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—Me estas comenzando a preocupar.

—No deberías preocuparte —balbuceo a través del teléfono mientras parpadeaba varias veces a causa del alcohol en su sistema. La botella en su mano ya estaba vacía y comenzaba a perder el sentido de la orientación —, ¿Es obligatorio ir a la cena? —preguntó con desanimo soltando una pequeña risita al final. Juliana rodó los ojos.

—Lo mejor es que te quedes en casa, no puedes manejar así y mucho menos dejar que mamá o papá te vean en ese estado. —le reprocho con cierto enojo, aunque realmente solo estaba preocupada por el estado de su hermana.

—Bueno, está bien —contestó sacudiendo un poco su cabeza. Su cabeza comenzaba a dar vueltas y eso le desagradaba por completo —, diles que luego se los compasaré.

—Cuídate Calle, te veré mañana temprano.

–Claro, nos vemos mañana Juli. Salúdalos por mí.

Una vez la llamada finalizó tiró el teléfono a un lado, el cual rebotó y cayó directamente al suelo. Suspiró. Con pesadez dejo la botella vacía en el suelo para luego tomar su celular haciendo una mueca al ver que su pantalla estaba rota y el dispositivo apagado.

—Es que tengo una suerte de puta madre. —murmuró.

Con torpeza se levantó de su cama para luego caminar tambaleante a la puerta. Tanteo con su mano libre varias veces la puerta hasta dar con la perilla de esta. Su visión comenzaba a nublarse. Al estar afuera de su habitación, sin preocuparse por cerrar la puerta de esta se dirigió a la puerta de entrada de su casa. Gracias a un tropiezo con sus propios pies cayó de rodillas al suelo dejando caer su teléfono.

—Imbécil. —río con amargura mientras tomaba el móvil para luego levantarse.

Tomando sus llaves, las cuales colgaba junto a la puerta salió de su casa. Caminó hasta su auto y subió a este por la parte del piloto.

—Estúpida llave —bufó con frustración al no poder encajar la llave en la ranura para encender su auto—. Ja, te gané. —celebró cuando logró encajarla y encender su vehículo. Comenzó a manejar. Con una mano en el volante y una mano sujetando el móvil miro por uno segundos la carretera.

Con el ceño fruncido mantuvo el botón de encendido procesionado por unos minutos, sonriendo feliz al ver que este encendía. Alternando la mirada en la carretera y el dispositivo espero a que este encendiera por completo para luego entrar al WhatsApp buscando en el único chat que mantenía restringido. La última conversación en ese chat había sido de hacia 15 días. Un sentimiento de tristeza se instaló en su cuerpo.

"Ella".

Parpadeando un par de veces con fuerza entrecerró los ojos un poco, el sol comenzaba a molestarla y el mareo no la dejaba concentrarse, por suerte la carretera estaba casi vacía. Decidida abrió el chat que había buscado y presiono el botón del micrófono para comenzar a grabar una nota de voz.

—Hola, no sé cuando vas a escuchar esto, pero espero estes muy bien —sus palabras parecían entrecortarse gracias al licor en su sistema. Bocinas comenzaban a sonar en todos lados, pero eso no le impedía seguir con lo que estaba haciendo —. Sé que hace mucho no hablamos y sé que dijiste que no volviera a buscarte, que no querías saber nada de mí, pero realmente no entiendo, ¿Cómo es que es tan fácil para ti? ¿Cómo me olvidaste tan rápido? ¿Realmente me amaste? —lagrimas comenzaban a brotar de sus ojos y comenzaba a sentirse ahogada — Yo aun no te saco de mi cabeza, no puedo dejar de pensar en ti y lo odio, ¿sabes? Comienzo a odiarme por amarte, no debería, no debería amarte.

La mano que sujetaba el volante comenzó a temblar, haciendo que su agarre fuese inestable lo que provoco que derrapara varias veces. El sonido de las bocinas taladraba su cerebro.

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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