Seokjin no sabe cómo terminó aceptando aquella locura, pero ahora no podía echarse para atrás pues le daba demasiado peso a su palabra y no iba a empezar a restarle valor a estas alturas de su vida. Cumpliría con su parte del trato.
Es por ello que luego de un largo día de trabajo y de una pequeña discusión con Nayeon precisamente por el asunto del bebé, se encontraba en el mercadito cercano a su casa comprando algunas cosas demasiado básicas como unos cuantos pañales, jabones, cremas, biberones y leche sobretodo.
También llevó un huesito para Rudolph porque ya era una costumbre llevarle algo siempre que compraba.
Hubiese querido llamar a su vecino para ver si a él se le ocurría otra cosa que pudiera comprar de momento, pero recordó que no tenía su número. De cualquier forma, lo que había comprado sólo sería para sobrevivir hasta el fin de semana, entonces si tendrían que planear bien una lista de compras.
Aparcó el auto en su lugar y bajó las bolsas para dirigirse hasta la entrada.
La casa estaba bastante más silenciosa de lo que pensó, sólo se escuchaba el murmullo de la televisión con algún programa y las patas de Rudolph sobre el piso de madera, que corría a recibirlo como siempre.
—¿Cómo pasaste el día campeón? ¿Te incómodo mucho la visita? —El perro lo lamió como respuesta.
Jin dejó sus llaves en la entrada y llevó las bolsas hasta la sala. Entendió el motivo del silencio cuando vió al bebé dormido sobre el sofá y su vecino a los pies de este con la cabeza inclinada en un ángulo extraño. Se había quedado dormido.
Seokjin cayó en cuenta recién de que el chico tenía un horario nocturno, por lo que este recién se iba a dormir cuando encontraron al infante y dudaba mucho que hubiera podido hacerlo mientras lo cuidaba. Claramente el sueño le había ganado cuando el bebé se había dormido.
El doberman estaba sentadito a su lado a la espera de que hiciera algún movimiento para seguirlo.
—Los dejaremos dormir por ahora. Acompáñame a la cocina que te traje algo.
La cocina era una de las formas en las que Seokjin soltaba todas las cargas de su día y de su vida en general. Le gustaba hacerlo y era bastante bueno en ello, pero se inmiscuia tanto en la labor que ni siquiera sintió a su vecino, hasta que lo tuvo al lado olisqueando la sartén.
—Wow, huele delicioso. —Intercambiaron una mirada y el chico se lamió los labios antes de preguntar en un tono más bajo. —¿Me vas a dar de comer?
—¿Por qué debería? —Por supuesto que él había echado suficiente para los dos pero de nuevo sus acciones tomaban un rumbo impropio cuando se trataba del chico.
Taehyung pareció pensarlo seriamente, el juez casi juro verle sonrojar, al tiempo que apartaba la mirada.
—No más porque si...
Se sorprendió de recibir una respuesta tan pasiva del menor pero lo atribuyó a que acababa de despertar y además no había dormido mucho así que quizás no tenía energía suficiente para pelear. Eso o de verdad estaba cumpliendo con su parte del trato.
—Puedes seguir durmiendo en lo que está listo. Yo me hago cargo ahora.
—Mmm lo dudo, ahora es cuando debo seguir con mi "día".
Era extraño estar hablando tan pacíficamente con Taehyung, casi parecia una persona civilizada.
—Ok. Entonces puedes esperar aquí o lo llevo a tu casa al rato. —Dicho eso volvió la atención a su labor.
—Esperaré. —Escuchó despacio a sus espaldas.
El bebé se había despertado poco antes de que la cena estuviera lista y al parecer Taehyung no tuvo problema en hacerce cargo de él mientras tanto.
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El Veredicto De Jin | Jintae
FanfictionSeokjin tenía una vida aburrida, con su aburrida casa, su aburrida novia, su aburrido perro y su muy pero muy aburrido trabajo y eso le encantaba. Era feliz siguiendo una rutina y manteniendo de alguna forma el control en su vida. Todo cambia para...