4

121 26 14
                                    

Había pasado una semana más desde que Jimin llego a las cocinas y no había que ser muy perspicaz para notar lo mucho que había cambiado el ambiente. Tanto para bien como para mal.

Los servicios salían mejor, con una gran preparación y mirados al detalle, había comunicación en la cocina, no gruñidos, no gritos, comunicación. Jin no podía creer que de verdad se hablasen y reprendieron con palabras suaves y no con gritos o rugidos.

No había mucho tiempo para charlas, pero se estaban esforzando por conocer a Jimin; al menos lo que el menor dejaba ver, y llegaron a una conclusión muy simple. Jimin ama su trabajo, ama la cocina y todo lo que se le relaciona, pero necesita calma para trabajar. No porque no sepa sacar los servicios rápido, en verdad bajo presión rendía estupendamente. Sino que para él sentirse cómodo con sus platos no puede tener a nadie gritando.

No fue difícil de comprobar, en el momento que Jin se encaraba con algún pinche Jimin tropezaba con sus propias manos o encogía sus hombros.

Era un alfa que odiaba las discusiones y que no había gruñido una sola vez desde que estaba en esa cocina, siquiera cuando Baek le tiro una salsa recién sacada de la sartén sobre la pierna. Todos esperaron por un rugido, un gruñido, unos colmillos, pero el menor siquiera le grito, solo siseo y retiro la mezcla con un par de salitos.

SIn darse cuenta Jimin tomo un papel de responsabilidad en la cocina. No era un jefe, no le gustaba eso, pero si daba las ordenes en lo que a comidas y preparaciones se trataba, él controlaba los tiempos, ordenes de cocinado, incluso echaba un ojo a la zona de postres, pero siempre conteniendose.

oh Jin habia notado eso y le juro a un ser inexistente que Jimin acabaria haciendo un postre con él, costase lo que costase.

La unica parte negativa que había con Jimin al mando de la cocina es que si el comedor estaba muy lleno si que se notaba algo el ritmo en cocina. No había una espera exagerada, pero Jimin no podía dejar de ser tan perfeccionista, necesitaba que todos los platos estuviesen como él lo deseaba, sino no salían. Para hacer algo mal no lo hagas ¿no?

aun asi nadie se quejaba, el servicio salia y para Jin era un descanso total no estar ocho horas con gritos a su alrededor. ahora él era quien más gritaba y gruñía en la cocina.

Lastima que la paz no duraba eternamente.

-¿me extrañaron?-pregunto YoonGi cruzando la puerta de la entrada con sus habituales gafas de sol.-Imagino que no tanto como la bayeta a esa mesa-señaló serio-desde aqui veo que hace tiempo que no se tocan.

Minho gimoteo caminando al lugar, había tratado de limpiar lo mejor posible, el palido siempre estaba criticando la limpieza del lugar y se esforzó porque todo quedase impecable, pero se olvidó de esa estúpida mesa.

-puta ley de murphy-refunfuñó por lo bajo.

-¿dónde está tu omega?-le pregunto a Namjoon ignorando los balbuceos de Minho.

-su omega tiene nombre-le gruño Jin saliendo de los vestuarios.-y estoy aqui.

-Es bueno verte-asintió-me llego un chivatazo, van a venir a evaluar la cocina, tenemos que planear un menú nuevo.

-bueno, creo que no es conmigo con quien deberías hablar-en verdad Jimin debería de estar en esa conversación, pero el menor aviso de que llegaría tarde.

-no te oigo-le gritó desde el vestuario.

Jin siseo tallando sus ojos, sabía que YoonGi no se iba a tomar nada bien que hubiese un nuevo chef en su cocina y menos que este fuese un alfa.

-vamos, díselo-susurró Namjoon.

-no es cosa mía, es vuestro restaurante-gruño cruzando sus brazos.

Bangtan ChefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora