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La voz ronca de SeHun lo sacó de su shock, el hombre en cuestión se veía apenado y la verdad le parecía impropio sacar el tema a relucir frente a todos los oficiales que al final de cuentas eran solo unos desconocidos que no tenían porque enterarse de asuntos personales.

— Gracias Han, discúlpame por esto.

— Está bien, solo vámonos. Hablemos en el departamento.

SeHun estuvo de acuerdo y aunque el silencio dentro del vehículo se palpaba en el ambiente tenso, tuvo que resistirse a no soltar ni una sola palabra que arruinara la tranquilidad. En el departamento ambos se sentaron un poco distanciados, más por iniciativa de Han que de SeHun.

— ¿Cómo sucedió?

— No te hubiera dicho nada si no hubiera llegado a mayores.

Y Han de pronto sintió su pecho comprimirse por un dolor agonizante.

— ¿Ah no? — Han sonrió dolido agachando a su vez la mirada, ese había sido un reflejo de debilidad y no quería dar esa cara frente a él. Al menos por un segundo se mantuvo así, porque enseguida buscó valor para mirarlo y enfrentarlo. — Bueno, sí es así creo que no deberías decirme esto tampoco. Es tu vida personal...

— Han, me estás malinterpretando.

La desesperación en su mirada demostraba que había algo muy importante por decir, pero a Han le daba tanto miedo escuchar la verdad que casi sintió la necesidad de levantarse y empacar sus cosas para ir a un motel. No pensó en irse de manera literal, pero si se puso de pie, la desesperación de la situación lo arrebasó y temió sentirse herido. SeHun lo siguió y con firmeza tomó su muñeca para frenar cualquier huida.

— Xiaotong, tú esposa vino a mi trabajo. — Las murallas de Han cayeron una por una para dar paso a un hombre en verdad angustiado. — Quería que me despidieran por, por violarte, de hecho lo exigió pero... Yo la saqué de Oasis por miedo a perder mi trabajo, la llevé a una plaza cercana y hablamos, pero al parecer me pasé con las palabras e intentó golpearme. Todo se malinterpretó Han.

Han de pronto se sintió mal por haber juzgado de esa manera a SeHun sin fundamento y antes de escuchar su versión. Apenado dejó el porte tenso para luego rodearlo por la cintura en un cálido abrazo. Al final de cuentas se sentía culpable pues él conocía el alcance de Xiaotong, la mujer le había golpeado y gritado histérica. Se equivocó cuando pensó que no haría nada contra SeHun y de hecho eso le hizo sentir tan culpable, todo era al final de cuentas su culpa.

— Cuando intenté detenerla ella gritó como si la atacara. Alguien me golpeó desde atrás y caí, cuando volví a la conciencia los policías ya estaban ahí.

— Lo siento tanto SeHun, todo esto es por mi culpa.

— No digas eso Han, no es así.

Ambos unieron sus frentes para más cercanía, Han amaba sentirlo tan cerca y de hecho era bastante curioso ya que había vivido bien sin conocerlo toda su vida; y ahora que lo tenía así, sentía que no podría vivir más sin él, que quizás moriría de tristeza si eso sucediera.

— Deberías descansar. — Sugirió acariciándole la mejilla con ternura. — Yo... Yo me ví con un abogado hoy y me dijo que arreglaría el papeleo para el divorcio.

— Eso es algo bueno. — SeHun intentó sonreír.

— Eso al menos la mantendrá ocupada.

SeHun estaba consiente de lo que se les venía pues la mujer se veía dispuesta a hacerle la vida miserable por haber robado el amor de su esposo y eso estaba bien, a pesar de la incertidumbre no tenía miedo y pensaba afrontarlo sea lo que sea. No pensaba rendirse con Han, no después de haber probado estar con él. Tonto o no, se sentía tan vicioso de ese hermoso hombre y por esa razón estaba dispuesto a ir hasta la última consecuencia.

ᴇᴛᴇʀɴᴀʟ ᴍᴀssᴀɢᴇ [ HᴜɴHᴀɴ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora