Desde muy joven se negaba a creer en los cuentos de hadas, donde los omegas eran considerados preciosos y exclusivos para la jerarquía. Aquellas historias donde pintaban mariposas y rosas acerca del matrimonio y la concepción. Los cuentos que hablaban de las parejas destinadas del hilo rojo y el amor a primera vista.
Stiles se negó a creer desde muy pequeño el día en que falleció su amada madre, sin embargo, tenía la esperanza de tener lo que todos ansiaban encontrar en vida; el amor.
Sonaría cursi considerar que él anhelaba tanto poder conocer a alguien, chico o chica sin discriminar su género, incluso casta, alfa, beta u omega, para él era irrelevante. Quería enamorarse, casarse, tener cachorros y envejecer con la persona que él elegiría para pasar la vida juntos.
Y no de la manera tan violenta como los lobos acostumbraban a ejercer en los omegas la jerarquía absurda que tenían.
Él desde que supo que era un lobo omega busco cambiar las leyes que se destinaban para su género, considerándolo el débil y sumiso por naturaleza. Ser omega no sellaba tu destino, se negaba a creer eso.
Las historias que su madre le contaba acerca de los lobos y criaturas mágicas capturaban su total atención desde pequeño, su madre narraba historias de omegas fuertes que le dieron lucha a la jerarquía... pero esas historias nunca tenían un final, y Stiles dudaba que terminaran en un final feliz.
Esas historias alimentaban su cabeza, y mucho antes de experimentar su primer cambio, estuvo decidido a desobedecer las reglas que lo ataban, él estaba decidido a romperlas. Alfa, beta u omega, él quería ser libre de elegir su destino.
El cambio lo experimentó siendo aún, un niño de 11 años, y fue extremadamente doloroso. Había perdido a su madre, recuerda que estaba de duelo junto a su padre en casa ese día, así que cuando inició el cambio creyó que era consecuencia a las horas de sueño perdidos y lágrimas dejadas en la almohada.
Le costaba imaginar —a pesar de que podía ver y oír— como sus huesos comenzaron a quebrarse hasta formar patas alargadas o como su rostro fue alargándose hasta formar un hocico animal.
Su padre lo escuchó gritar pero no acudió a él en ese instante, no era la primera vez que Stiles gritaba el nombre de Claudia entre lágrimas, creyó que sería un ataque usual, y, aunque entre tropezones subió a la habitación del castaño, creía que lo que tenía frente a él, era un sueño nada más.
Grande fue su sorpresa al abrir la puerta del dormitorio y encontrar en la cama de su pequeño niño de 11 años, un cachorro de lobo color blanco entre lágrimas y mocos, totalmente aterrorizado.
A Noah le cayó como balde de agua helada, era imposible un cambio a la edad de Stiles. Stiles recuerda que en ese momento su padre trató de consolarlo aún en su forma animal sin saber que hacer. Y recuerda también haber perseguido a su padre en su forma de cachorro de lobo una semana entera tratando de cambiar nuevamente a un niño normal.
Él también recuerda como el veterinario de la ciudad— quién en realidad era un aliado más en el secreto de los licántropos— quién estudió su sangre y su casta con mucho más cuidado que otros omegas para identificar si era apto para la sociedad.
Fue entonces cuando se descubrió que Stiles era un omega dominante, y los omegas dominantes eran extremadamente raros, casi un mito al igual que los alfas dominantes.
No sabía porque presentía que su casta traería problemas, problemas muy serios en el futuro.
Justo como el que tenía entre manos en el presente.
[.]
Pequeños flashes de recuerdos pasados llegaron a su cabeza en el segundo que en sus ojos brillaron de profundo miedo y desesperación ante aquel feroz e imponente lobo de pelaje azabache, que lo miraba aún con sus filosos dientes en guardia y mirada fija en su cuello.
En el momento que sus ojos miel se cruzaron con los grises de aquel lobo negro no dudó en convertirse en lobo ni bien su espalda tocó el suelo por el susto, comenzando una carrera a 4 patas.
Stiles era rápido y muy ágil, no le dio ningún chance de alcanzarlo e incluso intentó borrar su olor metiéndose entre el fango y el lodo de la maleza para distraer a aquel lobo de mirada siniestra.
Su lobo estaba aterrado, la sola idea de dejarse marcar por un lobo desconocido, que le obligaría a engendrar cachorros y prácticamente lo usaría como incubadora humana le daban arcadas.
Mantuvo el trote, no bajo la guardia ni la velocidad en ningún momento. Prefería perder los pulmones antes que su libertad.
Y, cuando por un momento creyó que estaba a salvo, al no escuchaba pisadas ni gruñidos cerca donde se encontraba, empezó a bajarle a su velocidad.
Decidió esconderse entre matorrales cerca a las cuevas de omegas, pensando que el olor confundiría al lobo y se rendiría con él.
Cuando empezó a jadear por agua y sus pulmones empezaron a arder, vio a lo lejos de las madrigueras un pequeño lago, más pequeño que el primero. Dudo en acercarse, pero la sed y la urgencia de tomar un breve descanso pudo más.
Y justo cuando se acercó a tomar el primer sorbo del ansiado líquido, vio por su rabillo del ojo la sombra negra de aquel lobo negro.
Soltó un jadeo sorprendido y se puso en forma defensiva. Sus gruñidos se intensificaban con cada paso de aquel lobo negro, y Stiles empezó a mostrar sus colmillos tratando de intimidarlo, pero el lobo negro se burló frente a él.
—"Te dije que serías mío Stiles"–. Y solo escuchar su voz fue suficiente para que sus patas flaquearan y se arrodillara frente al alfa dominante que tenía en frente.
—"Sabía que tenías algo entre manos... Theo"–.
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¿Hacemos pov Derek? ¿Qué dicen? ewe
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Instintos |O M E G A V E R S E| -P A U S A D A
Fanfiction-S T E R E K- Beacon Hills, pueblo de criaturas sobrenaturales, protegido por manadas de hombres lobo, y gobernada por los alfas más fuertes de la manada Hale. Cada cierto tiempo hay un evento de cortejo por manada, si en el caso, el omega de la ma...