Rojo.

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Te disfruté y anhelé desde la distancia, carcomida por el deseo y la impotencia de no tenerte, perdiendome en la exquisités de tu piel de porcelana y tu cabello humedo cayendo en tu rostro como dominó, en tus brazos fuertes y tus manos sobre las sillas, con tus dedos bailando al ritmo de la música.

Ahora trato de extraer aquel recuerdo, de mantenerte fresco y vivo en mi memoria, y de conservar en mi mente aquel tono de rojo en tu camisa.

Rojo vino, que embriaga tanto como las miradas que en mi necedad pensé que dirigías hacia mí...

Rojo sangre, como la que brota de mi corazón al saber que jamás me mirarás como yo a tí...

Rojo navidad, en la que mi mayor de deseo es ser digna de tu amor.

Rojo regalo...aquel que como niña malcriada y caprichosa deseo para mí, pero que no merezco, no te merezco, y creo que pasaré otro año sin recibirte...

Te miro cautivada y atormentada, sin saber que hacer con este inútil amor que florece dentro se mí cual rosa espinosa, desde mi estómago hasta mi garganta, haciendome sangrar y sin dejarme respirar.

Anne.

Cuando las letras sangran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora