Our Last Days | Galix

Prólogo

Lewandowski dejó un beso sobre la frente de su lindo Omega, los redondos y grandees ojos de Pablo lo miraron con suplica.

—Volveré antes de que lo creas, cachorro —Se inclinó hacia el, juntando sus frentes y frotando sus narices lentamente. Gavi dejó un pico en sus labios que hizo sonreír un poco al Alfa—. Te amo, pequeño —Acarició su mejilla con el pulgar, y dejó un último y cálido beso en los suaves labios del Omega, quien correspondió con un amargo sentimiento en el pecho.

Nunca le gustó que Robert viajará constantemente para eso partidos de fútbol, pero el Alfa le daban tanta felicidad que no podía negárselas.

Llevaban cuatro años de relación, y hacía tres que compartían el lazo, pero el Alfa jugaba desde pequeño. De alguna forma, el fútbol estaba antes que Pablo.

No eran predestinados y, en realidad, ninguno de los dos creía que todavía existían. Para ello eran viejas leyendas y cuentos para niños.

—Llama a Pedri si necesitas algo, ¿de acuerdo? —Este asintió, algo cansado del mismo verso cada vez que se marchaba.

Pedri era el mejor amigo de ambos, también era Alfa. Aunque tenía menos instintos que una piedra; era quien acompañaba a Gavi si Lewandowski no podía hacerlo, y lo había escuchado gruñir o liberar su aroma solo cuando un Alfa desconocido se le acercaba demasiado, pero luego de esos momentos, parecía que el pelinegro ni siquiera tenía un lobo.

Robert dejó el hogar que compartían una vez más, despidiéndose con una mano y una sonrisa, rumbo al aeropuerto. Pablo se quedó en casa, respirando el aroma a madera y coco que había dejado el mayor mientras podía, porque sabía que el olor a tristeza y soledad que iba a comenzar a liberar con sus feromonas lo haría notarse cada vez menos.

Pasaron un par de horas, y Robert le mandó un último mensaje, informando que ya estaba por subir al avión y varios corazones, al que respondió con sus mejores deseos para su próximo partido y que llamara cuando llegara.

Con una ligera sonrisa, se puso a hacer una rápida cena, un simple ramen instantáneo al que agregó un par de verduras, algo de carne y un poco del picante que siempre le gustó.

Soltó un siseo de dolor, tirando la chinchara para llevar una mano a su cuello, sobre su marca, que había comenzado a arder. Sintió al lobo de Robert llorar, el suyo también comenzó a llorar. Sonidos lastimeros surgieron de sus labios y sus ojos se llenaron de lágrimas, sus piernas de sintieron débiles y cayó al suelo, golpeándose el trasero con fuerza. Aunque apenas sintió ese dolor, pues todo su aire comenzó a faltarle. Empezó a toser y respirar con desesperación, una mano apretaba su marca y otra su pecho, sobre su corazón. Ambos dolían más que todo lo demás.

Lloró de dolor, y cuando su menté pensó un simple 'Robert' supo que todo estaba mal. Comenzó a negar, repitiendo un 'No' constante mientras lloraba con pena.

Su tortura fue menos de un minuto, quizás apenas veinte segundos, pero se sintieron horas.
Cuando todo pasó, se sintió completamente vacío.
Su lobo aullaba en soledad.

Continuó negando. Simplemente no podía ser, su Alfa no podía haberlo dejado, no.

.•*

— Interrumpimos la transmisión normal para dar esta trágica noticia de último momento... —

Pedri frunció el ceño y miro la televisión con algo de molestia, se supone que ese rato era la media hora de música que a él le encantaba y que solo por eso le daba rating a ese canal de noticias.

— El vuelo con destino a Qatar, partido desde Barcelona, España, tuvo un trágico accidente causado por una falla masiva en uno de sus motores. —

Pedri alzó la cejas y su boca se abrió de golpe, buscó su celular para llamar a Gavi.

—Por favor, que no... Por favor-

— Tanto la tripulación como los pasajeros murieron... Hasta ahora no se ha encontrado ningún sobreviviente —

Ahogó un sollozo.

— Pablo por favor, atiende...

Yo teniendo que actualizar en otras historia y aquí me ven publicando otra. 🧍🏻‍♀️

Bueno bueno, otra ship que escribir.
Se viene cosas.