Bobby Baker comprende que no ha alucinado desde su última alergia, por lo que es aterrador ver como la nueva competencia de Galerías Gourmet llega al pueblo intentando enamorar las papilas de todos con alucinantes dulces mágicos.
🏅5 on #Wonka202...
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W.W
Era difícil escribir con las manos heridas y cansadas, pero estaba indispuesto a ver la decepción (otra vez) contornear el rostro de su pequeña confidente de lavandería.
Noodle realmente se estaba esforzando con Willy, solo para que éste hiciera barquitos de papel en lugar de deletrear palabras tan corrientes como 'gato' o 'mesa' que se iban anotando en una pizarra improvisada que Noodle escondía bajo su cama.
Tras un absurdo repaso de hojas en blanco en las que se suponía llevaba su avance de tres días, solo encontró garabatos y el rostro malhumorado de Bobby trazado en una esquina, un borrón de círculos, palos y puntos con la lengua de fuera, con los pelos disparados pareciendo una escoba. Entre la jirafa y los borradores del aristócrata falso, para colmo bien ilustrados, era el favorito de Wonka.
Noodle le reprochó pronto, diciéndole que para el siguiente martes debía aprender a escribir por lo menos tres palabras o los tarros de chocolates ya no se verían afectados únicamente por el hombrecillo naranja que Willy tanto pavor le tenía. Temió tanto que sus pensamientos lo traicionaron y se cortó dos nudillos con la navaja de afeitar, la misma tarde en que fingía ser el barbero del centro.
Se habría encerrado al principio, obligándose a buscar palabras rebuscadas dentro de los libros prestados de Noodle. Pese a que copiarlas eran fácil, en su mente seguían sin tener algún sentido, pero al menos estaba intentándolo y repasaba en voz alta junto a Noodle ocasionalmente, pues no quería meterla en problemas cada vez que Lejía recordaba estar trabajando para Fregoso bien olvidada de sus responsabilidades.
Sintió algo de alivio al oír sobre el aumento de tandas hechas para el inicio de ése lunes, pese a su entusiasmo por prevalecer su empeño académico, pensó que se estaba excediendo con el estudio y agradeció el trabajo extra que estaban haciendo, poniéndose a reparar unos pernos de su lavadora, aprovechando que Tiddels le estaba tomando afecto a los nuevos pantalones del chico, recostando la cabeza sobre sus zapatos.
Intentaba distraerse con las imágenes del impreso que circulaba por la pequeña ciudad, pretendiendo leer lo que las páginas exclamaban con alarmante escándalo, siendo la premisa del zoológico lo que realmente le llamó su atención.
Un grito de auxilio que el dueño del zoológico hizo a las autoridades sobre el vuelo prófugo que habrían tenido los flamencos la otra noche, hizo un golpe de inspiración en Willy, queriendo escribir por su cuenta el nombre científico de ésas rosadas especies.
Y subió al recibidor para sacarle provecho a luz porque sus ojos parecían perder noción cuando estaba ahí abajo planchando sábanas con el resto. Con Fregoso y Lejía elogiándose hasta el color que tenían en los ojos pasó por desapercibido, tratando de no reírse de todas esas cosas que con esfuerzo se oían desde la habitación trasera.
No intentó huir cuando tocaron a la puerta del establecimiento, Tiddels también tenía la guardia baja entonces que algunos de sus compinches comenzaron a rascarle la barriga, por lo que fue una grata sorpresa para la persona que estaba afuera ver que el mismísimo Willy Wonka abrió por dentro.
