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Después de un fin de semana algo estresante, Minjeong pudo volver a ver a aquella chica que la había salvado, no pudo evitar lanzarse contra ella para abrazarla cuando el lunes Karina regresó a su casa, fue grande el alivio de la mayor al no encon...

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Después de un fin de semana algo estresante, Minjeong pudo volver a ver a aquella chica que la había salvado, no pudo evitar lanzarse contra ella para abrazarla cuando el lunes Karina regresó a su casa, fue grande el alivio de la mayor al no encontrar heridas nuevas en el rostro de la coreana, temía que su esposo le hubiese hecho algo los días que no pudo verla.

Entonces devolvió el abrazo cerrando los ojos para disfrutar de la calidez de Minjeong mientras caminaba justo con ella hasta el sofá.

Continuó cuidando de ella por el resto de la mañana, estuvo a su lado para hacerla sentir mejor por si sus cólicos volvían e hizo lo mismo al día siguiente hasta que su periodo acabó, Minjeong lucía más feliz que de costumbre, Karina la había ayudado con eso y todo había sido más fácil para ella recibiendo la ayuda de aquella estadounidense.

Todo estaba yendo tan bien para Minjeonh, demasiado que sabía lo mucho que dolería cuando Taehyun volviera a atacarla. Porque las cosas buenas no siempre son eternas, pero ella continuaba rogando que duraran un poquito más.

Una alarma más volvió a recordarle a Karina que debía regresar a casa, ambas habían comenzado a odiar tanto esa alarma, sin embargo sabían que era más que necesaria porque el tiempo que tenían juntas pasaba volando y sin esa alarma no podían saber cuando su límite de tiempo había llegado, estonces la mayor tomó sus cosas y se levantó del sofá.

Ella miró una última vez a Minjeong, no quería dejarla sola, no hoy cuando ya le había quitado todo rastro de heridas, temía dejarla nuevamente en manos de su esposo con el riesgo de que este tirara a la basura todo su trabajo hiriendo nuevamente a aquella chica que tanto quería.

Y sin poder evitarlo la abrazó con todas sus fuerzas antes de salir, Karina quería llorar, ese angel no merecía estar atrapada ahí, no con ese demonio de marido que tenía.

—Te veo mañana, princesa— Karina susurró contra su mejilla antes de dejar un beso en ella.

Y se tragó sus ganas de llorar para salir por la puerta viendo por última vez como Minjeong agitaba su mano en forma de despedida.

Karina fue fuerte, ella no lloró, porque todo iba a estar bien, ella la iba a ver al siguiente día, sana y salva, debía pensar así, pero no podía evitar sentir un gran temor porque las cosas fueran diferentes.

Minjeong por su parte estaba algo nerviosa, esperaba que Taehyun se hubiera olvidado y que al menos por hoy no le hiciera nada, pero aún así tenía miedo, a él nunca se le olvidaba algo como eso.

El tiempo continuó pasando y parecía que Kang se había atrasado un poco en el trabajo, sin embargo llegó.

Dando un portazo entró a la casa sin molestarse en quitar sus zapatos, tenía la marca de una cachetada en su rostro y apestaba a alcohol, pero no lucía tan ebrio y eso asustó un poco a Minjeong, solamente seguía rogando porque él lo olvidara todo.

ᴇsᴛᴇ́ʀɪʟ| ᴡɪɴʀɪɴᴀ ɢ!ᴘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora