Dieciséis

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Maratón 2/2

De su parte Pablo entró en sueños listo para tener un recuerdo, para ver de nuevo a aquellos extraños que no resultaban tan desconocidos.

Al parecer en aquel bosque esperó a que sólo pasara, a que alguien apareciera, pero como no daban señales, se cansó y comenzó a buscar por si mismo, hasta que encontró una cabellera castaña familiar que sobresalía de detrás de unos arbustos.

Rió un poco y se acercó para ver al hombre hecho bolita mientras se escondía, lo miró con la misma expresión de sorpresa que había hecho João cuando le dijo que si saldría con él.

Era idéntico a Félix en muchos aspectos, mismo rasgos, su misma piel, aunque su cabello parecía más rizado y desordenado. Su vestimenta era más que extraña para Pablo, una tela oscura que parecía una capa cubría su cuerpo, y dejaba ver poco de la remera y shorts que llevaba debajo, esta vez estaba descalzo.

—¿Nasuet? —Preguntó, intentando recordar bien su nombre.

El otro asintió, levantándose sin despegar la vista de él.

—Eres el actual Zahc, supongo.

Pablo no estaba seguro, pero igual asintió.

La mirada del beta fue a su cuello, se acercó con cuidado, viendo la marca con precaución; ya no estaba oscurecida como antes, pero si era de un rojizo oscuro igual de preocupante.

—Hey, pequeño —Nasuet tomó su mejilla, sonrió mínimamente—. Vas a estar bien, no vas a sufrir esto por siempre.

Pablo sonrío.

—João me dice "pequeño." ¿Por qué tú también lo dices?

—Lo más probable es que si, ¿João es tu predestinado?

El menor alzó las cejas, sorprendido.

—João me cuida, es mi enfermero, mi cuidador, mi niñera... Es agradable, como un amigo. Conectamos bien, supongo.

—Estas hablando justo ahora con el primer "João" que hubo. Y mi destino fue y será Zahc, quien da la casualidad que es el primer... Tú. ¿Cómo te llamas?

—Pablo.

—Pablo, tu y él son predestinados, tanto como lo somos Zahc y yo.

Gavi frunció los labios.

—En realidad... No creo que lo ame, no lo creo así, yo tenía a mi alfa y no quiero que otro tome su lugar como si fuera un vacío disponible a llenar, es ridículo... Rápido e irrespetuoso.

Nasuet se encogió de hombros.

—Tendrás tus razones, tu parte humana, pero igual, de alguna forma, están unidos, y las almas gemelas a veces no son necesariamente parejas, las mejores almas gemelas que puedes encontrar es aquella de una amistad gigante y pura.

Pablo asintió.

—Si, tengo de esos.

—Ustedes tienen un destino, tienen cosas que hacer —Continuó—. Y es un destino grande, gigante. También nos afecta a Zahc y a mi, así que te pido que lo cumplas... Que lo intentes.

Pablo estaba confundido, no entendía el tono de súplica del beta.

—Quiero más tiempo con él... La eternidad poco alcanza para quienes se aman... No dejes que el destino muera.

Our Last Days | GalixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora