Una no-invitación

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La situación en el hogar de Tomás no era de suma importancia, sus días se los pasaba en su cuarto, durmiendo o leyendo, la vida de aquel chico se había resumido a una monotonía, su mente y sus mejores energías se habían quedado con Samantha en aquel hospital, una que otra noche se había animado a salir con sus amigos, se había divertido, pero no era lo mismo, mucho de lo que veía le recordaba a ella, a su chica, ellos le decían que debía dejarla ir y no preocuparse tanto, con eso solo conseguiría hacerse daño a sí mismo, Tomás tomaba en cuenta sus consejos, pero no le servían para mucho, Samantha se había llevado a su estado de coma su felicidad; Constantemente Lucas le daba noticias de su chica, noticias que le llegaban por parte de Karem, esta chica se había convertido en una clase de admiradora para Lucas y este no podía sacársela de encima, Tomás disfrutaba ver el pequeño sufrimiento de su hermano, almenos le servía de comunicador, todo estaba estable, hasta el día que, al tomar el teléfono para llamar a uno de sus amigos, interceptó una llamada entre Lucas y Karem.

"...Pues le dije a tu hermano que estaba bien, no quería ver a ese pobre chico aún más triste por algo que claramente fue su culpa"

"¿A qué te refieres?"

"Pues el doctor dijo que al momento de Tomás reproducir la canción, una parte ella reaccionó de mala manera y quiso regresar, pero su cuerpo no quiere hacerlo"

"¿Enserio era eso? Suena muy poco científico"

"Aish no lo sé, la cosa es que no lo dejarán visitarla más, y tú se lo debes decir"

"¿Y porque yo?"

"Porque eres su hermano idiota, pero bah, ya tu verás, ¿porque no vienes a mi casa? Mi madre está cuidando a Samantha"

"Te aprovechas demasiado de la situación..."

Al escuchar esto Tomás dejó el teléfono, se tomó un momento para recuperarse, ¿Cómo había podido mentirle así? Si Samantha moría probablemente sería por su culpa, por las malditas ansias de estar cerca a ella y hacerla sentir, no podía perder tiempo, se levantó de su cama y corrió hacia el cuarto de su hermano.

-Lucas, corta por favor, necesito decirte algo.

-¿Ya que quieres? Déjame hablar tranquilo.

- Bro, solo un segundo, ¿sí?

"Linda, en 5 minutos te llamo, consideraré lo de ir."

-¿A dónde vas?- Tomás fingió falso interés, quería saber Lucas que pensaba, además, no entendía a su hermano, tanto que hablaba de lo mucho que le molestaba Karem y luego la trataba así, su hermano era un completo patán.

-¿Por qué? ¿Vendrás con migo a cuidar la puerta?- Lucas soltó una sonora carcajada, era obvio que no le diría.

- No, no lo haré, mientras tu tocas descaradamente a la hermana de mi chica, yo estaré en su cuarto, es la última opción para sentir sus energías- El rostro de Lucas cambió inmediatamente de expresión, seguramente se preguntaba cómo se había enterado Tomás.

- Te he dicho más de una vez que dejes de espiar mis conversaciones, consíguete una vida.

-No te estaba espiando maldito egocéntrico, solo necesitaba el teléfono y tú estabas ahí.

-Bueno, ¿y ahora qué? No creas que te voy a llevar.

- Vamos, Bro, Solo es eso, sentir sus energías, enserio- Tomás tomó una expresión de súplica, enserio necesitaba estar en su espacio, ese espacio en el que ella tantas noches se había desvelado hablando con él, compartiendo sus secretos y sus miedos, el espacio donde se había encontrado tantas veces feliz, tantas veces triste, sabía que allí podría encontrar algo, algo representativo.

-Tú y tus estúpidas energías.- Lucas situó en su rostro una expresión de asco. – Eres un enfermo, solo quieres estar en su cuarto, ¿no te preguntas cuantos tipos metió allá? Cuantos tipos que no fueron tú, querido hermanito.

- Deja de hablar de ella así, ella no era como Karem, eran muy diferentes.- Tomás estaba furioso, pero debía contenerse, convencería a Lucas de que lo llevara, debía hacerlo.

- Bueno, si tú lo dices, pero debes reconocer que me gané un premio con esa tipa, hoy iré al grano con ella.

-Enserio Lucas, no quiero conocer los detalles, solo llámala y dile que yo iré con tigo, solo estaré allá 10 minutos, y los dejaré solos.

- Lo haré, pero me deberás una muy grande Tomás, eso es muy raro.

Lucas tomó el teléfono, puso el altavoz para que Tomás pudiera escuchar y marcó el número de la casa de Karem, esta respondió al instante, se notaba lo interesada que estaba por pasar un rato con aquel tipo.

"¿Quién habla?"

"Soy yo, Lucas. Oye si iré, pero mi hermano irá con migo, necesita ver algo en la recamara de tu hermana"

"¿Qué? ¿Ese está loco o qué?"

"Lo mismo le dije, pero si quieres que  yo vaya, tendrás que dejarlo estar a él también, son solo unos minutos"

"Ese tipo enserio me da miedo Lucas..."

"Ya, déjalo, está desesperado."

"Bueno, solo por eso, los espero entonces, no tarden mucho"

Los hermanos Hamilton salieron de su hogar hacia el lugar donde vivían las chicas Middeltown, Tomás se dio cuenta de que nunca había estado por esta parte de la cuidad, y ahora entendía por qué las salidas de Samantha eran tan reducidas, para llegar a su hogar debían de pasar por una serie de campos y caminos de difícil acceso, llegaron después de 20 minutos, Karem los esperaba en la puerta.

-Tu, chico raro, el cuarto de mi hermana es el del fondo, trata de no tocar muchas cosas, mamá sabe dónde está cada una de ellas, se la pasa metida allá tratando de buscar alguna pista.

- Emmm está bien, prometo no demorarme, disfruten ustedes.- Tomás estaba nervioso, no sabía que haría o hallaría en ese lugar, pero era su última esperanza para sentir a su chica, para recordarla, caminó por el pasillo y al llegar a la puerta volteó a ver a su hermano, el cual se encontraba en una pelea de besos con Karem, con asco volteó la cara y atrapó la manija de la puerta con su mano, la puerta abrió con facilidad y el aire frió le rozó la cara, ese cuarto era la viva prueba de la existencia de su chica.

Antes de que mueras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora