Paper Rings |Jenlisa|

Capítulo 10. Delicate. ¿Isn't it?

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Solo se ven los ojos de Lisa sobre la taza, no la ha bajado de su cara desde que se sentó enfrente de mí en la isla de la cocina, se le veía muy tímida, nada comparado con la persona quminutos atrás, me dió el mejor beso de mi vida y me dijo todo lo que cualquier mujer desearía escuchar.

Mi cara duele de tanto sonreír, pero no puedo evitarlo, el beso se repite en bucle en mi mente, cada roce, cada movimiento, sus manos tocando mi cara, mi cuello, su sabor, ya extrañaba el sabor de sus labios.

-¿Y bien…?- qué incómodo era esto.

-Muy bieno diría yo- al fin bajó la taza para no tapar su rostro y señalandola

-Sí… el chocolate te quedó buenísimo, al parecer todo te sale muy bien.

-¿Qué te puedo decir? Tengo múltiples talentos.

-Puedo afirmar algunos de ellos.

-Aguarda, ¿de qué estamos hablando Jennie?- me cuestionó con una innegable expresión de confusión en su rostro.

-Estamos hablando sobre tu, para nada cuestionable, talento para hacer bebidas calientes- y de tu habilidosa boca, por supuesto, esto último claramente no se lo dije, tenía muchas ganas de repetirlo, pero teníamos que hablar.

¿En dónde nos dejaba todo esto? ¿Qué éramos o más bien, en qué íbamos a convertirnos?

La atracción se sentía tan fuerte como los polos opuestos de un imán. Y es que realmente lo éramos. Lisa siendo una mujer fuerte, empoderada, inteligente, determinada y sumamente hermosa y luego yo, una maestra que tiene que compartir alquiler con su mejor amiga, próxima mamá soltera, sin un futuro fijo, mi reputación nunca había sido tan mala a los ojos de una sociedad coreana. ¿Estaría Lisa dispuesta a pasar por todo el escrutinio público una vez llegado el momento?

El miedo de que todo se tornara demasiado difícil y Lisa optara por dejarme hacía que mi corazón doliera ahora, no me imagino cuando ya estuviera ilusionada y enamorada de ella hasta la punta de los dedos.

El poder tener la oportunidad de amarla era una montaña rusa de emociones, me sentía con tanta euforia de todo lo que pudiera pasar, con todas estas mariposas revoloteando en mi estómago y mi corazón casi saliendo de mi pecho por su cercanía.

Pero a la vez todo este miedo de la intensidad con la que me está gustando está mujer. El que esté subiendo tan alto y casi subir al cielo y que ella tenga el poder de con una sola palabra hacerme caer como lucifer, era aterrador.

Pros y contras de lo que me estaba haciendo sentir, frío y caliente. El cielo y el infierno. El amor de mi vida o la peor ruptura amorosa de toda la existencia. No podía arriesgar mi salud mental en estos momentos, ya no solo era yo y la duda que me carcomía por dentro era si Lisa estaba consciente de que no solo era yo por buscar amar, sino también a un niño y no cualquier niño.

No encontraba la manera de decirlo sin verme como una mamá desesperada en busca de una segunda figura para su criatura.

Lisa seguía sonriendo y estiró su mano por el ancho de la superficie de la isla hasta la mía, su sonrisa y determinación me decían que confiara en ella y en sus palabras, ¿pero realmente podía?

-¿Qué tanto piensas Jennie?- ¿Debía decirlo?- sé que tienes algunas preocupaciones obvias, vamos, apunta y dispara.- Me animó a hablar.

-¿Enserio quieres llegar a algún lado conmigo? Digo… mírame y luego mírate a tí, somos tan diferente. Hace literalmente un día acabo de dejar a mi novio, seré madre soltera… definitivamente no soy alguien por quien luchar.