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Sentía como si su cuerpo estuviera descansando en una esponjosa nube suavecita. Idealizado en un perfecto descanso, solo bastó con un sutil movimiento para que así sintiera el infierno en carne propia. Abriendo sus ojos totalmente adolorido, aferró su agarre a las cobijas que le cubrían, desconociendo el lugar por un instante, aunque por el bonito e iluminado aspecto neón pudo identificar rápidamente de quién era el cuarto. ¿En qué momento se había desmayado?, que vergüenza, se había desplomado en los brazos de su mejor amigo, ¿le habría costado sacarle de aquel edificio en llamas y destrucción?

Incorporándose con bastante dificultad, apoyó ambas palmas en el colchón cubierto con aquella hermosa y carísima tela, y tras mirar bien a su alrededor consiguió encontrarse a Agoti sentado frente a su escritorio de videojuegos, construyendo una casita en su mundo de minecraft, aunque no tardó mucho en dejarlo a medias para luego ir a farmear.

Bajando su mirada hasta su propio torso, Tabi notó su estado actual: Se encontraba en ropa interior, con curitas cubriendo partes de su cuerpo y varios vendajes envolviéndole, tanto la zona abdominal como su muslo izquierdo y brazo derecho, y claro, sin olvidar mencionar el cuidadoso vendaje en su pecho, ¿qué tan herido tuvo que haber estado para que le cubriera tanto?, además, ¿cómo le había curado siquiera?, ¿no era algo latoso comprender la anatomía de su invisible cuerpo?

Volviendo a ver su amigo, sintió la necesidad de darle a conocer que estaba despierto, después de todo era su casa y su cama, no podía quedarse ahí para siempre.

Agoti. —Habló. Ronco por lo lastimada que estaba su garganta debido a la aspiración de humo, y aún así con cierto aire de timidez.

¿Huh? —Giró su asiento para verle, despegándose rápidamente de su computador para así acercarse hasta él.— Despertaste por fin. —Se sentó en la orilla de la cama, apoyando una de sus manos en la mejilla del ruso.— Deberías recostarte un rato más, tu cuerpo estaba realmente lastimado por la explosión.

Estoy bien, soy un tipo duro. —Suspiró, llevando una de sus manos detrás de su cuello en lo que desviaba su mirada.— Perdón por causarte tantas molestias.

No deberías disculparte por eso, al menos no conmigo, en realidad te debes una disculpa a ti mismo. —Se cruzó de brazos.— Además, ¿creíste que no notaría tu cambio de actitud?, creí que teníamos confianza, ¿por qué no me comentaste sobre tu sentir y tus planes?

No estaba en mis planes que te interpusieras.

¿Y pensaste en cómo me podría sentir yo perdiendo a mi único amigo?

Sí, lo pensé... Y mucho, pero este plan estaba hecho desde antes de conocerte, y enserio lamento haberte sometido a eso... —Tomó la mano más cercana de su amigo.— ¿Tú estás bien?, ¿estuviste en la explosión?

La mirada del demonio bajó hasta las manos de su amigo sosteniendo la suya, lo sintió tan pequeño, tan vulnerable y... Lindo. Una sonrisa se escapó de sus labios, y envolviendo una de las manos del ruso con sus grandes palmas volvió a verle a los ojos.

Estoy bien. Estuve en la explosión pero no tengo más que rasguños mínimos, mi raza se regenera rápido si así lo quiero. —Acercó la palma de su amigo hasta su mejilla.— Tu... Enserio me tenías preocupado.... ¿Por qué hiciste eso?

Sintiendo una presión en su pecho, un nudo en su garganta le hizo tragar de forma pesada. Era cierto, no había dado detalles sobre su pasado a Agoti, así que era evidente que este estaría confundido. Hablar de estas cosas en voz alta y sin estar bajo los efectos del alcohol golpeaba de forma diferente a su realidad actual.

Lɪɢʜᴛ Sʜᴏᴡᴇʀ -[Tabi x Agoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora