𝟸𝟷

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Cuando Karina llegó del trabajo, los nervios de la menor estaban a flor de piel, ella realmente quería decirle la verdad, amaba la idea de formar una familia con ella, sin embargo temía que la mayor se lo tomara a mal y todo pudiera acabar cuando ...

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Cuando Karina llegó del trabajo, los nervios de la menor estaban a flor de piel, ella realmente quería decirle la verdad, amaba la idea de formar una familia con ella, sin embargo temía que la mayor se lo tomara a mal y todo pudiera acabar cuando apenas comenzaba.

Tal como lo prometió, trajo la cena para ambas, un poco de pollo sería bueno para Minjeong, rico y sin demasiada grasa que pudiera perjudicar el embarazo de la menor, ella se preocupaba.

—Hola— saludó a la contraria llevando la bolsa de comida a la mesa.

—Hola— Minjeong respondió de vuelta algo tímida llegando al comedor.

—¿Tardé mucho?

—No— soltó en un suspiro.

—¿Está todo bien?

—Yo... Quería decirte algo.

—No me asustes, Minjeong.

Karina tenía demasiadas ganas de abrazar a Minjeong, la menor lucía algo nerviosa y ella solo quería calmar cualquier preocupación que la contraria pudiese tener, pero al no ser nada más que amigas, temía incomodarla invadiendo su espacio personal, porque después de todo, Kim se lo había dejado bastante claro, lo de ellas no había significado nada.

—Yo...— La coreana por su parte estaba en un verdadero dilema, quería decirlo, pero ver a Karina tan bella y tan perfecta parada frente a ella la hacía nunca querer alejarse y tampoco quería arruinarlo todo diciendo que ese bebé también era suyo —Me gasté el chocolate— Por supuesto, ella descartó la idea de decirle la verdad.

—Oh— soltó un suspiro —Me habías asustado, creí que algo malo te había pasado.

Entonces solamente continuó sirviendo la cena para ambas, no quería que la menor pasara hambre.

Y sin más ambas comenzaron a comer, sin embargo el ambiente parecía algo pesado, definitivamente había demasiada tensión y Karina quería saber a que se debía realmente. Temía que algo le estuviera pasando a Minjeong, ella quería lo mejor para la contraria, sin embargo no podía ayudarla si esta no le decía y sabía que probablemente algo la mantenía intranquila.

—Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad?—le preguntó y la castaña asintió en silencio —Aquí estaré a pesar de todo, así que si algo te preocupa dímelo para que pueda ayudarte.

aquello hizo sentir a Minjeong como una tonta, por supuesto, Karina ahí estaría, porque a pesar de lo mal que la había tratado desde el principio, ella siempre se ofreció a ayudarla.

Entonces un par de lágrimas escaparon de sus ojos, Karina no merecía todo eso, ella no merecía lidiar con sus problemas porque seguramente tendría sus propios.

Así que ella estaba dispuesta a sacrificar su felicidad por la persona que tanto la había ayudado, porque Minjeong no era egoista y si esto significaba el fin de todo lo aceptaría.

ᴇsᴛᴇ́ʀɪʟ| ᴡɪɴʀɪɴᴀ ɢ!ᴘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora