20. conversaciones.

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Fefe finalmente se había dormido. Taehyung la estaba acostando en su cunita, mientras Seokjin le esperaba de pie en la puerta. Se había convertido en un Rudolph gigante desde que llegó, siguiéndolo a todos lados como su sombra sólo para no quedarse a solas con el pobre Beomgyu.

—Sabes. —Taehyung llegó al lado del mayor y sonrió. —Eres lindo cuando estás intimidado por un adolescente larguirucho. —Soltó una risita y bajó las escaleras sabiendo que el mayor lo seguía.

Al parecer ambos hermanos eran inmunes al frío y decidieron sin cruzar palabra que lo mejor sería hablar en el jardín. A Taehyung no le agradó mucho esa idea y ni siquiera pudo aprovechar de acurrucarse con Jin para tener algo de calor corporal, porque estarían a la vista de todo el que pasara y el menor de ellos tres.

—Bien. ¿Qué es eso que querías decirme tan importante como para hacer que me acosaras en el trabajo y la casa? —soltó el juez apenas estuvieron en sus lugares. Taehyung supuso que diría algo así.

—No le hagas caso, está viejo. —Beomgyu hizo el intento de sonreír pero se notaba incómodo. —Tomate tu tiempo. —Le alentó.

Aunque secretamente esperaba que no fuera mucho para poder volver a la cálida sala de estar. Cruzó los brazos sobre su pecho tratando de mantenerse abrigado de alguna forma.

—¿Tienes frío? —Taehyung pensó en contestar con sarcasmo pero simplemente asintió y se puso de pie para ir por una manta en lo que Beomgyu tomaba valor.

Al pasar por donde Jin, este le agarró de la muñeca. Taehyung esperaba que le dijera algo pero en su lugar el hombre se había arrepentido de lo que sea que había cruzado por su mente y le soltó. Quizás solo iba a quejarse por quedarse a solas con su hermano.

Tomó una manta del sofá y se aseguró de que el radio de Fefe estuviera funcionando antes de volver con los otros dos. Seguían en silencio.

»Sientate conmigo. —Taehyung miró incrédulo al mayor.

Lo más probable era que hubiera escuchado mal porque no había forma en que Kim Seokjin le pidiera sentarse en sus piernas en frente de otra persona, estando en el jardín. No tuvo tiempo de llegar a su propia silla pues el juez se encargó de hacerlo sentar encima suyo.

Taehyung estaba tenso. Su plan original había sido chantajear a Jin con su bicuriosidad así que nunca pensó que fuera el mismo hombre quien se expusiera y a estas alturas, Taehyung no estaba seguro de querer que lo hiciera.

Jin le agradaba y no quería causarle mayores pesares si podía evitarlos. Estuvo tentado a levantarse pero el mayor pasó los brazos por su cintura reteniendole de alguna forma.

»¿Vas a usar la manta o no? —El pelinegro cayó recién en cuenta que estaba estrujando la tela en sus manos, más no la había abierto.

—S-si —Se abofeteó mentalmente por haber tartamudeado.

La manta era lo suficientemente grande para envolverlos a ambos pero Jin no sufría de frío, así que no se molestó en cubrir otra cosa que sus brazos ya que aún estaban en su cintura.

Fue aún más extraño que luego de eso el juez dejará el mentón sobre su hombro. Ellos no habían tenido ese tipo de intimidad antes, o sea si, se habían abrazado y besado, pero a su criterio un abrazo por la espalda y acurrucarse juntos era otro nivel.

Decidió relajarse y dejar escapar el aire contenido. Sólo entonces, notó que estaban estratégicamente ocultos de miradas curiosas gracias a uno de los árboles bien cuidados por el juez. Nadie que viniera de ese lado les vería y del otro lado sólo estaba su casa y una esquina poco transitada.

El Veredicto De Jin | JintaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora