XVII

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Mi cuerpo se paraliza, y mi tez se pone pálida, Azael nota mi comportamiento extraño, preguntándome por mi salud.

-Revisen-escucho la orden de mi esposo.

Azael se quita su capucha, dejándola encima de mis hombros, y con una calma la amarra.

-No te preocupes, no dejaré que te atrapen.

Si Valic me ve con este chico, estoy seguro que lo asesinará por cubrirme.

-Estarás en peligro...-intento advertir.

Azael mueve su cabeza hacia un lado, apuntandose con el dedo.

-¿Yo?

Su expresión de desconcierto casi me hace reír.

Se que sus sombras son poderosas, pero Valic es el presidente del infierno, el ayudante de Lucifer.

¿Quien es Azael a su lado? ¡Lo harán papilla!

-Tu no entiendes, no eres tan fuerte como el, si ve que me ayudaste tu vida...

Azael me coloca el gorro abrazándome al sentir a los sirvientes inspeccionar el carro de mercaderes.

-Vanessa, no hay preocupación.

¿Por qué está tan tranquilo? Yo estoy muerto de miedo, si algo le sucede a este joven amable...

-Aqui hay una pareja-dice el sirviente.

Me oculto en el pecho de Azael, mirando como observa a Valic, el brillo rojo siniestro se asoma por los ojos de Azael.

-¿El perro sabueso del mapache?-pregunta en un susurro.

Valic se da la vuelta en un instante, el grita su partida, llevándose a los sirvientes y guardias con el.

Es increíble que se haya ido tan rápido.

-¿Mapache?-pregunto.

Los ojos de Azael vuelven a lo que eran, el sonríe incomodamente al escuchar mi pregunta.

-Un...familiar mío no querido.

El carro vuelve a su ritmo, como si nada hubiera pasado, y el joven frente a mí no luce tan siniestro sin la capucha.

-Eres un chico guapo-suelto de la nada.

-¿Lo soy? Siento que me veo como un cadáver.

Bueno, no le diré que no, al principio si creí que era un cadáver, pero al final, solo es más pálido que las personas corrientes.

-¿Que edad tienes?

-No se, deje de contar cuando llegue al milenio.

Mi sonrisa se tuerce. ¿Estará bromeando? Se ve muy serio.

-¿Que hay de la familia?

-Me odian, quizás quieran mi cabeza colgando en sus casas.

Eso es duro.

-¿Un amante quizás?

-Murió quemado.

Oh.

Su expresión se torna sombría.

-Tienes mi condolencias.

-Gracias. ¿Que hay de ti?-pregunta cambiando el tema.

-No soy muy cercana a mi familia-carraspeo-asesiné a una de las esposas de mi padre y fui exiliada.

Azael se queda en silencio pensando en su próxima pregunta.

-¿Y tú juventud?

-La pase robando y estafando a la gente.

Tengo al Hijo de un Demonio en mi VientreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora