XII

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Últimamente...ha sido extraño.

Valic no ha dejado de visitarme cada vez que puede y de leer libros aburridos sin acción. También ha traído regalos y hasta ha preparado una habitación para la llegada de nuestro hijo.

Sin decir que he podido salir al pueblo.

Claro, pero a cambio lo tengo como moco pegado a mí.

Si salgo, es con el.

Si almuerzo, es con el.

Y si voy a dormir, es con el.

Maldita sanguijuela.

Un doctor ha venido a ver mi vientre, dice que está en perfectas condiciones, solo que evite usar magia para no ocasionar nada desagradable a la salud del niño.

Eso ya lo se.

Cada vez que reviso mi cuerpo lo siento dentro de mí, y como se está formando de a poco.

Y si ocupo cualquier hechizo brusco, estaría afectando su salud.

Sonrío.

Espero con ansias su llegada.

Miro a través de la ventana, localizando a un sujeto alto, de cabellos verdes junto a Valic, en sus manos trae algunos documentos.

De pronto el archiduque dirige sus ojos en mi dirección, levanto mi mano para saludarle, pero en cambio su expresión fría me ignora.

Mi corazón se detiene al sentir su rechazo.

¿Que le ocurre? Estábamos bien...

-Bebé, estoy preocupado.

Suspiro.

No debo concentrarme en idioteces, quizás se molestó por cualquier cosa estúpida, suele ser muy enojón.

Aunque el malestar en mi pecho no desaparece.

Espero el atardecer con ansias en mi corazón, y lo inesperado sucede. El, con su mirada desenfocada y mirando hacia otro lugar me habla en un tono frío, su expresión se ve dolida, aunque intenté ocultarlo.

Quisiera dar explicaciones.

Pero tengo que admitir que me ha descubierto.

-¿Quién es el padre del niño?

¿Puedo mentirle? Sería la mejor forma de irme sin remordimiento.

O al menos eso quiero creer.

-Valic...

Los documentos caen sobre la mesilla frente a mí, los reviso, y como supuse, ha descubierto mi pasado como Vanessa. Un pasado que yo creé, y de mis delitos como estafador.

Hubiese preferido que me hubiera descubierto como Alekzius.

¿Que hago? ¿Me dejará ir? ¿O me matará junto a mi hijo?

-Es cierto, lo que dicen estos papeles... pero mi hijo...

-No es mío-menciona-eres una mentirosa Vanessa, y yo como idiota...¡Carajo!

-¿Vas a matarme?

-Vete, quiero que te largues y no vuelvas-el sujeta mis hombros-si llego a encontrarte, mataré al niño en tu vientre.

¿Me está...liberando?

Entonces es mejor que corra.

-Valic yo...

-Te irás hoy, ahora, en este mismo instante.

Ah...

Supongo que no sentirá pena por esta pobre mujer embarazada.

Tengo al Hijo de un Demonio en mi VientreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora