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El ambiente se sentía tan familiar y cómodo, podría jurar que reconocía ese aroma tan agradable, pero el cansancio le impedía abrir los ojos aún, aunque tendría que hacerlo, ya que ya había comenzado a sentir ese tacto y esas caricias en sus mejillas. Se sentía como en... en casa.

Unos besos en sus labios le hicieron sonreír, y en cuanto sintió el peso de esa persona sobre su cuerpo, éste abrió sus ojos. Viendo aquel hermoso y algo alborotado pelo castaño cubriendo parte de su vista, pero no tenía que pensarlo dos veces para saber de quien se trataba, ¿en qué momento había llegado ella aquí? Sentía todo algo extraño, ¿qué estaba mal?

— Al fin despiertas, dormilón. —Dijo aquella voz femenina que tanto le agradaba, era relajante oírla por la mañana, sonaba tan dulce.— ¿Qué estabas soñando?

— Yo... —Respondió el ruso intentando hacer memoria, pero su mente estaba en blanco.— No lo recuerdo. —Sinceró frotando una palma en su rostro, usando luego ambos brazos para envolver el torso de la muchacha.— ¿Por qué preguntas?

— Te veías inquieto, solo tenía curiosidad.

— Entiendo... Bueno, no recuerdo que soñé, quizá no era nada.

— Quizá.

Su mirada se detuvo en el techo, observando aquellos apuntes de clases que había decidió pegar para estar hasta altas horas de la noche estudiando lo que no parecía resultarle tan fácil de aprender, esa era su vista apenas despierte también. No podía darse el lujo de bajar sus calificaciones, podría perder la beca, pero... ¿Por qué todo esto se sentía tan extraño? Ese inicial ambiente agradable había desaparecido por completo y en su lugar había quedado con un sentimiento agridulce, ¿por qué?, ¿habría descansado mal? Sentía que este lugar... este momento... No era normal.

— Tabi...

— ¿Si, Cherry?

— Te extraño.

— Pffft. —Soltó una carcajada.— Pero nos vimos ayer, y hoy estás aquí, ¿cómo vas a extrañarme, tontita?

— Es que... Esto no es real.

— ... —Arqueó sus cejas, aquello le había producido un agujero en el estómago, se sentía... Raro.— ¿Qué?

— Esto no es real, tú y yo no estamos juntos. Y lo lamento muchísimo... Yo solo... Quiero tu perdón.

— ¿Qué dices...?

Intentó apartarla, pero los brazos de esa chica se aferraron a su cuerpo, presionando sus costillas con una fuerza impresionante, incluso podría jurar que las había oído crujir por lo estrecho que estaba.
El aire le faltó, y el pánico le hizo hiperventilar, pero sentía como si la misma cama estuviera consumiendo su cuerpo poco a poco, era como arenas movedizas.
Su alrededor pareció empezar a derretirse de igual manera, reemplazando poco a poco su habitación a un sitio oscuro, algo que le hacía sentir escalofríos.

El cuerpo de su pareja se tornó una masa amorfa de color negro la cual se derretía sobre el, y su cuerpo parecía perder fuerza, ¿qué mierda pasaba?, ¿iba a morir?, ¿por qué se sentía tan angustiado?, ¿qué... debía hacer?

Su cabeza comenzó a doler, sentía todo su mundo moviéndose en círculos, y si trataba de levantarse de la cama sentía que su piel era arrancada de a poco.

— Yo ya no soy tuya. —Habló aquella masa deforme junto a su oído.— Pero tú siempre serás mío. Siempre.

Lágrimas cayeron por sus mejillas, era como si aquello hubiera dado en lo más profundo de sus sentimientos, arrasando con todo en su mente, pero al mismo tiempo no sentía nada, su cuerpo sufría de forma inconsciente, pero no era partícipe de su propia agonía. Incluso sus brazos dejaron de luchar por liberarse de aquella trampa mortal, perdía toda luz que le bañara, y al contrario, estaba siendo consumido por la oscuridad de esa masa, de esa demonio... De su gran amor.

Lɪɢʜᴛ Sʜᴏᴡᴇʀ -[Tabi x Agoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora