Escribiendo.

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22 de enero de 2022.

Y escribí, no porque fuese lindo o porque alguna vez me gustara, sino porque deseaba descansar el alma de todo aquello que la mente acumulaba.

Drenar el mar de pensamientos en el que me ahogaba a diario, tan abundante que no parecía haber papel suficiente para plasmarlo.

Dejar que mis dedos en la pluma liberaran las palabras que se quedaban en mi garganta, sentir que podía gritarlo todo en trazos sin tener que decir nada.

Porque tuve tantas oportunidades de emitir alguna palabra, pero todas las desperdicie, desquitandome nuevamente con el papel.

Allí, entre los puntos y las comas mi incapacidad de modular perdía relevancia, tenía una segunda voz hecha de tinta con la que me sentía escuchada.

Mary Anne.

Cuando las letras sangran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora