Últimamente solo salía de mi casa para ir a clases, y pese a que mis amigos estaban muy preocupados por mí, si de por sí no tenía ganas de salir, estos últimos días aún menos.
Ruslana me había obligado a salir hoy, y aunque traté de negarme mil veces ella insistió sin decirme ni siquiera a dónde íbamos.
Lo único que me dijo fue que me arreglase y que me lo iba a pasar bien, dudaba mucho que así fuera, pero aún así hice mi mayor esfuerzo por ponerme lo más guapo posible y salí hacia dónde habíamos quedado.
Una vez llegué con ella, la saludé con un abrazo y me llevó a un lugar por el que había pasado miles de veces.
El lugar dónde Álvaro daba los bolos.
Estaba empezando a asustarme lo que significaba que me hubiera traído a este lugar y durante un instante lo único que quería era huir, pero decidí mantenerme fuerte y actué como si nada.
Entramos dentro del local y ahí saludamos a los amigos de Álvaro con los que sabía que Ruslana también se llevaba muy bien.
Álvaro no estaba en ese momento, pero tenía claro que no tardaría en verle.
Estaba intranquilo, aunque los amigos de Álvaro me estaban tratando muy bien y en cierta manera estaban haciendo que me distrajera un poco.
— Voy a pedir, ¿Quieres una cerveza o algo? — Me preguntó Juanjo, uno de los mejores amigos de Álvaro.
—No me apetece mucho, pero gracias. —Intenté forzar sin éxito una sonrisa.
Juanjo me estaba interrogando con la mirada, pero decidió darme mi espacio y no me preguntó, cosa que agradecí.
Todos estaban sumidos en la conversación, yo intenté también centrarme en el tema, pero ni siquiera tenía ánimos para tratar de hacerlo.
Podría haber puesto perfectamente una excusa e irme de allí, así no tenía que ver a Álvaro tampoco, pero por alguna razón quería quedarme.
Escuchamos un micrófono y todos nos quedamos en silencio.
Álvaro subió al escenario en el que lo vi cantar por primera vez. Se me hacía raro pensar que hace unos meses me escondía entre la gente y nunca me reconocía y ahora era la primera persona con la que cruzaba miradas.
Se presentó como siempre hacia y comenzó a cantar Halley's Comet de Billie Eilish. Adoraba esa canción y Álvaro hacia que la canción de una manera tan emotiva que intenté contener mis lágrimas durante toda la canción.
No era consciente de lo mucho que lo echaba de menos hasta que lo tuve ahí, justo en frente, cantando canciones que en cierta parte sentía que tenían un significado diferente.
Podría haber elegido cualquier tipo de canción como solía hacer debido a que era muy versátil, sin embargo, todas las canciones que cantó eran de amor, aunque lo que realmente me descolocó de eso fue que en todas me miraba a mí.
Terminó el bolo lleno de aplausos y alguna que otra lágrima.
Era súper atento y trataba muy bien a todos aquellos que habían venido a verle, no tenía dudas de que el chico había nacido para ser una estrella.
Cuando el público se calmó, bajó del escenario y se acercó a dónde estábamos nosotros. Juanjo fue corriendo mientras gritaba a darle un abrazo.
—¡Mi niño, lo has hecho genial!— Le dijo Juanjo apretándolo entre sus brazos. —Eres el mejor.
—Juanjo Bona, ya sé que eres mi mayor fan no te preocupes. —Dijo Álvaro bromeando.
Los chicos se reían, sin duda tenían una amistad muy bonita y se notaba que se tenían mucho cariño.
Admito que en ese momento sentí un poco de envidia por Juanjo, aunque sabía que me había alejado yo.
Álvaro pidió algo de beber y se sentó con nosotros.
—Bueno, ¿hoy fiesta o qué? — Preguntó Bea.
—¿Acaso lo dudabas?—Preguntó Álvaro después de dar un trago a su bebida. — Por cierto, he conseguido hablar con un amigo para que nos deje ir a una zona VIP, así que por supuesto estáis todos invitados.
A todos se les veía muy emocionados con la idea, a todos excepto a mí. Pero si había salido era para hacer un esfuerzo por divertirme, así que eso intentaría.
Cada uno se terminó su bebida y nos fuimos hacia el lugar dónde se encontraba la zona VIP de la que nos había hablado Álvaro.
La mayoría de ellos ya estaban borrachos excepto yo, todos tenían muchísima energía y no dejaban de bailar y de gritar.
Decidí sentarme en un sofá mientras veía a los demás bailar. Se notaba que todos se lo estaban pasando bien y no quería que por mí culpa dejasen de disfrutar, así que me limité a observarlos con una sonrisa.
Me puse a mirar el móvil sin saber muy bien que hacer cuando empezó a sonar Unholy.
No me apetecía mucho bailar, pero esta canción hacia que disfrutase hasta cuando estaba muy triste así que eso hice.
Estaba bailando tranquilamente cuando vi que Álvaro se me acercó.
Se notaba que iba con alguna copa de más porque estaba seguro de que en otras circunstancias no se hubiera acercado, sin embargo estaba justo delante mía.
Yo intenté mantener la calma cuando vi que en un momento Álvaro me puso las manos en las piernas y acercó su casa a la mía quedando a escasos centímetros.
Se quedó durante largos segundos ahí parado y luego reaccionó y se sentó justo a mi lado pasándome el brazo por encima.
—Paulitoo.
Sabía que estaba borracho y que seguramente no se acordaría de nada a la mañana siguiente, así que decidí seguirle el rollo.
—Álvaritoo.
Se quedó mirándome fijamente y luego se lanzó a mis brazos.
—No me buscas. —Dijo frustrado.
Sabía que era en parte cierto, sobre todo estas semanas que me había distanciado más. Pero inconscientemente sabía que lo único que hacía era buscarlo todo el rato, así que me sorprendió mucho que dijera eso.
—Si que te busco.
Lo aparté de mis brazos un momento y me aseguré de que me mirase a la cara en ese momento para que supiera que no le estaba mintiendo.
Tenía colocadas mis manos en sus mejillas, agarrándolo con delicadeza. Podía sentir nuestras respiraciones mezclándose de la corta distancia que había en ese momento.
De nuevo, estábamos frente a frente a tan solo un par de centímetros de volver a besarnos.
Sabía que no estaba bien que lo quisiera en ese momento, pero lamentablemente era así y me sentí muy mal por ello.
Cómo si Álvaro estuviera pensando justo lo mismo que yo, acortó la distancia que quedaba y me besó.
Esta vez sí que fue un beso más intenso que era totalmente diferente al del centro comercial. Un beso cargado de desesperación y a la vez de deseo.
No quería cortarlo, pero lo tuve que hacer. Porque no era justo que yo fuera consciente de mis acciones y él no, así que hice un esfuerzo y me aparté siendo incapaz de mirarlo.
Pensaba que después de eso se iba a alejar de mí, pero en lugar de eso me abrazó llorando.
—Lo siento.—Dijo con la voz entrecortada.
Noté como se me destrozó el alma y me di cuenta de que tal vez ambos nos echabamos de menos.
Pensaba que nadie nos había visto porque todos seguían bailando y disfrutando como si nada.
Todos menos una persona: Bea.
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Las palabras que siempre te quise decir | Alvaul / Polvorones
Fiksi PenggemarPaul y Álvaro son compañeros de clase, ambos aparentemente son muy diferentes, pero al parecer no era como ellos pensaban. Paul está enamorado de él desde hace varios años, pero nunca se ha atrevido a intercambiar ni una sola palabra con él. En lug...