One Night Hookup / Taeten

07.00

Finalmente había caído la noche, pero no había terminado, ya que ahora que todo estaba pacifico simplemente se sentaron sobre un pequeño bote volcado cerca del borde del agua.

—Cuando desperté esta mañana no creí que mi día terminaría así—suspiró con paz el doctor, con ambas manos juntas entre sus piernas por el frío. Taeyong fumaba a su lado. —Drogandome con un vago.

Taeyong quien miraba al cielo mientras exhalaba el humo lo observó.

—¿Un vago?

El pálido doctor también lo observó.

—¿Es eso ofensivo?—preguntó, con algo de preocupación.

—Me han dicho de peores formas—rió Taeyong, entonces Ten volvió a sonreír.

Hubo un pequeño silencio, hasta que el doctor comenzó a reír.

—¿Que estoy haciendo aquí?—preguntó a la nada con risas.

Un celular comenzó a sonar, era el de Ten, quien había tenido recurrentes llamadas a lo largo del día.

—¿Tu familia otra vez?—cuestionó Taeyong.

—Es el oncólogo—Ten soltó un suspiro de frustración. —Tal vez solo quiere agendar mi cirugía, quimio.

—Bueno, dos por ciento es mejor que cero—le codeó Taeyong.

Ten negó con la cabeza. —Lo vi muchas veces durante mi residencia, cientos de veces—se incorporó. —Pacientes resistiendo ronda tras ronda de veneno que se inyecta en sus sistemas, para que puedan pasar los días que les queden calvos y vomitando junto a la taza del baño—miró a Taeyong. —Yo no, me voy a ir a lo grande, no sufriendo...

Volvió a sonar su celular. Cansado, el pálido doctor se levantó y con fuerza lanzó su teléfono hacia el mar.

—¡Wow!—se emocionó Taeyong, ambos carcajearon.

—¿Tu crees en Dios Taeyong?—interrogó Ten, cruzándose de brazos.

—Creo en una fuerza que se cree más grande que mi persona—asintió. —Y yo sobreviví a esto—se levantó la polera para mostrarle a Ten su cicatriz.

La verdad es que Taeyong corría riesgo de no recibir un transplante de hígado a tiempo, por la gran cantidad de pacientes en espera y pocos donantes, o al menos no compatibles. Su hermana no tuvo más opción que recurrir al lado oscuro y consultar con un doctor clandestino, que por menos cantidad de dinero y en poco tiempo le haría una operación a su hermano. El doctor clandestino había dejado específicas reglas sobre que, luego de terminar la operación, llamara a urgencias para que continúen curando a su hermano, al hacerlo, se enteraron que Taeyong si había recibido un transplante, pero no del organo correcto. Y como si Dios los hubiera escuchado, en el momento en que su hermano había sido ingresado al hospital, encontraron un donante y pueron darle un nuevo hígado. Ahora él estaba a salvó, y con una gran cicatriz a la mitad de su abdomen, por la cirugía clandestina.

Esa era la cicatriz que le mostró al doctor, quien con cuidado la tocó, curioso.

—En ese momento los doctores tenían un ojo en el reloj, esperando a escribir mi hora de muerte—se bajó la polera.

—De esas veces que casi mueres

Taeyong lo observó.

—¿Fue pacifico?—cuestionó el pálido, Taeyong hizo una mueca. —o aterrador o-.

—¿Que tiene de pacifico morir?—respondió con obviedad. —No me importa cuanto mediten, en su momento, esos hindús defecaran en sus pantalones igual que nosotros—continuó, con un tono irritado. —¿Y sabes que es lo que van a pensar? "Joder, ojalá hubiera comido carne".

Ten comenzo a reír.

—¿Que, Doc?—sonrió Taeyong también, preguntándose que fue lo que tanta gracia le hizo al doctor porque su chiste no fue tan bueno.

—Me llamo Ten—le corrigió el pálido, observandolo con una sonrisa.

Ambos asintieron y volvieron a callar, mirando el oceano.

—¿Haz corrido desnudo alguna vez?—preguntó el doc.

—Muchas veces—respondió sin pudor. —Pero jamás a propósito.

—Oh, ¡entonces vamos!

—¿Que?—respondió Taeyong, pensando que era broma, hasta que en su rostro impacto la bata blanca de Ten. —Esto va a ser malo—afirmó negando, pero se levantó y comenzó a sacarse la ropa. —Carajo.

—¡Woaaaaaah!—gritaba el doctor a lo lejos, mientras corría con sus partes al aire.

—¡Voy yendo! ¡Voy!—le seguía Taeyong.

Ambos corrían de brazos abiertos sintiendo el aire fresco, mientras gritaban con libertad.