Pensamientos

1.9K 231 20
                                    

Cuarto año.

Las noches en Hogwarts para Draco se habían vuelto frías y largas, donde los dulces sueños habían sido remplazados por horribles pesadillas, ya no había noche en la que no se despertara asustado y empapado en lágrimas, donde aquel recuerdo de Bellatrix torturando a un hombre inocente le atormentaba todas las noches, pero esta vez con la diferencia de que su tía le pedía que se uniera a ella y Draco no dudaba en aceptarlo.

El humor del rubio había cambiado, al igual que su forma de pensar y actuar, ya no habían más bromas ni burlas por parte del mayor a terceras personas, había dejado de socializar con otras personas que no fueran sus tres amigos y había comenzado a saltarse algunas clases ya que había perdido el interés por estas.

Draco prefería mil veces quedarse en su habitación que ir a las aburridas clases, ya que en su habitación no habían personas que lo juzgaran por su apariencia cansada y su mal humor.

Había comenzado a ignorar las cartas de su padre desde aquella carta que el mayor le había enviado hace tan solo un año atrás, odiando e ignorando el intento de disculpa por parte de su progenitor, lo que había ocasionado una pequeña discusión cuando se vieron nuevamente al finalizar el año escolar, pero su padre se contentó rápidamente cuando su hijo le dijo que aceptaría ser un mortífago.

La relación entre padre e hijo había mejorado considerablemente, las discusiones habían disminuido y Lucius había dejado de ser tan frío y cortante con Draco, al igual que con su esposa, pero aún así se podía notar y sentir una gran tensión cada vez que Draco y su padre tenían una conversación.

Lucius se había puesto sumamente feliz ante la noticia, Narcissa no tanto, ya que podía ver la inseguridad en los ojos de su hijo, pero aún así dijo que lo apoyaría en su decisión. Draco había adquirido nuevas responsabilidades y presiones por parte de su padre desde ese día, al igual que comentarios pasivo-agresivos en repetidas ocasiones, pero al menos en la mansión no se escuchaban discusiones.

Theodore, Blaise y Pansy también estaban al tanto de la situación del rubio, se sorprendieron bastante al enterarse que Draco había decidido ser mortífago en el futuro, ya que sabían que su amigo no estaba en total acuerdo con las ideologías de los seguidores del señor tenebroso, pero de igual manera lo apoyan en su decisión. Era la misma situación con Severus, quién estuvo consolando entre sus propios brazos al menor cada vez que las emociones le ganaban y sufría algun tipo de crisis emocional, aconsejando y apoyando al rubio en todo momento.

Draco agradecía inmensamente que su familia y amigos le apoyaran en su decisión, pero no podía evitar sentirme mal y triste consigo mismo, la presión que sentía lo estaban ahogando.

Su mente era un total caos, llena de pensamientos negativos que no lo dejaban en paz ni siquiera un momento, los flashbacks de su tía lo atormentaban diariamente, día y noche, los gritos de aquel hombre y la risa de Bellatrix siempre resonaban en su cabeza de igual manera. Sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento.

Había descubierto lo que era un ataque de pánico y de ansiedad a sus trece años y desde ahí se habían vuelto constantes.

Su vida había cambiado drásticamente.

Draco veía a sus otros compañeros de Hogwarts y los envidiaba inmensamente, el también quería ser un niño feliz y vivir como tal, quería dejar de pensar, anhelaba sacar esos horribles pensamientos de su cabeza y simplemente vivir como un niño.

Lumos | DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora