011 - You are medecine

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Narra Angy:

El resto del camino hasta en centro medico seguimos completamente en silencio. Creo que desde que conozco a Matty nunca lo había visto tan enfadado. Tampoco podía culparle, yo en su lugar también me habría asustado si con una llamada escuchara gritos en su casa y enfadado si no me hubiera dejado hacer nada al respecto.

En realidad no podía culparle ni a él ni a mis dos amigas que, encima, ellas estuvieron presentes cuando pasó todo. Ellas estaban enfadadas y asustadas a partes iguales. Aunque sabían que la relación con mis padres no era la mejor del mundo, estoy segura que nunca se habrían imaginado esto.

Pero ya lidiaría con ello más tarde. Ahora solo quería que el dolor de mi mejilla cesara y dejara de sangrar. Aunque lo que no iba a sanar tan rápido era mi corazón. Esta noche era una piedra más añadida a la enorme mochila llena de piedras que llevaba a mi espalda por cada uno de los malos momentos que mis padres me habían hecho pasar.


— Ya hemos llegado —su voz firme me sacó de mis pensamientos.

— Matty, entiéndeme... Por favor... —supliqué mientras me quitaba el cinturón y le miraba apenada.

 — Ahora no, Angela. Solo quiero que te curen eso. Ya hablaremos después —respondió con el semblante serio antes de bajar del auto.

— Está bien... —susurré exhalando un suspiro y bajando también del coche— ¿Qué haces? Estamos en agosto —pregunté algo confundida al ver como Matty se ponía una sudadera que había sacado del asiento trasero y se cubría con la capucha. Además de unas gafas de sol.

— Sé que no soy la persona más famosa del mundo, pero en Inglaterra empiezo a ser bastante conocido —balbuceó mientras se acercaba a mi— Prefiero cubrirme la cara por si alguien me reconoce en el hospital. No quiero causarte más problemas.

— Pero Matt...

—Olvídalo —me interrumpió—. Solo vámonos. Tus amigas ya están frente a la puerta.

Tomó mi mano y me arrastró hasta la puerta junto con mis amigas. Los cuatro entramos en urgencias, en silencio; aunque sabía que los tres estaban maldiciendo por dentro ante esa situación.

Nos dirigimos a recepción para rellenar un formulario con lo que había pasado, aunque bueno, la herida estaba a la vista. Escuché como mis tres amigos resoplaban en cuanto escribí que la causa había sido un accidente doméstico, golpeándome con una puerta metálica.

Entorné los ojos ante la cara de pocos amigos con la que me miraron y entregué el formulario a la enfermera. Esta nos indicó que aguardáramos mi turno en las sillas de la sala de espera de la sala contigua. Susan y yo fuimos a sentarnos. Por su parte, Matty y Megan salieron a fumar un cigarro para calmar los nervios.


— Angy... —Susan rompió al fin el silencio.

— No quiero hablar de mis padres. Ahora no —me fregué las sienes al imaginar que los tiros iban por ahí—. Solo quiero que me curen e ir a descansar.

— No, no es eso. Y sí, de eso tenemos que hablar seriamente otro día —frunció el ceño.

— ¿Entonces qué pasa?

— Ya sé que hace relativamente poco que os conocéis y que todo el mundo sabe como es Matty. Pero pasáis muchísimas horas juntos desde hace más de tres meses. Casi es como si vivierais juntos de tantas horas...

— Susan por favor. Ya hemos hablado muchas veces de esto —resoplé interrumpiéndola. Eché mi cabeza hacia atrás y alcé la vista al techo.

— Di lo que quieras. Puede que ahora solo seáis amigos. Pero créeme, ese chico te empieza a querer o te quiere más de lo que tú estás dispuesta a ver.

When we are together | Matty HealyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora