Epílogo. Nuestro Amor es Dorado.

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—¡Hemos llegado familia!— grité al abrir la puerta y quitarnos el calzado, rápidamente nos interceptó la madre de Lisa.

—¡Hola mis niñas, ¿cómo les fue?!— nos dijo casi gritando con una amabilidad excesiva y con nerviosismo evidente. Mis alarmas de sospecha se encendieron.

—¡Hola, mamá! ¿Cómo estás? ¿Y Ahyeon? Muero por verla, la extrañé a montones— le respondió Lisa, sin notar nada extraño, Chitthip nos estaba, de alguna manera, bloqueando el paso, por lo que lisa se estaba poniendo de puntitas y estirando su cuello tratando de ver lo más posible al interior del domicilio.

—Hola— respondí yo, con escepticismo.

—¿Por qué no nos dijeron que vendrían hoy? ¿No eran sus vuelos hasta el día de mañana?— hablo Chitthip sin dejar de bloquear la entrada y volteando hacia adentro.

—Sí, pero ya queríamos volver con Ahyeon, tres semanas lejos de ella fue suficiente— respondió Lisa.— ¿Dónde está mi angelito?

—¿Angelito?— susurró con sarcasmo Chitthip. Me coloqué frente a ella y la miré fijamente.

—¿Qué pasó?— empezó a divagar, crucé mis brazos frente a mí y repetí mi pregunta— ¿Qué pasó?

—Al parecer Ahyeon extrañaba mucho a sus mamitas— llegó diciendo Jisoo con mi niña en brazos. Lisa y yo, al verla, rodeamos a Chitthip y ambas nos dirigimos con ansia a Ahyeon, primero la tomé entre brazos y la abracé con fuerza.

—Mamá te extrañó tanto mi amor— al sentir su cálida presencia contra mi corazón se sintió completo nuevamente.— nunca hay que dejarla tanto tiempo de nuevo Lisa.

Lisa nos rodeó a las dos con sus brazos, por lo que estábamos haciendo una especia de abrazo de tres en donde envolvemos con nuestros cuerpos a Ahyeon.

—Mamá Lisa también te extrañó mucho bebé— los piecitos y manitas de Ahyeon se movían enérgicamente, se notaba que ella también nos había extrañado mucho.

En un momento, Lisa se quedó abrazando completamente a Ahyeon y yo pude ver bien el estado actual de todas. Jisoo tenía su cabello cubriendo la mitad de su cara, la mamá de Lisa se encontraba demasiado despeinada, algo inusual en ella, su clase jamás se lo permitiría, pero era evidente que no le estaba importando.

Rosé estaba parada detrás de un sofá, pero no se volteaba completamente, solo giraba su rostro, me sonrió y me saludó de bienvenida. Mi madre, a lado de ella, tenía ambas manos tomadas por detrás, todas estaban actuando muy sospechoso.

Me distrajo la risa de Ahyeon que estaba volando por los aires, aún sujeta por los brazos de Lisa, la tierna imagen de mi esposa jugando con nuestra hija aceleró mi corazón un poco.

¿Qué había hecho en mis vidas pasadas para merecer esto? ¿Ayudar a un ángel a recuperar sus alas? ¿O ayudar a una bailarina a cumplir sus más grandes sueños?

No lo sabía, tal vez solamente ya era tiempo de que, al menos en esta vida, pudiera ser feliz junto a Lisa.

Un estornudo de Jisoo me trajo a la realidad nuevamente y ahí la vi.

—¡Princesa! ¿Pues qué te pasó?— grité al descubrir cómo Jisoo tenía la mitad de una ceja depilada completamente, lo peor es que era la mitad de donde empieza, no donde termina, solo hizo un puchero y apuntó a Ahyeon— ¿mi tierna e inocente niña?

Jisoo asintió con desesperación.

—¿Creen que esta dulce carita, con esos ojos tiernos y esa pequeña sonrisa, haría algo como eso?— dijo Lisa indignada, Ahyeon sonrió ampliamente, dejando ver sus encías y achicando sus ojos por sus regordetes cachetes.

Paper Rings |Jenlisa| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora