9

137 19 10
                                    

Volviendo al famoso país de más oportunidades, el muchacho de cabello castaño y ahora apagados ojos amarillentos no se sentía listo para reintegrarse en la sociedad, tenía unas enormes ganas de esconderse de todo el mundo, como si hubiera llegado el final de los tiempos al planeta, porque eso era para él. Pensar que jamás volvería a oír la voz de su abuela le rompía el corazón, y claro, ahora los recuerdos de todos los buenos momentos con ella estaban más claros que el agua. No podía evitar seguir culpándose por lo que ocurrió aún sabiendo que no era algo que estuviera en sus manos, pensaba constantemente en que si tal vez hubiera sido más atento su bábushka seguiría ahí con él de forma física.

Lo irónico era que, a pesar de que su abuela conociera a muchas personas en su país natal nadie se acercó a darle una despedida apropiada cuando se realizó el velorio en aquel país, ni siquiera sus anteriores compañeras de trabajo del orfanato se acercaron por unos minutos, todos eran unos ingratos, y tal vez debería incluirse entre ellos, pero al menos ahora él pagaba por su indiferencia, y probablemente pagaría por el resto de su vida.

Odiaba a toda la sociedad, ¿cómo habían podido darle la espalda a una mujer tan buena como ella? Siempre estuvo atenta a lo que le ocurría a otros, pero ¿qué podía esperar de su gente? Todos eran unos insensibles.

Encendiendo un incienso frente al pequeño altar que le había hecho en un espacio de su habitación, el ruso observó el fósforo que se consumía rápidamente hasta hacer peligrar la integridad de sus dedos, pero a pesar de la cercanía entra la pequeña llama y su piel, no conseguía sentir nada, estaba demasiado absorto en el mismo y en el dolor emocional que sentiría por mucho tiempo.

"Toc, toc" se escuchó desde la puerta, y aquello fue suficiente para hacerle volver a la realidad. Apagando el fósforo miró en aquella dirección, había olvidado ponerle llave a la puerta para evitar recibir visitas, y como ya imaginó, el personal de la universidad se había enterado de lo ocurrido y había enviado a alguien a verle, pero tal vez no como él quería que fuera.

Hola, campeón. —Saludó Benjamin Scattergood, el mismo hombre que le dio el tour por la sede.

Hey. —Saludó.

¿Podemos hablar? —Cerró la puerta a sus espaldas y se aproximó al muchacho.

Supongo, ya está aquí de todos modos.

Torciendo sus labios, el hombre bien vestido se puso cómodo en la silla del escritorio del ruso, quien por otro lado, solo se alejó del pequeño altar donde se encontraban las cenizas de su abuela junto a una fotografía que había recuperado de ellos dos, aquello era algo duro de ver para el hombre recién llegado, pero debía mantener la compostura.

Oí lo que pasó, lo lamento mucho. —Su expresión entristeció un poco.

— ...

El punto es... Me enviaron a hablar contigo porque los tienes a todos preocupados. Has faltado 2 semanas a clases, se te había dado libre porque estabas fuera del país, pero ahora que estás de vuelta no tienes justificación para-

¿Y qué quiere que haga?, ¿qué vaya a clases aún con mi pérdida tan fresca?, ¿no cree que es insensible de su parte venir a apresurarme para volver después de que perdí a mi único familiar?

Tranquilo, no decía eso. —Se apresuró a negar.— Es solo que... Los profesores están angustiados, eras el alumno ejemplar de cada asignatura, y... Bueno, tú beca depende de tus notas.

Frunciendo el ceño, Tabi no supo que responder, sabía que su beca exigía un buen desempeño, pero personalmente no se veía capaz de ir a clases con normalidad, lidiar con las miradas juzgadoras de sus compañeros competitivos, o peor, ver las miradas de pena de quienes ya se habían enterado de su pérdida. No estaba en condiciones, era un desastre andante día y noche, y lo único que le preocupaba a esta institución era si volvería a clases, que tonto. Al final si era como todos los egresados decían, la universidad no se hace cargo de tu deterioro mental y emocional, ¿por qué pensó que con él sería diferente?

Lɪɢʜᴛ Sʜᴏᴡᴇʀ -[Tabi x Agoti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora