11.00

41 4 2
                                        

Este capítulo contiene escenas +18

❗❗❗

—¿Por qué los doctores son unos malditos caprichosos?—preguntó con molestia Taeyong, entre jadeos.

Había vuelto a su vida cotidiana en el momento en que fué echado de esa casa, y luego de estar horas convenciendo a su hermana de que no volvería a hacer algo así, terminó; y como siempre terminaba, en el bar de su vecino y mejor amigo bebiendo nuevamente.

Necesitaba más que eso, necesitaba resignarse y dejar de pensar en ese joven con quien tanto se divirtió.

—¿Es acaso por el título?

Ahora tenía a una mujer a quien luego de comprarle dos tragos convenció de hacerlo con él en el baño de ese bar.

—¿Les da un ataque emocional a todos los que se van a morir?—preguntó, olvidando por un momento que su miembro estába entrando en una desconocida.

—¡Mas duro, nene! ¿Si?—le reclamó la extraña.

—Bueno, bueno, bueno, si—aseguró el agarre en las caderas de la mujer y tiró hacia él con más fuerza.

Los sonidos de sus cuerpos chocando finalmente se intensificaron, pero cuando la mujer comenzó a disfrutarlo, Taeyong habló.

—¿O se esfuerzan tanto en lanzarse y tenerlo todo que.. Uhg—jadeó intentando mantener el ritmo. —Que pierden rastro de su humanidad?

La mujer hizo una mueca. —¡Justo ahí!—arqueó ligeramente su espalda, rogando por su atención.

—Bueno—se quejó por ser interrumpido e intensificó el movimiento, mientras más rápido se movía, más parecía que finalmente se iba a correr, pero solo él parecía disfrutarlo. —¡Si, si—exclamó estando cerca, pero inconscientemente se detuvo. —O.. carajo, ¿que tal si están programados para aferrarse a su egoísmo, y educar a sus hijos sobre los peligros de salir con un va.-

—¡JESÚS!—se levantó la mujer resignada, rapidamente subiéndose los pantalones.

—N-no espera, ¿te vas?—Taeyong repitió la acción de la chica.

—Si, capitán perceptivo—respondió con ironia, pasando por su lado de manera brusca con la intención de golpearlo para retirarse.

—No puedes, te compre dos tragos—la siguió y ella volteó.

—Tendrias que comprarme diez para sufrir eso—contestó alterada por la poca paciencia que Taeyong le había dejado, jamás debió aceptarle el trago en primer lugar.

—Tienes que ayudarme a sacar a ese hombre de mi sistema—le rogó desesperado, porque un extraño sentimiento de soledad lo había invadido.

La mujer rodó los ojos con clara molestia.

—¡Ve a meter tu pene en un pastel de helado y nutre a tu niño interno!—gritó abriendo la puerta. —No soy tu maldita terapeuta.

Y se fué.

Taeyong suspiró, para luego darse cuenta que su miembro seguía erecto por no haber finalizado, y como no había subido completamente sus pantalones, a pasos de pingüinos volvió al cubículo para continuar.

—Confiale a una mujer el trabajo de un hombre—se quejó sarcástico, moviéndo su mano velozmente.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎


‎‎


*
Es mi primera vez escribiendo algo así, agradezco que no haya tanto detalle por el momento, jiji.

One Night Hookup / TaetenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora