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Karina estaba en shock, no entendía por qué el rostro de Minjeong lucía así, marcas de cachetadas y moretones en sus ojos no pasaban desapercibidos, era innegable que la menor tenía unos hermosos y tiernos ojitos, pero sin duda lucirían aún mejor ...

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Karina estaba en shock, no entendía por qué el rostro de Minjeong lucía así, marcas de cachetadas y moretones en sus ojos no pasaban desapercibidos, era innegable que la menor tenía unos hermosos y tiernos ojitos, pero sin duda lucirían aún mejor si esas marcas de agresión que tenía.

—Karina, suéltame— Pidió la menor intentando cubrirse la cara.

Pero la mayor inmovilizó sus manos con una de las suyas y con la otra la tomó del mentón para analizar aquellas heridas.

—¡Karina! ¡Basta, te dije que me sueltes!— Intentó safarse la menor.

—Minjeong, ¿Quién te hizo eso?— la pelinegra preguntó totalmente seria aún sin soltarla.

—No te importa, solo déjame— Pidió la menor al borde del llanto.

—¿Fue él? —Un sollozo fue la única respuesta que recibió— Minjeong, ¿Tu esposo te hizo esto?

—¡¿Por qué lo acusas de algo así?! Eso no te incumbe— la castaña gritó llorando aún con las manos aprisionadas.

—¡Lo acuso porque no convives con nadie más que él aparte de mí, lo sé porque estuviste disponible para mí cada maldita mañana de lunes a viernes, y por las tardes y el fin de semana él fue el único que estuvo contigo, además yo no te lastimé, jamás lo haría, entonces nadie más que él pudo haberlo hecho!—Karina levantó la voz.

Minjeong dejó de hacer cualquier tipo de esfuerzo por soltarse, simplemente apoyó su cabeza contra el pecho de Karina y comenzó a llorar.

Karina la soltó y la abrazó. Acarició suavemente su cabello y espalda aún sin poder sacarse de la mente las imágenes de las heridas de Minjeong.

Estuvieron un rato así hasta que la menor dejó de llorar y justo cuando la pelinegra creyó que la contraria se había dormido la escuchó hablar.

—Solo no te metas en mi matrimonio, por favor— Pidió con un susurro.

Karina no quería hacer eso, ella si que quería meterse en su matrimonio, quería ir a la casa de Minjeong a buscar a ese infeliz y partirle la cara, quería lastimarlo diez veces más de lo que había lastimado a Minjeong, quería herirlo, mandarlo al hospital, quería...

—No lo haré, tranquila— Quería demasiadas cosas, pero solamente se limitó a asentir y seguir la petición de la castaña— Solo no me pidas que me aleje.

Y Minjeong asintió, parecía un buen trato seguir las cosas normales, solamente que ahora tenía miedo de que Karina no la tratara igual, lo último que quería era dar pena, después de todo Karina era su amiga por decisión propia, no quería que se quedara a su lado solo por lastima, si tan solo pudiera regresar unos minutos en el tiempo para no revelar sus heridas, si tan solo no fuera tan tonta, se odiaba ahora mismo por eso, no quería complicar las cosas y menos cuando todo parecía ir tan bien.

ᴇsᴛᴇ́ʀɪʟ| ᴡɪɴʀɪɴᴀ ɢ!ᴘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora