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Un día había pasado, un día desde que se separó de aquel chico y no paró de pensar en él, es por eso que Taeyong había tomado una desicion.

Si él quería volver a sentir la libertad que su hermana prácticamente le había restringido, y divertirse como hace años no lo había hecho, debía verlo otra vez. Así que escabullendose de Seulgi y tomando su mejor ropa, se encontraba en dirección a la casa del doctor para tenerlo de vuelta, con un pequeño ramo de flores el cual había recogido por el camino, y yendo con la ropa más linda que tenía, lo  cual fue bastante difícil de encontrar debido a su estilo de vida.

Se acordaba perfectamente del número del departamento, asi que sin dudar seleccionó por el transmisor el número listo para ser recibido.

—¿Si?—contestó una voz femenina desde la línea.

—Lee Taeyong—y cortaron. —Mierda—susurró arreglando el ramo, caminando impaciente de un lado a otro.

—¡Oye!

Gritó alguien, Taeyong rápidamente buscó en su dirección y pudo ver a una chica que lo observaba, desde la ventana del doctor.

—¡Oye!—volvió a gritar la desconocida y cuando Taeyong se acercó un poco más dijo. —Tú debes ser el vagabundo.

—Tengo un hogar, intermitentemente—contestó tosco. —¿Quien diablos eres tú?

—La hermana de Ten—contestó la chica, Taeyong pasó saliva con nervios. —Se acabó la fiesta idiota. Arrastra tu colchón bajo el puente otra vez y deja al chico enfermo en paz.

A lejos Taeyong pudo notar como era el tipo de chica privilegiada que él más odiaba.

—Wow wow wow—se asustó en cuanto la chica se movió para cerrar la ventana. —No tienes idea con quién estas tratando señorita.

Ella comenzó a cerrar lentamente la ventana.

—¡Soy infatigable!—gritó. —Tomo un sí como respuesta—la ventana ya estaba cerrada. —Soy fuerte como un gavilán.

Mientras gritaba, pudo notar el callejón al lado del edificio, así que rápidamente ideó un plan.

—¡Solo mirame!—decidido, soltó el ramo yendo hacia unos tanques de basura en el callejón, con cuidado, y quejándose, se subió a estos con intenciones de alcanzar las escaleras que daban justo a la ventana del pálido doctor.

Saltó, pero no alcanzó, así que volvió a saltar y nuevamente fallo... entonces, con fuerza y más impulso lo volvió a intentar, pero la tapa metálica del basurero que en malas condiciones estaba, no resistió y se rompió, provocando que Taeyong se cayera dentro.

—¡Maldito basurero!—enfurecido, trató de levantarse como pudo, ya resignado a que no iba a entrar. —¡Abre la puta ventana!

Se limpió y acomodó su ropa.

—¡Abre la ventana!—volvió a gritar.

Y funcionó, estába listo para insultar a la hermana del chico con todas las fuerzas que le quedaban, pero quién se asomó por esa ventana no fue la chica, fue el propio doctor.

Algo se movió dentro de Taeyong, y con nervios habló.

—No puedo ofrecerte mucho—comenzó, el rostro del pálido chico se veía afligido por la situación. —Pero lo que sí puedo hacer es ser tu chofer en la limusina que va a las puertas perladas. —Balbuceo, buscando excusas.

—¿Mi que?—preguntó Ten, sin haber entendido nada de lo que dijo.

—Sé cómo se siente vivir como si fueras a morir mañana—suspiró comprensivo. —Me ha pasado, hago que cada día se sienta como un viaje al corazón de los rápidos a la media noche... Si quieres tener hasta la última gota de gratificación de este mundo antes de que te vayas, yo soy tu hombre.

—Taeyong, mira-

—Quédate conmigo, doctor. Y no te irás gentilmente en esa buena noche.

Ten sonrio, a lo que Taeyong sintió alivio porque vio una oportunidad.

—¡Ten!—gritó su hermana, el pálido le dió una última mirada y se entró, acto seguido la hermana apareció, observando a Taeyong con triunfo.

—Genial... que mujer más asfixiante.

Saltó del basurero, y sacó una botella de vodka que había estado guardando en el bolsillo interior de su chaqueta.

—Bien, ¡tengo un vodka junto a mí y me sentare a beberla justo allá!, ¡si no estás conmigo para cuando la termine!¡considera mi oferta revocada!—amenazó con gritos.









One Night Hookup / TaetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora