Tomás se hallaba solo en su casa; Irónicamente Lucas se había ido de viaje con la hermana de su novia, en el momento más oportuno, claro, cuando su chica se hallaba en coma, cuando ambos necesitaban más apoyo que nunca, las personas que podían hacerlo respectivamente los abandonaban, eran unos completos idiotas, pensó en lo que diría Samantha en un momento como este: "El karma se los cobraría caro."
Su primer día solo no fue muy emocionante que digamos, salió a caminar solo, dejando las horas pasar, fumando uno que otro cigarrillo, sonrió al recordar que hace mucho, cuando su chica se había enterado que fumaba, le había comentado que le parecía excitante salir un chico que tuviera esta costumbre, claro, era algo muy diferente para ella, tipo de gente como Tomás no era muy conveniente, pero a Samantha le encantaba.
Aunque se sentía desfallecer y los ánimos los tenia por el suelo, el único pensamiento que rodeaba su ente era el desdoblamiento, necesita volver a hacerlo, para así salir y llegar donde su chica, tenía la esperanza de que el alma de samantha estaría rondando por ahí y poder hablar con ella.
Regreso a su casa y se metió en su cama, dormiría todo el tiempo que pudiera, necesitaba sus energías al máximo pata no fallar en su viaje al hospital, no sabía si necesitaba ir aminando" o simplemente aparecería allá, confundido, buscó en su celular la página que anteriormente había consultado:
Práctica De Desdoblamiento Astral Consciente Nº 2
Mientras estén durmiendo imaginen vivamente que están en el lugar que quieren visitar. Siéntanse realmente allí concentrando relajadamente su atención en todas las sensaciones posibles. Por ejemplo: si quisieran ir a las Pirámides de Egipto siéntanse allí. Sientan la arena, el viento, el calor, el sonido. Muévanse con su imaginación como quieran: súbanse por alguna de ellas, toquen las piedras, exploren todos los rincones. Cuando su cuerpo se halla dormido: ESTARÁN ALLÍ.Tal como decía la página, Tomás solo debía pensar en estar allá, pensaría en la puerta del hospital, de ahí iría a su cuarto a buscarla, esperaba poder sentir su energía y encontrarla rápidamente, bueno, lo único que pedía es que su alma aun tuviera vida.
Despertó muy pasada la tarde, su cuerpo reaccionó ante la falta de comida y lo hizo levantarse, Tomás se sorprendió de la cantidad de tiempo que había pasado sin probar bocado, se propuso a arreglarse un poco solo por sacar la pereza de su ser; luego de tomar una larga ducha pidió una pizza al servicio más cercano, no sería la primera vez que cenaba solo, prácticamente se había acostumbrado a hacerlo, al mirar su reloj se dio cuenta de que comenzaba a entrar la noche, se dispuso a organizar su habitación, pero se dio cuenta que no era un espacio totalmente "relajante" puesto que todas sus energías negativas se habían centrado en ese cuarto, luego de pensarlo un poco llegó a la conclusión de que sería una buena idea tratar de desdoblarse mientras estaba en la bañera, relajándose con el agua, preparó el baño para dejarse llevar.
La fachada del hospital tenía un aspecto lúgubre, sus puertas metálicas le añadían ese toque inhumano que tanto desanimaba a Tomás, la inscripción de "emergencias" en letras rojas y brillantes llamaba la atención de todo transeúnte; lo que más recordaba de aquel lugar era la cantidad se emociones que había en el ambiente, el sonido de los autos pasar, de los doctores entrando y saliendo del hospital, unas cuantas personas, con sus caras de emoción o de tristeza absoluta, Tomás pensaba en todo esto como si fuera real, al abrir los ojos estaba justamente en ese lugar.
Esta vez la sensación era totalmente diferente, el ambiente se llenaba de conmociones que no sentía cuando estaba en cuerpo en aquel lugar, veía las personas pasar, las veía como una combinación de alma y cuerpo, una cubierta de color y movimiento y dentro de ella una figura sin forma definida, figura que cambiaba de color conforme las personas, vio una pareja de señoras con su alma color verde, un hombre muy mayor con su alma muy negra, aunque su cara reflejaba una gran felicidad, le llamó la atención una chica, una chica con el cabello azul aproximadamente de su misma edad, la cual iba por la calle caminando muy lentamente, el inconveniente con la chica era que no se notaba su alma por ninguna parte ¿Eso era posible? La chica cruzó la calle y Tomás quedó confundido con ella, pero la confusión terminó en el momento que entró al hospital, la combinación de personas y colores (o la falta de ellos) hizo que el chico se sintiera mareado, la concentración de energías en la sala de emergencias era tan grande que Tomás corrió directamente al piso en el que se encontraba su chica, le llenó de alegría la facilidad con la que encontró el cuarto de Samantha, pero la felicidad se fue de su ser al ver el cuerpo, un cuerpo frio y sin vida, peor...Sin alma.
Tomás se derrumbó, no sentía el alma de su chica, ¿habría abandonado este mundo? No, no podría ser así, su chica confiaba mucho en las energías, no dejaría a su alma ir así de fácil, salió del cuarto dispuesto a buscarla, lo haría por todo el hospital si era necesario, bajó por las escaleras dando una última mirada hacia aquel cuarto y sintió miedo al darse cuenta que en ese momento, una figura color violeta, un violeta profundo, aunque no sabía si su continuación seria rosa o rojo, era un color bastante curioso, entraba en la habitación, corrió hacia allá y al dar vuelta en la puerta la escuchó, aquella voz que no había escuchado en semanas, aquella voz que llenaba de energía su ser, aquella voz pronunciando su nombre.
-¿Tomás? Qué tontería, ya me estoy volviendo loca, no ha venido en semanas, no puedo creer que me haya abandonado así de fácil.
- No estás loca nena, estoy aquí y no te pienso abandonar.
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Antes de que mueras.
Ficção AdolescenteEra la tercera tarde sin hablar con ella, no había estado activa en la red social durante tres días, la última vez que la vio fue en la noche del sábado.