Los encuentros entre Samantha y Tomás aunque escasos, eran estupendos ; la distancia que los separaba creaba una barrera entre ellos dos, además de la sobre protección que ejercían sobre Samantha , aun así su chica se las arreglaba para poder verse con él, así su madre no lo aceptara, así el tiempo fuera reducido, ella los llamaba encuentros ilegales, y aquel que tuvieron la noche del accidente fue el más interesante, aunque cabe destacar que el día que se toparon con Alexis fue algo emocionante, emoción que desató la escena de celos que le plató aquel tipo.
Samantha terminó de organizarse para encontrarse con su chico, esta vez llevaba una falda rosa a la altura de la rodilla, una camisa blanca que le cubría su pecho y sus converse favoritos, estos también color rosa, en su cabeza llevaba una corona de flores, la cual hacia resaltar el rubio de su cabello que llevaba este día suelto y con sus rizos muy extravagantes, se culpaba a si misma cada vez que se vestía así de rosita para verse con su chico, puesto que el contraste era aún más notorio, pero no le importaba realmente, era su forma de vestir favorita, no la cambiaria solo por el contrate que hacía con su metalero, se dispuso a llamarlo, un repique, dos repiques, samantha odiaba que no contestara su celular, sabia podría llegar a ser un poco intensa en esas ocasiones pero el hecho que no le respondieran la ponía en serio molesta, Tomás respondió al cuarto llamado.
"Nena, ¿ocurrió algo? "
"Ocurre que nunca me contestas y sabes que me molesta"
"Oh, lo siento nena, estoy aquí, ¿Podremos vernos hoy?"
"Claro, por eso llamaba, te espero en 30 en nuestro lugar"
"En nuestro lugar, te quiero"
"Te quiero Hamilton"
Samantha emprendió camino hacia aquel lugar, el vivir lejos de la ciudad representaba una dificultad gigante para ella, debía esperar un autobús para poder llegar al centro de esta, la mayoría de veces llegaba primero que su chico, pero esto no le molestaba, disfrutaba estar en aquel lugar sola, mirando el paisaje urbano y escuchando los sonidos de la ciudad, Tomás llegó cinco minutos después y con un infantil ¡Bu!
-¡Cariño mío!; Cuanto tiempo sin verte, ven abrázame- Samantha adoraba los abrazos de su chico.
-Exactamente 15 días nena.
-¿Enserio tanto tiempo? Woah, bueno, no perdamos tiempo entonces, mi madre solo me dio dos horas para salir con Cristina y quiero ir con tigo a un lugar especial, así que muévete.
-Espera nena, ¿Estas de ilegal con migo?-
-Pues sí, mi madre no me dejó salir con tigo, entonces me obligó a mentirle, ella se lo gana y tú lo sabes.
Tomás la miró impresionado ¿Cómo podría una nena de casa "escaparse" de esa manera para estar con él? ¿Así de mucho lo quería? Bah, no importaba caminó detrás de ella, cuando ya tenían parte del trayecto recorrido sintió como la mano de su nena se tensaba y su rostro cambiaba repentinamente de una expresión de felicidad, a una mirada de miedo...
-Emmm nene es mejor que nos regresemos, vamos por la otra calle, ¿sí?
-¿Porque? ¿Te molesta que te vean con migo?- La cara de Samantha había perdido todo rastro de color.
-Nene no es por eso, solo...vamos rápido, por favor.
-Pero...pero ¿Porque? Dime porque y me voy por la otra calle con...
-Samantha!- El llamado de un tipo interrumpió la oración de Tomás, el cual sentía como la mano de su chica oprimía la suya, cada vez más fuerte.
-Dios, me vio, camina joder Tomás, no puedo dejar que me alcance. - Con esta impresión Tomás caminó rápidamente con ella, hasta que sintió alguien detrás de ellos, alguien que tomaba a Samantha del brazo y la hacía girar bruscamente.
-¡Mi niña! Tiempo sin verte, te me andabas escondiendo, ah?- Aquel tipo daba la impresión de ser de aquellos que poseen el mundo, o almenos creen poseerlo.
-Suéltame Alexis! Me lastimas el brazo.
-¿Pero qué dices? No te hago daño Samantha, ¿olvidaste lo mucho que te gusta?, no te hago daño, ahora dime ¿Quién es este?- el tipo, que ahora tenía nombre señaló a Tomás con cara de asco, un asco demasiado notorio.
-Él, Alexis, es mi chico y discúlpame pero nos vamos.- Samantha trató de soltarse, pero no pudo, miró con una expresión reclamante a Tomás, se notaba que le estaba haciendo daño.
-Con que tu chico, ah? Se nota que me reemplazaste rápido... ¿Él te complace como yo lo hacía niña? Dime, ¿Un chico puede hacerte lo que yo te hacia?- el tono de Alexis subía además de la fuerza con la que sujetaba a samantha, Tomás no dejaría que esto continuara.
-¡Joder suéltala! La lastimas.
-¿Lastimarla? Pero si ella adora que la trate así, ¿no? ¿No le has dicho que amas esto?- Tomás no se contuvo, extendió su mano hasta el brazo de Samantha, intentando separarlos, pero aquel tipo fue más rápido y tomó a Tomás por el cuello; el miedo llego a su ser.
-¿Crees que un niñito como tu va a poder con ella? No, ella volverá a mí, no lo creas, ella es mía, siempre lo será.
-¡Alexis relájate!- la voz de Samantha se escuchaba suplicante, no quería que le ocurriera nada a su chico, él no lo merecía
-Oh claro mi niña, me relajaré.- Con un empujón bajó a Tomás y este pasó a caer en el suelo -Tomate el tiempo que quieras con este niñito, luego regresarás a mí, sabes que eres mía.
-¡Vete! Y déjame en paz Alexis, trata de superarme, jamás volvería con tigo, ¡Vete!- Alexis se retiró, no sin antes repetirle a Samantha que era suya, esa frase quedó en la mente de Tomás.
No creía que Samantha se enredara con ese tipo de gente... No, ¿A quién engañaba? Se había metido con él, un chico completamente diferente a ella, porque no con un tipo como Alexis? Viniendo de ella, una chica con la mente tan amplia, todo era posible.
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Antes de que mueras.
Ficção AdolescenteEra la tercera tarde sin hablar con ella, no había estado activa en la red social durante tres días, la última vez que la vio fue en la noche del sábado.