XVIII

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Contesto rápidamente sin ninguna duda.

-No-muestro mi anillo-estoy casada.

-¿Ese es un problema?

¿Cómo que si es un problema? Es um gran problema.

-Amo a mi esposo, además, estoy esperando un hijo de él.

-No me importaría ser padrastro.

¡Carajos, este hombre...!

Me preparo para golpear a este imbécil en sus huevos hasta que una espalda se pone en frente de mí interrumpiendo mi ataque.

-No molestes-la voz fría de Azael sorprende al Emperador de Carey.

-Tu...¿Eres el esposo?

-¿Por qué? ¿Tienes miedo?-azael avanza hacia el Emperador mientras el otro retrocede-si, deberías conocer tu lugar.

Acto siguiente, el Emperador huye del hotel.

-Es extraño...-digo mirando el leve brillo rojo en los ojos de Azael-¿Eres un Demonio?

Azael se da la vuelta dejando ir el brillo en sus ojos y mirándome de forma extraña.

-Por favor no me ofenda.

¿Dije algo equivocado?

Hace una mueca.

-No me llevo bien con ellos, ni con los angeles, ni con los humanos, en realidad, no me llevo bien con nadie.

Sostengo su mano.

-Pero te llevas bien conmigo.

El sonríe levemente.

-Si, eres la excepción.

Ambos subimos las escaleras para ir a nuestra habitación, mientras sigo a Azael, mis pasos de detienen al ver una sombra familiar abajo en el comedor. 

-Esposo...-susurro.

Aunque este tapado con una capa y una máscara es reconocible ante mis ojos, el solo se queda sentado en la mesilla, viéndome sin despegar la mirada de mí.

¿Por qué no viene? Suele actuar por impulso. Entonces...¿Por qué no viene?

A mi lado Azael también se ha detenido, viendo lo mismo que yo.

-Que molestia...-escupe con desagrado.

-¿Lo conoces?

-Es el perro leal de una ardilla chillona.

Vuelvo a ver a mi esposo, sin embargo ya se ha ido del lugar.

-Azael. ¿Estás enojado?

-No, solo un poco disgustado.

Me pregunto a qué se refiere con perro leal y ardilla, hace un rato dijo sabueso y mapache.

¿Se referirá a la misma persona? Si mi esposo es un perro leal, al único que sirve es al Rey Demonio, entonces llamarlo ardilla chillona o mapache es un poco... irrespetuoso.

Pero es imposible que Azael tenga una conexión con Lucifer, y que además lo trate con desdén.

-Vamos, pedí comida para la habitación, afuera está muy sucio como para comer.

Observó el lugar lujoso y sin ninguna pizca de suciedad.

¿Estarán bien los ojos de Azael?

-¿A qué hora sale el barco?

-Mañana a primera hora, ya he comprado los boletos.

Sonrío de felicidad.

-¡Gracias! ¡Muchas gracias!

El asiente con la cabeza mientras yo salto de alegría. Podré volver antiguo hogar, veré a mis hermanos y padre.

Bebe, tienes que conocer la familia de este padre.

Estoy seguro, que mi padre ya no guarda rencores, y si le muestro que estoy por tener un hijo se pondrá muy contento.

La comida llega a la habitación, yo sostengo el filete con un tenedor mientras Azael lo corta con un cuchillo.

Cuando estoy masticando recuerdo todas las veces que las maestras de etiqueta me regañaban.

-Azael. ¿Eres un príncipe o algo parecido?

-Tengo un hermano...digo, una molestia en el culo que es gobernador de una pequeña tierra...en lo profundo, bien profundo-carraspea-en fin, me obligó a aprender etiqueta real.

Sus ojos evitan mirarme cuando habla de esa molestia.

-¿Es el mapache?-pregunto.

-Si, efectivamente. El mapache, o ardilla chillona, es mi hermano no aceptado por mí.

-¿El es el que quiere tu cabeza colgando?

-No hablaba de el en ese entonces, pero imagino que el también la quiere.

Tiene una vida familiar bien retorcida.

Noto una pequeña sonrisa en sus labios cuando habla del mapache chillón.

Es tierno.

-¿Cuál es tu motivo de ir al otro continente?

Azael busca en el bolsillo del saco negro y saca una llave dorada.

-Tengo que cerrar una puerta.

-¿Mm?-mis ojos se enfrían-¿La de los mutantes?

-Si, al parecer en unos años más, estos mutantes serán capaces de salir por aquella puerta, así que es mejor que la cierre.

-Creí que estaba cerrada-comento.

La última vez que anduve por estos lugares la puerta que guía de un continente al otro estaba cerrada por los peligrosos mutantes.

-La abrieron, un ángel la abrió.

Oh...

-Antes de partir al otro continente tengo que cerrarla en este.

-Las ruinas de Corat.

-Si. ¿Como sabes que está ahí la puerta?

-He viajado por partes inimaginables. Las ruinas de Corat me parecían extrañas, por lo que me adentré y ví una puerta inusual. Al acercarse se escuchaban gritos desgarradores y por el rabillo de la llave...pude notar esas cosas.

El toma un sorbo de té, sabe muy bien a lo que me refiero.

-El angel robó esta llave y abrió la puerta, yo tengo que cerrarlas por ambos lados para evitar una catástrofe. 

-¿Por qué un ángel haría eso...? ¿Acaso no son ellos los buenos?

Azael se atraganta con el, tosiendo frenéticamente.

-No me hagas...reir.

-¿Estoy equivocada?

-Solo porque este vestido de blanco y lleve alas blancas no se supone que sea bueno. El tipo que abrió las puertas actuó por algo, y dudo que sea algún bien.

Cierro mis ojos un momento recordando mi conversación con Valic cuando le pregunté por Félix.

-¿No sabes hace cuánto abrió las puertas?

-Deben haber sido hace unos tres o cinco años atrás.

Se me pone la piel de gallina.

Fue Félix.

Tengo al Hijo de un Demonio en mi VientreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora