el rostro de la chica frente a ella demoradose unos minutos en su boca tentandose a besarla.
—Llevo aguantandome toda la noche, no voy a dejar pasar la oportunidad, Garzón.
Con lentitud la castaña acerco su rostro al de la contraria rozando sus labios. Sus respiraciones se mezclaban. Las manos de la más baja se encontraban firmes a sus costados, debatiendose internamente si acabar o no con las distancia entre sus labios.
—¿Vas a besarme o tendré que besarte yo a ti? —bajando sus manos por su torso llegó a sus manos tomandolas y llevandolas a su cintura sin apartar la mirada de los ojos de la chica frente a ella. Quería transmitirle confianza.
—Alguien podría entrar. —le recordó. Por más que se muriera por besarla tenían que tener cuidado con que alguien entrara.
Soltando un suspiro dió un paso atrás, llevándola consigo hasta entrar a uno de los cubículos quedando frente a frente con la pequeña puerta cerrada con seguro. El espacio era demasiado estrecho por lo que sus cuerpos se encontraban totalmente pegados. La tensión aumento y sus miradas no parecían querer apartarse.
—¿Mejor?
—¿No se vería raro que se vieran más de dos pies en un solo cubículo? —preguntó con una sonrisa divertida teniendo más confianza para colocar sus manos sobre la cintura de la castaña.
—Es que pones mil y un excusas. —reprochó sonriendo rodeando con sus brazos el cuello de la más baja.
—Solo quiero ser precavida y no levantar sospechas. —mumuro cerca de su boca.
—Justo ahora te aseguro que levantar sospechas no me importa.
Sin esperar más tiempo la beso. Era delicado, con cariño, tranquilo. Como si fuese su primer beso.
—No sabes lo mucho que deseaba besarte. —soltó en un susurro contra sus labios.
—Creeme que me hago una idea. —sonrío.
El beso comenzó a subir su intensidad volviéndose cada vez más intenso, necesitado y con ello sus manos empezaban a recorrer otras de zonas de sus cuerpos buscando más contacto. Gracias al poco espacio podía sentirse la cercanía de sus cuerpos logrando que la temperatura comenzara a elevarse.
Gracias a la falta de aire se vieron obligadas a separarse un poco uniendo sus frente aún con los ojos cerrados recuperando el aire. Una sonrisa tonta se plasmaba en sus rostros.
—¿Si te pido que te sujetes bien lo haces? —preguntó sin moverse abriéndose sus ojos encontrándose una expresión de confusión de parte de la castaña.
—¿Por qué tendría que sujetarme? —cuestionó sin entender. Sin decir nada la mayor llevó sus manos a las piernas de la castaña dándole a entender lo que quería hacer a lo cual asintió.
—Si nos caemos bueno —soltó en un tono burlón — del piso no vamos a pasar.
Rodeando nuevamente su cuello dió un pequeño salto sintiendo como las manos de la contraria la sujetaban fuertemente de sus muslos pegando la espalda de la chica a la puerta de cubículo para mayor equilibrio agradeciendo que está no se abriera en el proceso gracias al impacto.
—¿Y si nos vamos al hotel? —propuso con una sonrisa. A lo que Calle nego lentamente.
—Sabes que en un rato estarán buscándome.
—Lo sé, por eso voy a aprovecharte aquí y ahora. —Volviendo a capturar sus labios dejo que los dedos de la castaña se enredaran en su cabello dando leves tirones.
Dejándose llevar un poco más comenzó a dejar pequeño besos por la mejilla y mandíbula de la castaña hasta llegar a su cuello dónde se entretuvo un rato besando y mordiendo suavemente.
—Ni se te ocurra marcarme. — jadeo en voz baja.
—No pensaba hacerlo...no en un lugar visible por le menos.
Regresando a sus labios para besarla con fuerza sintió como las manos de la menor soltaban su cabello para comenzar a soltar los tres primeros botones de su propia camisa logrando que la chica de ojos verdes rompiera el beso para mirar que hacía.
—¿Qué haces?
—No preguntes y solo bésame, Garzón.
—Mandona. —murmuró retomando los besos en su cuello con la diferencia de que está vez se atrevió a bajar un poco más besando en partes aleatorias de su pecho.
—Callate.
La tensión subía y las ganas de llegar a más amentaban cada vez más, pero sabían que no era ni el lugar ni el momento de hacerlo, pero disfrutaban ese momento y su cercanía, sin pensar que ese momento se vería interrumpido.
—Dani, ¿Estás aquí? —sus corazones parecieron detenerse por una fracción de segundos al escuchar la voz de Juliana llenando el lugar —¿Calle?
—No. —dijo en voz alta la chica de ojos verdes, era inútil fingir que no estaba ahí, después de todo fácilmente podían verse sus pies por debajo de la puerta.
—¿María José?
—Sí.
—¿No has visto a Daniela? —cuestionó. Los cuerpos de ambas se encontraban tensos. Esperaban que Juliana no se quedara tanto tiempo adentro para poder salir.
—No —mintio —, la ví en la barra con Jaramillo antes de venir aquí.
—Bueno, iré a buscarla, si la ves le dices que la estaba buscando.
—Claro Juli.
Una vez escucharon la puerta cerrarse pudieron respirar nuevamente con normalidad. María José soltó a Daniela con cuidado para luego salir de cubículo asegurándose que no hubiera nadie adentro.
—Eso estuvo demasiado cerca. —María José asintió ante sus palabras.
—No volveremos a hacer esto. —soltó acercándose a la puerta junto con la castaña.
—Sabes que igual se repetirá. —argumentó con gracias abriendo la puerta y saliendo del lugar con María José detrás de ella sonriendo con diversión.
...
Enigma.
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Historia.
FanfictionUna apartado de micro relatos creados por mis ocurrencias o creados bajo pedidos de ustedes y sus preferencias. Portada: Enigma1518 Historias originales de Enigma1518 Prohibida copias o adaptaciones sin consentimiento de la autora.