Dos

337 26 3
                                    

Pedri estaba que tiraba de su cabello de los nervios, aunque seguramente terminaría calva y era por eso que no lo hacía.

Ya no solo Gavi estaba destrozado, su lobo se había dado cuenta de la muerte de su pareja también, y había tomado el control.

El lobo de Pablo, un hermoso animal de pelaje blanco y partes marrones, de contextura mediana, había aparecido entre sus brazos, y por más que le había pedido a gritos a Pablo que regresara a su forma humana, poco había podido hacer la débil y sensible humana con su parte animal. Así que no tuvo más opción que apartarlo de un empujón.

Un lobo, aunque sea Omega, tan adolorido y con el corazón roto, estaba completamente perdido en sus instintos, y podría atacar si se molestaba.

Se mantuvo apartado, mirando como el lobo de Gavi corría por toda la casa, soltando llantos y pequeños llamados; olfateando en cada lugar, cada prenda o habitación en que encontraba el olor de su pareja, hasta salir al patio trasero de la casa y comenzar a aullar mirando el cielo.

A Pedri no podía romperle aún más el corazón aquella imagen. Se sentó en el sillón, viendo de lejos a su amigo, para llorar con él también.

Cuando estaba en su máximo punto de lloriqueo, el timbre sonó. Tardó unos cuantos segundos en reaccionar, lo suficiente para que el timbre sonara de nuevo, se levantó apresurado a atender.

Al abrir la puerta, el beta de cabellos castaños lo saludó con su mano, pero estaba tan roto no pudo evitar abrazarlo también.

Para Joao apenas fue un segundo de incomodidad, aunque era más sorpresa que otra cosa, ya que eso había sido más pronto de lo que esperaba.

Si bien siempre hacía de compañero de los omegas en sus últimos días, estaba acostumbrado a tratar con todo tipo de personas, ya que la muerte no afecta a una sola persona.

No dudó en devolver el abrazo, rodeando su cintura y colocando una mano entre su cuello y hombro para dejar leves caricias.

Muchos creían que el punto de la marca solo afecta a los omegas, pero para un alfa en estado tan sensible, funcionaba también y, a los pocos segundos, Pedri ya se sentía reconfortado. Se apartó, sorbiendo sus mocos para murmurar una disculpa.

—L-lo siento...

—No es necesario —Se encogió de hombros.

Pedro se apartó de la puerta y le hizo ademán de entrar. El beta no dudó, escuchando los lastimeros aullidos de Pablo. Algo en su pecho se encogió de dolor, cosa que no era normal, estaba acostumbrado a eso y nunca le había ocurrido. La sensación lo dejó extrañado dos segundos completos.

—¿Qué ha pasado? —Preguntó, Pedri ya sabia qué quería escuchar.

—Su alfa, Robert Lewandowski... iba en un avión rumbo a Qatar esta mañana, pero hubo un accidente —Sorbió su nariz con dolor—. N-no se bien cuánto tiempo pasó Pablo hasta que yo vine, ya sabes... Las noticias de última hora tardan unas cuantas horas en salir al aire.

Joao asintió.

—Llegué y ya estaba mal, pero aún era humano todavía —Hizo una pausa—. Hace una media hora que cambió, y lleva un largo rato aullando... Señor Félix, es peor de lo que estaba mi abuela, yo... No sé qué hacer.

—Con la parte de 'hacer algo' déjamelo a mi, yo te diré si necesito que hagas algo. No pienses en eso, tu también tienes que afrontar esta situación, Pedri, no te cargues la responsabilidad de cuidarlo porque para eso me llamaste. ¿Está bien? —El azabache asintió—. Y con respecto a su estado... Es lo normal en la ruptura de un lazo, es así de horrible. Tienes que tener en cuenta que fue repentino, ambos son muy jóvenes. Dime, ¿desde hace cuanto comparten el lazo?

—Más de dos años... Quizás tres —Murmuró, no estaba muy seguro.

—Es muy reciente, muy fuerte. Dolerá más que uno más antiguo —Hablo—. Dime otra cosa, ¿tuvieron cachorros?

Pedri negó automáticamente.

Joao hizo una mueca.

Ese era un punto malo y bueno a la vez.

Si al menos tuvieran un cachorro, el omega se sentiría obligado a sobrevivir para proteger y cuidar de este, aunque en promedio sólo la mitad de ellos sobrevive. Es un porcentaje mucho mayor a los que no tienen cachorros.

De loa omegas con lazos rotos, sin cachorros, apenas el tres por cierto sobrevivía.

El punto malo es que sufrían muchísimo más, ya que su alfa no los había dejado solo a ellos, sino a sus hijos también.

—Joao... Gavi es mi mejor amigo, es el único que me queda.

El pelinegro lo miró con ojos expectantes, esperando que terminara de decirlo.

Ya sabía a dónde iba aquello, era un pedido normal, al menos en los primeros momentos de la ruptura del lazo. Todos deseaban eso.

Luego el o la omega empeoraban significativamente, y al verlos sufrir tanto deseaban que pudieran tener el descanso que merecía junto a su alfa.

Por esa razón João no sentía esperanzas de nadie, hasta ahora, ninguno atendido había logrado sobrevivir, pero tenía su fama por dar un trato humano y cálido hacia todos en general, no solo hacia el principal afectado. Joao trataba a todos alrededor.

A pesar de todo, asintió, sonriendo un poco.

—Haré todo lo posible —Respondió con honestidad en la voz, a pesar de que ella misma no se lo creía—. Ya lo entiendo lo suficiente. ¿Me permite ir con el omega?

Pedri asintió con ganas y caminó hacia la parte trasera de la casa, parándose en la puerta, fijó su atención en el precioso lobo que seguía llorando a la luna.

A Joao le pareció extrañamente hermoso y triste a la vez, casi como una melancólica obra de arte.

El lobo no los notó.

Siguió aullando.

Tengo que confesarles que para mi es un poco raro escribir esto, pero aquí me ven JAJAJAJ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tengo que confesarles que para mi es un poco raro escribir esto, pero aquí me ven JAJAJAJ

Espero lo hayan disfrutado. 🧍🏻‍♀️

Una cosita más, para mis queridos lectores/as, seguiré actualizando poco a poco las historias que se han mantenido en pausa por mucho tiempo (demasiado podría decir Jajaj). Chauuu 💗

Our Last Days | GalixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora