A los enemigos en tí.

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30 de diciembre de 2022.

Sé que estas cansado, que el insomnio te consume y que llevas semanas sin conciliar el sueño, pues aún tu subconciente te persigue tu propio infierno. Tu ansiedad trabaja de noche para recordarte cada error que has cometido hasta el momento, las veces en que fracasaste y los problemas que no has resuelto.

La noche te arruya en la incertidumbre de un futuro incierto y te canta canciones de cuna sobre tus preocupaciones y miedos. Te desvela lo que sientes y todas las cosas sobre las que ya no tienes control, te asusta lo que te haces a ti mismo ya las personas a tu alrededor.

Hace tiempo que ya no logras reconocerte y la verdad es que te sientes incapaz de ser algo mejor, la cama te succiona y ruega tenerte allí, en tu zona de confort. Como si fuese reconfortante ser prisionero de tu propia mente en un circulo interminable de autodestrucción, compadeciendote, como si compadecerse fuese una muestra de amor.

El cuerpo te pesa y no vez sentido alguno en tratar de levantarte, despertar ahora es una obligación y un gusto que no quisieras darte.
Sientes haber perdido cualquier sentir entre la inercia del día a día, todo dentro de ti parece estar inherte por la
exhaustiva monotonía.

Tu cerebro jamás descansa, pues tu cabeza se ha convertido en un almacén de remordimiento y respuestas
que no logras obtener, decenas de autocríticas y abandonos de los que no entiendes el porqué.

Te miras al espejo juzgándote, cuestionandote y condenandote el día entero, tu vida ahora es un castigo
que tu mismo te has impuesto. Luchas contra tu propia sombra, huyendo de tus pasos, librando la guerra que tu
mismo te has declarado.

Sé que lo que más deseas en este momento esque la gente te deje en paz, pues te desgastan por completo,
pese a "querer ayudar".

Y esque aun así quiero que sepas no
escucharás de mí palabras hipócritas ni de falso aliento, no voy a acusarte ni a
reclamarte lo que debiste o no haber hecho. Sé de la primera y segunda guerra mundial que pasa por tu mente, relfejadas en tus ojos y recayendo en tus parpádos, conozco el esfuerzo que haces, aunque nadie parezca notarlo.

¿Sabes? Que ahora tengas el peso del mundo en tus hombros no significa que te sentirás así por siempre, disculpame el cliché, pero es cierto, por sentimental que suene.

Sé que no es fácil, que el camino es largo y que seguramente habrán recaídas, pero, ¿cuantas veces he de decirte que eres más de lo que te marca la biología? Que eres más que tu cansancio y tus dolores musculares, más que el caos en tu interior y tus pensamientos indeseables.

A nadie le gusta mirar atrás, pero por esta vez quiero que lo hagas, mira el camino que has llevado, todas las caídas, las tormentas y los
golpes que has soportado.

Con cada nuevo desierto te has levantado, incluso cuando el pasado te asechaba y anhelaba tu caída, deseando dejarte sin motivos para vivir, y perdió la batalla, pues aún estas aquí.

En momentos como este ya no pareces tener fuerza para volver a levantarte, pero si recuerdas tus muertes pasadas sabrás que ya has resucitado
antes.

Por cada día que pasa, por cada pequeño esfuerzo sigues avanzando, y eso es motivo de orgullo, aunque muchos traten de minimizarlo.

Con esto no te pido que sigas pensando en el futuro, en las metas que no has alcanzado, en tus necesidades, lo que será de tí, ni en tus sueños
frustados.

No sobrepienses, no vivas de las circunstancias ni te tatues tus fracasos, no te preguntaré por ellos...
regalate un "no" de vez en cuando, deja ya de cargar con pesos ajenos.

Quiero que vuelvas a vivir, que empiezes a verte con otros ojos y sepas que tienes más fuerza de lo que crees, que entiendas que mereces ser amado no por lo que haces, sino por lo que eres.

Suelta las críticas, los comentarios
de personas infelices, lo que dicen de tí, los que dudan de tí y de que puedas avanzar, suelta tus propios juicios y no retengas más.

Las personas que no han podido continuar tratarán de convencerte
de que tu tampoco eres capaz de
ello, porque quienes fracasan se
sienten mejor entre más lo hayan
hecho con ellos.

Y no importa si nadie reconoce todo lo
que has conseguido, tu mayor enemigo
pero también tu mayor consuelo, eres tú mismo.

pd: creo en tí, pero quiero
que tú creas en tí.

Mary Anne.

...

A quien necesite leer esto, lo estás haciendo bien♡

Cuando las letras sangran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora