4.

254 25 23
                                    

[🌕]


—¿¡Sonic!? Por Dios, ¿Dónde estabas?—Silver no podía estar más preocupado, el cobalto acababa de llegar.

—Hola Silv, estaba atendiendo unos asuntos, no te preocupes estoy bien—Sonrió nervioso.

—Bueno mientras no llegabas me tocó atender a muuchos clientes, espero y tengas una buena razón—Silver también trabajaba con Sonic en la cafetería, habían Sido muy buenos amigos desde hace mucho tiempo.

—Perdónameeee, si quieres te compro un cheseecake.

—Ok, ya estás libre de pecado—El plateado sonrió y continuó con sus obligaciones mientras Sonic se disponía a hacer lo mismo.

.☕.

Se aproximaban las cuatro de la tarde, lo que significaba hora del cheseecake, Silver y Sonic terminaban su horario para dirigirse a comprar el postre que ya le habían prometido al plateado.

—Toma—El despelucado tomó el postre y empezó a comerselo rápidamente, le encantaban los cheseecake.

—Gracias, ¿Quieres?—le ofreció a su amigo.

—No gracias pero ya me voy.

—¿Cómo? No me digas que ya conseguiste pareja y me vas a dejar solito— Silver hacía un puchero en forma de broma, le gustaba ser dramático.

—Claro que no, esque tengo un compromiso, nos vemos luego ¿Si?, baiii—Se despidió para dirigirse hacia su destino.

—Bueno, ¡cuídate y que ojalá te atropelle un camión!—gritó.

—¡¡¡Ojala te caiga un piano encima!!!—Respondió el azul alejándose.

Silver lo vió marcharse mientras se comía su cheseecake, después hizo lo mismo para irse a su casa.

Sonic ya había llegado, repitió lo que había hecho antes para entrar, cruzó por el pasadizo y se encontró con Shadow en su habitación.

—Hola—dijo amablemente.

—Hola—respondió viendolo entrar.

—Mira esto, te traje un capuchino, se que no es a lo que estás acostumbrado y de seguro tu tomas cosas mejores, pero recuerdo que pediste esto en la cafetería y pensé que sería buena idea traertelo—Extendia sus brazos para entregarle su regalo esperando a que lo aceptara.

—Ah si, es cierto—El cogió el capuchino y de una vez se lo tomó, la última vez en la cafetería no pudo disfrutarlo bien por la conmoción de la gente al verlo—Sabe mejor de lo que esperaba, gracias—Sonrió.

Sonic sonrió y se mostró satisfecho por la reacción del negrito.

—Bien Sonic, entonces viniste a hacer compañía ¿No es así?, dime, no es por ser grocero pero ¿No tienes otras cosas que hacer?—En realidad Shadow temía que Sonic lo acompañará por lastima, el azul parecía una buena persona y le llamaba la atención, pero tampoco quería obligarlo a tomar decisiones que solo beneficiarán al azabache.

—Bueno, ahora no, no hay nadie en casa,  mi madre suele salir a hacer cosas varias en la calle o visitar a sus amigas a estas horas y mi hermano está en una fiesta—Desviaba la mirada explicándole al contrario—Pero me gustaría saber sobre ti,¿Tienes un hobby? ¿Tu color favorito? ¿Pizza con piña o sin piña?

—Mmm definitivamente sin piña—Sonic soltó una ligera risita— A parte de la música, me gusta la cocina y los videojuegos, y color favorito, obvio el negro.

—Buenos gustos, pero no coincidimos con lo de la piña—Hizo una mirada con ganas de abrir un debate para pelear sobre lo de la pizza.

Parecían tener una amena charla, (o discusión) sobre porque la piña en la pizza debería ser ilegal, pero igual después de eso conversaron sobre temas que les interesara a los dos en cuanto a videojuegos y cosas varias de la vida cotidiana, hasta que Shadow se atrevió a preguntar.

—Oye Sonic, ¿Por qué decidiste acompañarme?—Preguntó de repente—Espero no sientas lastima por mi.

Sonic solo lo miraba pensando en su respuesta.

—No no no, no siento lastima, es solo que por lo general las personas asumen que los famosos tienen una vida perfecta y millonaria—Hizo una pausa y continuó—Y se nos olvida que también están vivos.

Shadow lo miraba con cara de sorpresa, como artista todos sus fans lo querían por sus canciones o por su aspecto físico, pero aún así el erizo azul estaba tratando de hacer que se sintiera bien sin pedir nada a cambio, le llenaba el corazón.

—Entonces veo que es probable que estés un poco aburrido aquí con esas estrictas reglas de no salir, así que me gustaría que tuvieras alguien en quien confiar—Sonic daba su explicación con una sonrisa—Si eso quieres.

Se sentía raro, extrañamente cálido, desde hace mucho tiempo que no se sentía verdaderamente querido y ahora esa piña azul le estaba conmoviendo el corazón con sus palabras.

—Si quiero Sonic—Pronunció sin dudarlo.

Los dos siguieron conversando toda la tarde, hasta que llegó la hora de partida del erizo azul.

—Ya es tarde, me la he pasado bien aquí, gracias por todo Shadow pero ya tengo que irme—Se alistaba mientras de despedía del moreno.

—Gracias a ti Sonic, has sido una linda compañía—El cobalto sonrió.

—Entonces adiós, ¡nos vemos luego!—El erizo salió por donde entró, dirigiéndose a su casa.

Ya eran las siete, su madre ya debería haber llegado a la casa así que compró la cena, probablemente su hermano se tardará en llegar por lo que solo la compró para el y su madre.

Abrió la puerta y saludo a su madre, sirvió la cena y hablaron sobre las aventuras y los chismes de los que se había enterado la madre de Sonic gracias a sus amigas.

Tuvo un buen día.

_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Notita

Ahí vamos, ahí vamos, baiii.

Rock Star! /⁠/ Sonadow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora