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Después de acomodarse bien en casa de SeHun, por pedido del más alto se dejó curar la herida en su mejilla y cedió a todos sus cuidados.

— No tienes que hacer esto, puedo hacerlo yo.

— Es más sencillo cuando alguien más lo hace. — Respondió SeHun y Han aceptó quedándose quieto para que continuara aplicando el liquido con un algodón y por supuesto intentando ignorar el ardor.

Más tarde ambos comieron juntos y conversaron un poco para conocerse mejor o al menos por parte de SeHun pues le contó porque se encontraba en China y Han no pudo evitar elogiar su valentía al dejar todo atrás para empezar de nuevo. Pensó que eso era lo que debía hacer también si quería vivir pleno, no mudarse en sí, más bien soltar el pasado y mirar hacia el futuro.

— ¿Qué fue lo que más te costó hacer o superar?

— Vivir solo Han y no tener a nadie que se preocupe por mi. — El castaño pudo ver el dolor en sus ojos y casi se pone a llorar. — Baekhyun ha sido la única persona que se ha preocupado por mi y... Bueno, por eso decidí mantenerlo a mi lado aún si no sentía lo mismo por él.

— Si pudiéramos elegir a quien amar no estaríamos aquí SeHun. — LuHan ahuecó con su mano la mejilla ajena. — Nunca más tendrás que estar solo, no me iré.

SeHun asintió pero el más bajito necesitaba más que eso para sellar su promesa de amor y se le ocurrió la mejor manera, la única manera. Se aproximó hasta sus labios y nuevamente unieron sus bocas ansiosos y sintiéndose unos tontos primerizos pero los más felices por ello. Esa noche ambos volvieron a entregarse y follaron sin darle paso al control.

Habían terminado de lavar los trastes después de cenar, cuando de pronto SeHun comenzó a morderle y lamerle el lóbulo de su oreja, recorriéndose poco a poco a dirección de su cuello.

Han tuvo que dejar lo que hacía para suspirar aferrándose a los brazos del hombre que lo había apresado. Le era casi imposible negarse a sus caricias y besos, por lo que una vez que volteó a ver solo inclinando su rostro a su dirección, se rindió recibiéndolo con un beso apasionado.

— Quiero follarte aquí y ahora.

Han por supuesto no se negó, en lugar de eso desabrochó su pantalón para dejarlos caer hasta los tobillos y con una sonrisa se giró para hacer lo mismo con los de SeHun. Coló su mano con una curiosidad inmensa bajo los bóxers del hombre que lo veía con lujuria para sacar su erección y masturbarlo con urgencia.

SeHun estaba fascinado con las atenciones del castaño y no dudó en quitarle la camiseta para apreciar mejor su belleza, comenzó soboreando su cuello, hombros y clavículas con todo el placer que proporcionaba su pequeño con cada movimiento de su mano. A Han le encantaba tener el poder y sí, quizás SeHun lo dominaba y follaba por detrás hasta el cansancio, pero amaba ser él la única persona con el poder suficiente para estimularlo de esa manera y así  hacerlo llegar a su preciado orgasmo. El de ojos avellana se dejó caer de rodillas y esta vez sin esperar una orden introdujo todo su trozo en la boca, la erección de SeHun era grande y gorda, era difícil meterla hasta el fondo, sin embargo hacía su mayor esfuerzo para lograrlo y así complacerlo. Los ojos de SeHun brillaban por la lujuria, era tan intensa esa mirada que lo motivaba a empujarse para llenarse la boca con él.

El sabor de SeHun le gustaba mucho. Nunca pensó que los fluidos de una persona sería algo agradable o para disfrutar, la vida y todo lo que pensaba antes de un momento a otro había cambiado, y todo gracias a SeHun. No deseó por nada del mundo dejar de mamarsela a SeHun hasta beberse la última gota de su orgasmo. O eso pensaba hacer, sin embargo el más alto tenía otros planes, pues lo levantó para luego arrastrarlo contra la isla de la cocina. SeHun le quitó los bóxers y Han levantó el culo para darle pase libre, para que hiciera lo que quisiera con él. SeHun tomó eso muy bien, pues le dió una palmada antes de arrodillarse y chuparle el culo. El castaño gimió de gustó y puso los ojos en blanco al sentir la lengua de su hombre delineando su anillo anal. Una descarga de placer recorrió todo su cuerpo, enviando señales a su propia erección y entre gimoteos por las atenciones de la lengua de SeHun, Han se aferraba a la isla de la cocina. Meses atrás esto le hubiera parecido repugnante, pero la calentura del momento le hizo pensar que nada en el mundo era mejor que eso.

ᴇᴛᴇʀɴᴀʟ ᴍᴀssᴀɢᴇ [ HᴜɴHᴀɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora