Capítulo 7. Malditas interrupciones.

9.7K 919 355
                                    

¿Qué le dices a una mujer embarazada y hormonal cuando la dejaste con ganas de un beso? Yo no sé y al parecer Lisa tampoco porque no ha pronunciado ninguna palabra desde que nos bajamos del Getaway Car.

Solo se comunicó con una tal Sana y le dijo que le pidiera a un tal Jae-yong el favor pendiente y arreglará las cosas para el despegue.

No sé a dónde nos llevan, pero tenemos que cruzar ya por el campo hacia las pistas, ahora mismo agradezco el no traer tacones, noto como Lisa se detiene un momento para quitarse los suyos y aun así es más alta que yo, qué bendición.

—Vamos, un poco más rápido, es tarde, lo único que pude conseguir sale en 30 minutos— Voltea a decirme con firmeza y sigue caminando, claro, como con sus largas piernas no tiene ningún problema, me lo dice sin ninguna duda como si yo no estuviera más pequeña que ella y además, cargando un niño dentro de mí, descarada. ¿Y en qué momento ella hizo algo con el vuelo, acaso tiene poderes psíquicos? Ojalá no porque de lo contrario, ya debe de saber que estudie su cuerpo al derecho y al revés, empezando por sus manos, con sus dedos largos y delgados, algunas venas marcadas, pero qué bonitas manos.

Y luego su clavícula, el cómo se marcaban en el inicio de su cuello y ese lunar coqueto de su cuello, quiero lamerlo, ahora. No puedo creer lo que estoy pensando ahora mismo, no es sano, ni puro, el embarazo está haciendo cosas sobre mí, mi conciencia sabe que no son las hormonas del embarazo, pero necesito algo a qué echarle la culpa por la rápida atracción que estoy sintiendo por ella, ¡por una mujer!

Las curvas de sus caderas se movían suavemente con el andar, la hacía ver más provocadora, el vestido no ayudaba a calmar mi lujuriosa vista, era blanco, obviamente, se ceñía a su piel de una manera espectacular y a partir de ahí se expandía con vuelo hasta sus pies, si subía la mirada un poco, su espalda y hombros cubiertas por el encaje de vista ligera, era otra cosa que realmente era atractivo de ella, era tan delicada, pero se veía fuerte, esa parte de su cuerpo invitaba a ser acariciado de todas las maneras posibles.

Sé que debía detener mis pensamientos en este momento, digo, está enfrente de mí y es totalmente irrespetuoso darle una repasada por quinta vez en el corto tramo del trayecto, pero es inevitable, la atracción es fuerte. Sigo mirando su espalda baja, cuando noto que se detiene, voltea y tira de mi mano con delicadeza.

—Puedes seguir echándome un ojo más tarde, no me molesta, pero en serio tenemos que ir más rápido o nos dejarán aquí hasta la noche.— me habló en un tono muy duro y su flequillo apenas y dejaba ver un ceño fruncido. Ups, atrapada, el arte está para apreciarse, pero quién se cree que es para hablarme así y apurarme, ¿una diosa caída del Olimpo? si, si lo es, pero me habló feo— y deja esa cara de gatito enojado, te pareces al mío, se llama Leo, pero enserio si necesitamos caminar más rápido.

Me habló feo y me dijo gato enojado, y me habló feo, nunca lo voy a superar, nuevamente tiró de mí para ir más rápido. Apresuré el paso, ella iba dando pasos largos y rápidos mientras yo iba casi trotando, no es justo, me habló feo.

–Tus pucheros son agradables, solo 5 minutos más y llegamos, lo juro.

Bueno, al menos suavizó su tono. Pero antes me habló feo.

–¿Segura que son 5 minutos? todavía estamos cerca de las pistas y no veo la entrada para los Check In.

Para donde veía entraban y salían aviones, si es que podían considerarse así, eran los mismos en los que había llegado, pequeños pero no incomodaban para los viajes cortos.

–Muy segura Jennie, no te agrada caminar, ¿cierto?

–Me duelen mis pies. Yo quería quedarme en el hotel.– hablé cortante. Seguía sentida porque me habló feo.

Paper Rings |Jenlisa| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora