𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟳

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Adrien se mira fijamente al espejo mientras realiza su corbata, cuando queda perfecto toma su chaleco y lo ajusta con los botones, luego voltea a ver su bolso, lo abre y guarda sus cuadernos, estaba por buscar sus libros didácticos hasta que unos golpes en la puerta lo detuvieron.

—¡Un momento!

Agarra sus libros y los guarda, ajusta sus zapatos y se encamina a la puerta.

Grande fue su sorpresa que cuando sale se encuentra con la azabache que parece que apenas se levantaba.—¿Bridgette? ¿Qué..?

La joven princesa sonríe pese a que seguramente su apariencia desaliñada no era la mejor del momento y que de seguro llegaría tarde a la escuela pero su sonrisa no deja de ser la más radiante, diferente a lo incómodo que se siente Adrien al verla parada allí cuando él aplicó la ley del hielo con ella injustamente y sin mencionar que ahora mismo no podía siquiera mirarla a los ojos por la información que guarda, sintiendo que ahora es un traidor que no merece la amabilidad abnegada de la azabache quien no tenía idea alguna de lo que este encubría miserablemente.

Los pensamientos intrusos de Adrien que lo atravesaban como cuchillos fueron callados de manera prodigiosa cuando Bridgette le acerca un frasco de apariencia sofisticada y cuidadosamente adornada con un lazo verde.

Adrien queda enmudecido y su rostro se vuelve rojo enfurecido.—Esto... Esto.. Esto es..

—¡Un perfume para ti!—Bridgette aprisiona su mano con el objeto para que pueda sostenerlo y verlo con sus propios ojos.

Adrien obedientemente lo ojea y su sonrojo prevalece al rojo vivo, Bridgette ríe.—¿Sabes lo que significa esto?

En este contexto si alguien se enterará de lo que Bridgette le había entregado sería acusada de adúltera y ser desleal a la corona.

—¡Por supuesto! ¿Por quién me tomas?—Bridgette rueda los ojos.—No será una declaración de compromiso y unión como lo dicta la tradición, pero quiero que para ti sea como una apreciación de nuestra gran amistad, como la esencia que hice refleja la manera en que te veo, fuera de cualquier tradición ceremonial.

Aunque el significado que le ha puesto Bridgette al obsequio es muy diferente al concepto original no cambia el hecho que el perfume sigue siendo una propuesta matrimonial.

Aún así las animadas palabras de Bridgette cargadas de generosidad calan los huesos de Adrien quien la observa entre atónito y enternecido, elevando más la asfixiante culpa sobre sus hombros, haciendo que el joven príncipe trague fuerte sobre su garganta seca y baje la cabeza con gran angustia.

Bridgette no deja de sonreír, piensa que Adrien está feliz que no lo puede creer, está lejos de descubrir que Adrien en realidad se estaba lamentando de ser parte de los que le causarían mucho daño. 

Adrien quiere llorar de lo mal que siente.—Gracias Brid... Eres la mejor.

La azabache se conmueve pensando que Adrien le ha fascinado su regalo al punto de querer derramar lágrimas, lo que hace que se acerque a su cuerpo encorvado para darle suaves palmaditas en la cabeza aunque la altura le sea contradictoria.—Lo que sea para hacerte sentir mejor y parte de nosotros, Marinette incluso sugirió que aroma te queda, así que ya no estás solo.

Adrien cavó su tumba, y ahora la culpa arde como el infierno.

Adrien cavó su tumba, y ahora la culpa arde como el infierno

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𝗝𝗮𝗿𝗱𝗶́𝗻 𝗱𝗲 𝗿𝗼𝘀𝗮𝘀 |𝗙𝗲𝗹𝗶𝗚𝗲𝘁𝘁𝗲|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora