🍓━━CHAPTER V.

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Con pasos rápidos se movió a un lado quitándose del camino que el señor Prodnose tenía por pies, saltando tres pasos atrás que la hicieron sentir pequeña, volviendo a sus dos o tres años cuando le asustaba la oscuridad de su armario, saludándola por la brecha con la que permanecía abierto por una bisagra chueca.

De donde proviniera el ruido óseo, lastimó los tímpanos de Bobby a su modo. Como si hubiesen pisado hojas otoñales. Sus severas náuseas irritaron parte de su esófago y se limitó a oírlo más o menos todo, quedándose tan quieta que ni siquiera sintió los accidentales empujones de hombro de lado a lado que vinieron después buscando atender las oraciones disparadas en contra de Willy.

Contempló al trío rodeándolo cual presa en páramo abierto y su mejor idea fue retroceder y retroceder, sintiéndose cohibida por el pesado mirar inquieto del señor Fickelgruber asechándola en la lejanía, alertándola.

—Pero que apretón tan fuerte.

—Es un apretón de negocios, Señor Wonka —Slugworth dijo, con sus peculiares ojos saltones dirigiéndose al chico herido— para que sepan que hago negocios... fuertes.

El humor de los hombres era curioso y se sabía, al menos por parte de los comerciantes, que adoraban jugar con los inquilinos nuevos como carne fresca, al menos esos que parecieran un fuerte rival para sus marcas de chocolates, por lo que nadie se salvaba y todos alguna vez pasaron por la delgada línea de la innecesaria interrogación.

El punto de vista lo tenían crítico siendo duros. Duros, duros. Jesse corrió suerte, dijo alguna vez su mamá, diciendo que probablemente querían asegurarse de no tener farsantes cerca, aunque Bobby no le daba mucho el lugar a ésa teoría y ésa paranoia se reforzó con los acontecimientos de hace quince días pasados.

Lo último que contempló fueron los rasgos burlones de Wonka mirando a sus musas culinarias esculcando dentro del frasco después de la apuesta mayor sobre la maravilla que era el dichoso chocolate volador, antes de zambullirse entre la multitud por un pequeño, pero firme agarre, que la arrastró entre los transeúntes tomándola fuerte de los dedos derechos. Llevándosela lejos.

Tampoco es que intentara detenerse, reconoció a la infante apenas se dio la vuelta e intentó seguirle el ansioso paso con sus astutos pies izquierdos. Gritoneo tropezando al final de la multitud justo en la entrada, agachándose sobre sus rodillas recuperando el equilibrio, topándose con la pequeña Noodle revolviendo las manos dentro de una carretilla para ropa.

Despreocupada, como si no hubiera sido ella la razón por la que Bobby ya no tenía aliento.

—¡Noodle!

Baker exaspero, recibiendo una sonrisilla traviesa que tocó su nervio.

Tenía entendido que Noodle podía ser testaruda en momentos desesperados y se hizo una idea sobre su reciente travesura para hablarle a Bobby, lejos de los oídos chismosos.

BON APPÉTIT ━━ Wonka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora