Lo cómodo que me había sentido con él en tan poco tiempo creo que no me había pasado nunca.
Yo a Álvaro le había estado observando desde antes y siempre me había encantado su forma de ser, pero después de hablar con él creo que me ha ganado más aún.
Y eso sinceramente me asusta.
Perfectamente puedo imaginarme a mí queriedolo pero no a él queriéndome a mí, no sé si alguna vez podrá tenerme tanto cariño como me gustaría, pero de momento me conformo con poder hablar con él.
Cojo mi móvil y lo agrego, debería escribirle porque evidentemente él no puede hacerlo primero, así que opto por algo sencillo.
Paul: Holaa soy Paul :)
No pasan ni cinco minutos cuando recibo una respuesta al mensaje.
Álvaro: Veo que me has agregado ;)
Álvaro: Ensayamos esta tarde? Para ir viendo que tal llevamos el tema.
El corazón se me encoje solo de escucharlo y mi pulso se empieza a acelerar antes de contestarle.
Paul: Me parece bien :D
Álvaro: Perfecto nos vemos a las seis, te paso ubi de mi casa
Sin ni siquiera preguntarme la hora ni el sitio, Álvaro Mayo ya me había planeado la tarde entera, alucinante.
Lo peor era que no sabía ni que ponerme ni como actuar, y yo nunca le había dado demasiada importancia a eso.
Opté por una camisa negra con dibujos blancos y un pantalón negro y tras ocho litros de perfume me dirigí a su casa, pero había un problema: yo no sabía orientarme cuando me mandaban la ubicación.
Intenté encontrar su casa y tras varios intentos me di cuenta de que me había perdido, genial Paul lo estás haciendo estupendamente.
Estaba tan frustrado que no me di cuenta de que tenía cinco mensajes de Álvaro, esto no podía ser real.
Álvaro: Vienes ya??
Álvaro: Fui muy directo tal vez?? :(
Álvaro: Perdóname
Álvaro: Estás enfadado?
Álvaro: Ojalá que no
Genial, ahora se pensaba que estaba enfadado con él. Desde luego no podía ser más desastroso el día, estaba quedando en completo ridículo.
Con las manos temblorosas lo llamé, no me gustaba hablar por teléfono pero esta vez era necesario.
Me contestó al instante.
—Hola.
Hubo un largo silencio, tenía un tono de voz apagado, seguramente se pensaría que iba a hablar para discutir con él, pero eso era muy lejos de la realidad.
—Oye, que me he perdido, por eso no te he contestado antes.
Escuché un suspiro de alivio al otro lado del teléfono, al menos ya estaba más tranquilo.
—Voy a buscarte anda, envíame tu ubicación.
Le envié mi ubicación y tras varios minutos esperando, tenía en frente mía al mismo chico del que me había estado fijando durante todo este tiempo que había venido a por mí y que encima era un amor de persona.
—Perdón por perderme.
—¿De verdad estás pidiendo perdón por eso? Es normal, no te preocupes, nunca has venido a mi casa y es lógico que no sepas llegar.
—Pero me mandaste la ubicación.
—Bueno, no todo el mundo sabe llegar bien, no pasa nada. Además, como no va a ser la primera vez que vengas no vas a volver a tener ese problema nunca más.—Me sonrió y me giñó el ojo.
Este chico quería hacerme perder la cabeza y estaba luchando por conseguirlo.
Yo no sabía muy bien cómo reaccionar así que solo me reí.
—Ven, vamos.
Ya habíamos llegado a su casa y subimos a su cuarto. Era súper amplio y tenía un pequeño piano y un montón de papeles esparcidos por él.
—¿Compones? —Le pregunté.
—Alguna que otra cosa, pero son solo tonterías.
—Seguro que no lo son.
—Tienes mucha fé en mí.—Sonrió de lado.
Sentía que se estaba infravalorando demasiado, es cierto que no había escuchado ni leído sus composiciones, pero estaba seguro de que se estaba machacando mucho. Además me encantaba escucharle cantar así que de todas formas mi opinión no iba a ser muy objetiva.
Álvaro puso la canción en su móvil y ambos estuvimos escuchando la melodía.
—Supongo que sabes de que va ¿No? —Le pregunté.
—Sí, sobre una ruptura. Pero creo que hoy deberíamos centrarnos más en la letra y no en la parte de la interpretación.
—Estoy de acuerdo.
—¿Tú sabes cantar? — Me preguntó y no sabía que responder.
Es cierto que si cantaba de vez en cuando, pero no se lo había mostrado a mucha gente.
Aunque él en ese aspecto supongo que podría entenderme mejor que nadie.
Dudé de mi respuesta pero asentí.
—¿De verdad? —Me miró impresionado. — Que suerte que nos hayan dado el dúo a nosotros entonces, seguro que sale muy bien. ¿Te parece que comencemos a cantar?
Le miré a los ojos y de repente me entró el pánico, no sabía si podría ser capaz delante de alguien a quien apenas acababa de conocer.
—No sé si puedo hacerlo.— Le susurré tímidamente.— La verdad es que no suelo cantar delante de la gente.
—Imagina que estoy desnudo.
—¿¡Qué!?—Casi me da un infarto cuando dijo eso.
—Bueno es lo que se le suele decir a la gente cuando tiene miedo de hablar en público o algo similar ¿no?
—Ya, pero no creo sinceramente que a mí eso me funcione.
—Bueno pues entonces tómate tu tiempo, aquí estaré para escucharte cuando estés preparado.
Cerré los ojos y traté de tranquilizarme, Álvaro se quedó en silencio esperando pacientemente a que me calmase.
Cuando ya mi respiración se volvió más tranquila, me decidí y le pedí que pusiera la canción.
—Adelante, ya puedes ponerla.
Álvaro clavó su mirada en la mía para asegurarse de que estaba preparado de verdad, una vez que vio que era así, puso la canción y comenzamos a cantar.
La primera parte la cantó él, su voz era tan relajante que hizo que perdiera todos los nervios que me quedaban y comencé a cantar mi parte.
El estribillo lo cantamos los dos juntos, nuestras voces empastaban muy bien y no podíamos dejar de mirarnos. Nos habíamos enredado tanto en la mirada del otro que no sabía cómo era posible que no nos hubiéramos perdido ya en la letra.
Aparté la mirada y en cuanto lo hice me agarró de la mano y la acarició con el pulgar. Volví a mirarle a los ojos y esta vez su mirada era incluso más intensa que antes.
Cuando nos quisimos dar cuenta ya había acabado la canción y nos seguimos quedando así durante unos largos segundos más.
Recuperé la respiración que había estado reteniendo y le aparté la mirada.
—Bueno, creo que debería irme. — Dije.— Ha estado bien el ensayo, nos vemos mañana.
Sin apenas dejarle hablar, salí de la habitación corriendo y me fui para mí casa.
Cómo todos los días fueran como hoy, no estaba seguro de si podría sobrevivir estos días, el ambiente estaba muy cargado para mí.
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Las palabras que siempre te quise decir | Alvaul / Polvorones
FanfictionPaul y Álvaro son compañeros de clase, ambos aparentemente son muy diferentes, pero al parecer no era como ellos pensaban. Paul está enamorado de él desde hace varios años, pero nunca se ha atrevido a intercambiar ni una sola palabra con él. En lug...